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Caso Macarena Valdés Muñoz: TRES AÑOS DE IMPUNIDAD (20 de agosto de 2019)

“No se observan lesiones de carácter vital, macroscópicas ni histológicas. El examen macroscópico no mostró signos de infiltración. Cuando hay ausencia de infiltración sanguínea en un cadáver no es posible plantear que ocurrió una lesión, dado que postmortem, se interrumpen los procesos metabólicos y de reabsorción. Se estudió un fragmento de piel, identificado como piel cervical, con el fin de determinar si presentaba lesiones de carácter vital y no se evidenciaron signos de lesiones vitales en ninguno de los exámenes practicados”. Lo mismo concluye el experto Luis Ravanal

¿Quién o quiénes ordenaron el asesinato de Macarena Valdés? (19 de enero de 2018)

Macarena no murió por trauma, no murió intoxicada y tampoco de muerte natural, sus órganos estaban sanos. “La opción que queda es una muerte violenta” declara Luis Ravanal: “Eso puede ser asfixias por sofocación y asfixias mecánicas, o sea, por algún mecanismo que impide la respiración. Puede ser con la mano, con una almohada, con una maniobra de inmovilización que sofoca a la persona al no poder expandir su caja torácica”.

Verdad y Justicia para Macarena Valdés Muñoz (19 de agosto de 2017)

Fue el niño de 11 años quien la encontró colgando, en su desesperación cortó la cuerda, el cuerpo de su madre cayó y él imaginó que su madre había muerto por el golpe en esa caída. Es uno de los cuatro hijos que aún buscan a Macarena en la perplejidad de haber quedado sin madre de un día para el otro. Una madre que no estaba enferma, que planeaba celebrarle el cumpleaños a su papá, que le comentaba a sus amigas que sentía que vivía en “un paraíso”, que había decidido embarazarse y parir en territorio mapuche, y cuyo hijo más pequeño ya tenía dos años cuando ella apareció colgada. Ese día ya tenía preparada la mochila y a su niño para acudir al consultorio a control del niño sano. Su supuesto “suicidio” -afirmado por el Servicio Médico Legal y el Tribunal de Panguipulli-, es un absurdo.