Decir NUNCA MÁS es contradictorio, o extremadamente simbólico para las condiciones posdictatoriales que conforman las vidas cotidianas de la mayoría en este territorio en prenda llamado Chile. Es invocar nuevamente el conocido slógan en pos de la una forzada reconciliación, impuesta por el poder.
se repiten los nombres y las prácticas, los lenguajes y las referencias de entonces; con las que resuenan hoy hegemónicas y rimbobantes detrás de la GENEROLOGÍA institucionalizada, superinstalada y en su decorativa labor de re-fundar Academias, partidos políticos e instituciones públicas y privadas, en general.
Hoy que vamos de salida de esta gran “resaca moral colectiva” en nuestras calles, queremos proponer aferrarnos a la autonomía y la desobediencia como valores políticos que orienten y defiendan nuestra integridad como luchadoras sociales.
