TIPNIS y VIRUS DE ALTURA

Spread the love

Compañeras feministas y anarquistas que acompañaron esa marcha nos informaban ese día y en los días posteriores: “Hubo muchos niños y niñas heridas, asustadas. A los hombres los pusieron en camiones y a las mujeres y niños en cuatro buses. Los apalearon, la gente sangraba y seguían golpeándolos. Había un hombre al que le pegaban más. Varios policías contra él, yo gritaba, el hombre sangraba y ni siquiera se podía defender y ellos seguían, sin piedad”. Ese día todas y todos debieron refugiarse en la parroquia de Rurrenabaque, en la que según relataron hubo hasta 200 personas, la aplastante mayoría indígenas de comunidades, no dirigentes, muy poca gente urbana, algunos periodistas y alguna gente de o¬nGs.

Spread the love

X victoria aldunate morales 2011, actualizado en 2024

La derecha boliviana es feudalmente racista y oligarca, ha saqueado de tal manera el país, que el pueblo boliviano, aunque es productor de gas no había tenido gas en sus hogares en décadas, y solo lo consiguió gracias al levantamiento popular indígena en 2003, nombrado la guerra del gas.

En 2006, tres años más tarde, fue elegido presidente Evo Morales, un presidente proclamado indígena y las lamentaciones de las personas devenidas a “blancas” y derechistas fueron profusas. Las izquierdas de toda América Latina, celebraban, y entonces lo sorprendente, fue el vuelco que tuvo ese mismo gobierno popular e indígena, tan esperado, en sus decisiones políticas y económicas desde -al menos- 2008.

En 2011 reprimió una marcha de defensa del Territorio Indígena Protegido Isiboro Securé, TIPNIS, y a partir de ello, la misma derecha que ha esclavizado pueblos enteros en sus haciendas, aprovechó de posar de “antirracista y ecologista” para intentar recolocarse en el control del país. La soberbia evidente del gobierno boliviano al mando de Evo Morales, Alvaro García Linera (vicepresidente) y la tiranía del ministro del interior Sacha Llorenti, capturados por el virus de altura[1], fue la gran oportunidad para una burguesía boliviana, que suele irrumpir en marchas indígenas para atacar a indias, quemar wipalas y humillar al pueblo.

Pero en 2011, los gestos tanto de la oposición como del gobierno evista, eran -al menos- erráticos. Los mismos guaraníes que luchaban contra la carretera que destruiría el TIPNIS, y se mantenían en una vigilia en Santa Cruz de la Sierra, invitaron a un cardenal, el cura Julio Terrazas, “a bendecirlos” en su vigilia, quien era el mismo católico que en 2008 no solo no condenó la esclavitud que sus hermanos (guaraníes) en Alto Parapetí[2], si no que puso en duda las denuncias de organizaciones de lo que llamaban normalizadamente en el oriente de Bolivia, «familias cautivas». Familias indígenas enteras, mujeres, niños y niñas, hombres, sometidos a trabajo forzoso en haciendas privadas para pagar sus deudas. Las comisiones investigadoras de derechos humanos descubrieron que cerca de 600 familias guaraníes estaban en condiciones de siervos y siervas al servicio de los hacendados, y ahora los indígenas guaraníes en su lucha contra la carretera, llamaban a ese mismo cura a «bendecirles»…

No obstante, la influencia de la oposición, la derecha, los hacendados, el centro de la lucha contra la carretera en el TIPNIS, era para cancelar una ruta que destruiría el equilibrio ecológico y la vida de los pueblos del oriente de Bolivia.

Cuando se escribió este reportaje en septiembre 2011, esos pueblos marchaban desde el TIPNIS a La Paz. Habían iniciado su marcha el 15 de agosto y llegaron a La Paz en octubre, para exigir que cesara la construcción y se expulsara a la empresa constructora OAS que se había adjudicado la construcción.

OAS, Bndes, ABC, Lula y Evo

OAS es una empresa trasnacional de origen brasileño, comenzó sus obras en el proyecto Villa Tunari-San Ignacio de Moxos (TIPNIS) el 1 de agosto de 2008. La Administración Boliviana de Carreteras (ABC), sin licitación, ni informe técnico ni menos consulta a los pueblos que habitan el TIPNIS, mediante una disposición administrativa por “una orden superior” entregó la construcción a OAS. 22 días después, el 22 de agosto, en Villa Tunari, Evo Morales firmó con Lula Da Silva -que gobernaba en ese entonces Brasil- el protocolo para financiar la carretera. Un mes antes, en Julio (2008), un consultor del gobierno, el ingeniero Andrés Kukoc, sin estudiar el terreno, hizo una estimación de precio de referencia del tramo Villa Tunari – San Ignacio de Moxos: $us 436.229.820. Y mediante un contrato suscrito con el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico e Social – BNDES de la República Federal del Brasil, éste financiaría por medio de créditos y sus consabidos intereses, dicha carretera.

Claramente no era solo la soberbia la que habría instigado al gobierno boliviano de Morales a tales negociaciones, que no habían comenzado en 2008, sino tal vez desde el mismo inicio de su gobierno en 2006 (o quizá, antes) sino que el sustento de todo eran la introducción de medidas neoliberales.

No era casual entonces que el vicepresidente hablara de «capitalismo socialista» en algunos de sus discursos. Todo estaba enrarecido pues esto sucedía al tiempo que muchos votantes y pueblos, exigían al nombrado «proceso de cambio», dar respuestas anticapitalistas a cientos de personas que le habían elegido.

Había grandes divisiones en los movimientos izquierdistas de Bolivia y también en los feminismos de Bolivia, que no eran -ni son, solamente- las famosas “mujeres creando”, luego «mujeres creando comunidad», y más tarde, las «asambleas feministas comunitarias» que se reunían en el café Carcajada (de Paredes); éstas últimas, organizaciones integradas mayormente por mujeres profesionales de clase media, se relacionaban directamente con el gobierno del MAS, Movimiento al Socialismo, y accedían a puestos de poder en dicho gobierno. También había otras colectivas feministas, que por razones políticas hegemónicas que se producen en medio de la falta de estructuras del feminismo autónomo, radical y otros, ni se nombran ni se reconocen, pero están en distintos puntos del país, algunas son anarcofeministas y otras ligadas al ecologismo y la defensa de los territorios, la mayoría de ellas, en ese tiempo, se oponían a la carretera negociada por Morales y el gobierno del MAS. Algunas de ellas firmaron varios pronunciamientos de denuncia, colectivas autónomas de Cochabamba como Luchemos por Nosotras, trabajadoras del Hogar, Warmi Pachakuti, Colectivo de Mujeres Libertarias, Clowndestinas y otras.


[1] Fue Laura Rodríguez, diputada humanista fallecida en los años 90 en chile, una de las personas honestas que han pasado por el Congreso de la Concertación, la que acuño este concepto. Ella decía que había gente a la que le da esa enfermedad, «Virus de altura» cuando llegan al poder.

[2] Bolivia: Esclavitud y lucha por la tierra en el Alto Parapetí 2009, https://www.isuma.tv/servicios-en-comunicaci%C3%B3n-intercultural-servindi/bolivia-esclavitud-y-lucha-por-la-tierra-en-el-alto; Cardenal asegura que nos engañan cuando afirman que hay esclavitud, https://www.opinion.com.bo/articulo/tendencias/cardenal-asegura-nos-enganan-cuando-afirman-esclavitud/20080414191246306067.html

PUEDES LEER EL REPORTAJE COMPLETO Y VER OTRAS IMÁGENES EN EL SIGUIENTE ENLACE:  https://puntadaconhilo.cl/wp-content/uploads/2025/01/VIRUS-DE-ALTURA.pdf