victoria aldunate morales

«Enrolamiento»

La era latinoamericana de control excluyente para lo que llaman “seguridad” opera fuerte con las que esperan a pleno sol con 34 grados a las 3 de la tarde en Santiago 1. Para ellas, no hay “enfoque de género”, ni inclusión ni interseccionalidad ni plurinacionalidad, ni “feminismo que va a vencer”, y menos “patriarcado que va a caer”. “El feminismo que camina por América Latina”, va, pero por otros senderos de grandiosidad, militancia partidaria, performance y “pureza”. Y en mi opinión, “los estudios de caso” no cuentan en este baile.

Sabemos quiénes son los culpables

Vienen a decirnos estos cretinos, que todos fuimos culpables, que ellos “odian la polarización”.  Mientras yo solo puedo estar en el polo más lejano porque su hedor a mierda y sangre criminal, me expulsa.

Dicen que defendieron el pluralismo y que el gobierno que ellos ametrallaron “no era democrático”. Y es que, sí: La democracia siempre se trata de ellos. Nunca de nosotras.

Nos invitan a alianzas de clase. Negociaciones entre igualadas y burgueses. Eso no va a funcionar. Ni ahora ni antes. Pierdan esperanzas.

Autodefensa de mujeres: única “salvación” (siglo 12)

desde el siglo 12 comenzaron a rebelarse abiertamente o no, muchas de ellas. A menudo recurrieron al recurso de agruparse bajo el signo de una supuesta “devoción”. Rezaban y adoraban a Dios, lo que ya era dudoso pues esos siglos estuvieron llenos de sociedades herejes, que se agrupaban en la devoción a un dios con el que tenían algo así como “acción directa”...

Chile no cambió

En Chile persiste la impunidad en los Crímenes de Lesa Humanidad cometidos por Piñera, y los estados de excepción en el Norte y el Sur (que se extenderían a la zona central), seguirán (“pro Boric”) militarizando territorios. La autoridades “siguen empleando prácticas ilegítimas contra refugiados migrantes”, a los que expulsan sin siquiera “evaluar los riesgos que afrontarán” al ser devueltos a sus países (Amnistía Internacional Chile 2023).

Marzo es feminista, de Clase, radical y autónomo

Marzo es de las mujeres trabajadoras y todas trabajamos, no sólo las asalariadas o las que reciben monedas por lo que sea que hagan para parar la olla.
Si hay un trabajo generalizado en esta División Sexual del Trabajo diseñado por el Modo de Producción Doméstico, es el Trabajo de las Mujeres en la casa, en el barrio, en la Junta de Vecinos, en la Asociación de “Padres y Apoderados” (a la que van más que nada madres, hermanas, abuelas, tías…), en el Partido Político, en la Organización social, en el Centro Cultural, en la Comunidad, en la Okupa, y entre otros espacios, en todas las causas “solidarias” habidas y por haber (damas de rojo, verde, azul y todo el arcoíris).

Si eliminan la Violencia Contra las Mujeres, se autodestruyen, no pueden… (nosotras sí…)*

Si el feminismo, ahora “los feminismos” reculan de sus políticas radicales de redistribución de los tiempos, los territorios, la riqueza, los recursos, los espacios cotidianos, y se quedan solo con estas políticas de reconocimiento a las identidades que implican visibilización cual publicidad de multinacionales, el feminismo se convierte en un  fetiche estético y en una usanza performática.
Para eso la postmodernidad neoliberal entrega cuotas de poder a determinadas mujeres para vaciar el feminismo.
Lo hace con las que cultivan más poder alineándose con ideas masculinas hegemónicas y con movimientos mixtos en que la hegemonía es masculinizada.

$HILE: SORPRENDE EL «RE$HAZISMO» TRIUNFANTE

Por otra parte, en la mayoría hegemónica del feminismo institucionalizador no sorprende nada. Ha tenido desde hace casi 33 años un tono sostenido de burla clasista (cuando se ríen de ti porque consideran que tú no sabes nada y ellas sí), y de desprestigio misógino que es el que se usa fácilmente cuando te hacen aparecer como una voz aislada de "una medio loca" "extrema"... (Así lo describen en sus libros negando a todas las colectivas que sostenían y sostienen la autonomía de manera organizada y reflexiva).

La “puebla” rechazó

La “nueva constitución” era un texto enriquecido y docto, plagado de simbólicas categorizaciones, pero evadiendo entre líneas la destrucción del sistema de mercado.
No era una “constitución feminista”. El feminismo se opone radicalmente al patriarcado por lo que no puede ser neoliberal.
¿Puede acaso ser “feminista” una constitución latinoamericana que no nacionaliza los recursos naturales saqueados constantemente por el primer mundo y que explota a las mujeres?