Taller: cuidados como estrategia de resistencia a la violencia patriarcal
Porque la «autoayuda» no debería tratarse de evadir el contacto con la vida dese la conciencia social podemos sostenernos entre nosotres…
Porque la «autoayuda» no debería tratarse de evadir el contacto con la vida dese la conciencia social podemos sostenernos entre nosotres…
Si el feminismo, ahora “los feminismos” reculan de sus políticas radicales de redistribución de los tiempos, los territorios, la riqueza, los recursos, los espacios cotidianos, y se quedan solo con estas políticas de reconocimiento a las identidades que implican visibilización cual publicidad de multinacionales, el feminismo se convierte en un fetiche estético y en una usanza performática.
Para eso la postmodernidad neoliberal entrega cuotas de poder a determinadas mujeres para vaciar el feminismo.
Lo hace con las que cultivan más poder alineándose con ideas masculinas hegemónicas y con movimientos mixtos en que la hegemonía es masculinizada.
“Toda la vida la tenemos en común acá por eso somos comunidad. Nuestra lucha ha…
Nabila es madre de cuatro hijos menores, trabajadora autogestiva y vive en el extremo Sur de chile, por lo que sufre fuertemente el centralismo territorial del E$tado chileno que le priva de cuestiones básicas como seguimientos en salud mental y otros apoyos urgentes en su condición.
Macarena y Rubén ya no están, pero sus cuatro hijos sí, y necesitan todo nuestro compromiso solidario por la justicia, la tierra, el territorio y por el encuentro ético entre quienes nos decimos activistas, anticapitalistas, feministas, ambientalistas, luchadores… y más.
Los artículos acá reunidos son herederos del periódico “Puntada con Hilo”, comunicación de mujeres con perspectiva de clase, como le llamamos entonces con Beatriz Bataszew co-directora y presencia del activismo hecho en la Memoria Feminista, feministas autónomas, con las Kallejeras, con la Coordinadora contra el femicidio, lesbianas feministas y feministas autónomas con que llevamos a cabo los 19 de diciembre en la calle y sin permiso en memoria de Javiera Neira Oportus, y memoria, finalmente, de muchas reflexiones entre feministas autónomas, de clase y resentidas. Resentidas porque decirse resentida no invalida lo expuesto políticamente, al contrario, siento y reflexiono que le da el sustento de la vivencia hecha conciencia, al cuerpo.
Es decir, podemos deducir que Macarena no se colgó, pero sí la estrangularon con una ligadura, ella trató de quitarse la cuerda, luchó probablemente para ello, y no lo logró porque una o más personas se le opusieron tirando de la cuerda “con fuerza” y sosteniéndola a ella para que no pudiera casi moverse.
“No se observan lesiones de carácter vital, macroscópicas ni histológicas. El examen macroscópico no mostró signos de infiltración. Cuando hay ausencia de infiltración sanguínea en un cadáver no es posible plantear que ocurrió una lesión, dado que postmortem, se interrumpen los procesos metabólicos y de reabsorción. Se estudió un fragmento de piel, identificado como piel cervical, con el fin de determinar si presentaba lesiones de carácter vital y no se evidenciaron signos de lesiones vitales en ninguno de los exámenes practicados”. Lo mismo concluye el experto Luis Ravanal
Macarena no murió por trauma, no murió intoxicada y tampoco de muerte natural, sus órganos estaban sanos. “La opción que queda es una muerte violenta” declara Luis Ravanal: “Eso puede ser asfixias por sofocación y asfixias mecánicas, o sea, por algún mecanismo que impide la respiración. Puede ser con la mano, con una almohada, con una maniobra de inmovilización que sofoca a la persona al no poder expandir su caja torácica”.
Fue el niño de 11 años quien la encontró colgando, en su desesperación cortó la cuerda, el cuerpo de su madre cayó y él imaginó que su madre había muerto por el golpe en esa caída. Es uno de los cuatro hijos que aún buscan a Macarena en la perplejidad de haber quedado sin madre de un día para el otro. Una madre que no estaba enferma, que planeaba celebrarle el cumpleaños a su papá, que le comentaba a sus amigas que sentía que vivía en “un paraíso”, que había decidido embarazarse y parir en territorio mapuche, y cuyo hijo más pequeño ya tenía dos años cuando ella apareció colgada. Ese día ya tenía preparada la mochila y a su niño para acudir al consultorio a control del niño sano. Su supuesto “suicidio” -afirmado por el Servicio Médico Legal y el Tribunal de Panguipulli-, es un absurdo.