VERÓNICA REYNA, ABOGADA: «CREO EN LA MEMORIA HISTÓRICA» (1994)

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(Detalle origonal de la página en que publicamos la entrevista a Verónica Reyna en 1994)

Verónica Reyna, abogada
«CREO EN LA MEMORIA HISTORICA»
x Puntada con Hilo 

«Soy soltera, con hijos -anulé mi matrimonio-.
En los años de dictadura, muchas mujeres, por diferentes razones, nos quedamos sin pareja».

Ha trabajado 19 años en la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas, FASIC, institución que desde el Golpe de Estado se ha preocupado principalmente por los derechos de los presos políticos.

NO ERA POLITICA
En 1975, ya era abogada, tenía menos de 30 años y un hijo de tres meses. Junto con los cambios, había perdido su trabajo en el Ministerio de Hacienda. Una amiga la llamó para que se ocupara de la situación de los presos de la dictadura.
Verónica fue simpatizante del Gobierno de la Unidad Popular, pero no militante. Sabía poco del tema de Derechos Humanos -que no está incluido en los programas de Leyes-, pero aceptó el cargo. Comenzó con los casos de conmutación de penas por extrañamiento, es decir: en vez de prisión, exilio para los detenidos. 

LA VERDAD Y EL INFORME
Recibía casos de tortura: «Hubo gente, que trabajaba conmigo, que no pudo resistir las imágenes de crueldad en los relatos, y se fue.
Además, estaba el miedo. Nos podían haber detenido a todos; yo intuía el riesgo pero no pensaba, si lo hubiese hecho quizás me también me hubiera ido…
Hice amigos en esta lucha, sentí su dolor, sufrieron atrocidades…».

¿Qué opinas del Informe Rettig?
Es una verdad que ya conocíamos; conocemos mucho más.
En el pasado, por decirla, nos tacharon de pagados por el marxismo internacional. El Informe le dio el sello de autenticidad.
Es insuficiente, se refiere sólo a los muertos. Todos los demás que sufrieron las más atroces torturas y sobrevivieron no están considerados.
Creen que la muerte es lo peor que le puede pasar a alguien. Sin embargo, vivir con la pérdida de seres amados y con el horror, también puede ser ‘lo peor’.

¿Cómo crees que afectó la represión a quiénes no la sufrieron directamente?
Todos fuimos afectados. Muchos sufrimos tortura sicológica.
Se me hace un nudo en la garganta cuando recuerdo… No me explico cómo una persona le puede hacer cosas tan horrorosas a otra.

¿Qué pasó con tu vida personal?
Me transformé en una monotemática y marginada.
Me separé. Me sentía bien solamente con la gente que era solidaria.
En reuniones sociales con antiguos amigos, comentaba sobre lo que estaba pasando y me decían: ¡no me cuentes, no quiero saber!
Entonces yo no volvía a donde no podía hablar.
También hubo quienes se alejaron de mí por miedo a mis conexiones con la oposición, pasé a ser peligrosa.

EXTERMINIO Y ECONOMIA
«El secuestro y desaparición de personas transmite un mensaje siniestro a los demás: a tí también te puede pasar, no te metas». Se trataba de paralizar a la gente para «imponer un modelo económico que habría sido imposible instalar en democracia. Si no hubiese sido por el miedo, en la época de la crisis económica habríamos hecho una huelga nacional», afirma.
Las violaciones a los DD.HH. se cometieron para despejar el camino: «Comenzaron por perseguir y matar a los miristas, comunistas y socialistas, destruyeron los sindicatos y los colegios profesionales -todos organizadores sociales-, luego usurparon los derechos de los trabajadores y borraron las libertades ciudadanas».

ESTADO PINOCHETISTA: VIOLADOR
«El estado dictatorial puso en manos de sus agentes todo lo necesario para matar». No se trató de algunos malos elementos.
«Si un particular secuestra a alguien, la víctima puede recurrir al Estado para que la proteja. Pero si eso mismo lo hacen empleados públicos, como los agentes de la DINA y la CNI, es el Estado a través de ellos el que está secuestrando y las personas quedan indefensas», explica la abogada.

EL SECUESTRO CONTINUA
Se dice que no se puede hacer justicia pues hay una amnistía que lo impide. Nuestra entrevistada asegura que «es ilegítima, porque se la dio en 1978, el mismo gobierno que cometió las atrocidades». La justicia chilena es otro caso: «Los primeros años renunció a fiscalizar los Consejos de Guerra, si hubiera accedido, tal vez muchos ejecutados estarían vivos ahora», afirma.
No es mucho lo que ha cambiado. Numerosos jueces siguen siendo cómplices pues «no se puede amnistiar un delito como el secuestro (de los desaparecidos), porque desde el punto de vista legal, mientras no aparezca el cuerpo de la víctima, el plagio continúa». Desde el punto de vista humano, con mayor razón.

ESTADO TERRORISTA
Con respecto a la discriminación que se hace entre los presos políticos -de sangre y de conciencia-, la representante de FASIC es enfática: «No estoy de acuerdo. Todos lucharon en el contexto de un estado terrorista, usando diversas formas para resistir la persecución».

LOS GRANDES MACHOS DEL PODER
¿Se usó regularmente la violación como método de tortura?
Fue una constante en tiempos de dictadura. Era una manera de quebrar a la víctima, hubo hasta perros entrenados para violar mujeres en la época de la DINA (con jefes como Manuel Contreras, Osvaldo Romo, Miguel Krassnoff, Marcelo Moren, Laureani y otros).
También hubo hombres violentados sexualmente por los torturadores. Un muchacho comunista denunció haber sido violado en la CNI. Fue el único que se atrevió.

O sea ellos son los grandes machos del poder…
Claro, los dominadores. Con eso quieren decir que los demás -mujeres y hombres- deben estar abajo… y ellos arriba.

LA ESPERANZA
Cuando habla de las mujeres, Verónica se identifica. Esgrime con fuerza que la lucha de ellas fue fundamental contra la dictadura. La emociona recordar que ella misma y otras hacían sus actividades «con los hijos a cuestas».
Subraya que «cuando los hombres regresaron de las cárceles, quisieron que la esposas volvieran a la casa, pero ellas dijeron no, porque habíamos aprendido mucho de decisiones».
Tal como cree en las mujeres, cree que la justicia es posible: «Que se diga lo contrario es pura manipulación de la derecha», concluye.                                                 

FUENTE: PUNTADA CON HILO Nº 3, AÑO 1, OCTUBRE 1994