Fue el niño de 11 años quien la encontró colgando, en su desesperación cortó la cuerda, el cuerpo de su madre cayó y él imaginó que su madre había muerto por el golpe en esa caída. Es uno de los cuatro hijos que aún buscan a Macarena en la perplejidad de haber quedado sin madre de un día para el otro. Una madre que no estaba enferma, que planeaba celebrarle el cumpleaños a su papá, que le comentaba a sus amigas que sentía que vivía en “un paraíso”, que había decidido embarazarse y parir en territorio mapuche, y cuyo hijo más pequeño ya tenía dos años cuando ella apareció colgada. Ese día ya tenía preparada la mochila y a su niño para acudir al consultorio a control del niño sano. Su supuesto “suicidio” -afirmado por el Servicio Médico Legal y el Tribunal de Panguipulli-, es un absurdo.