Del “peor es nada” al “mal menor”
Los patrones millonarios son de una clase que combina los más sagrados valores cristianos civilizados, como la cruz y la espada, la razón y la fuerza, la familia y el derecho de pernada, con la propuesta puritana del trabajo para la acumulación de riqueza e inversión. Es una clase social que, a los buenos salvajes, nos propone esforzarnos para los privilegios y ganancias de su clase. Pueden ser “empáticos” con el sometido pujante, mientras arrasan con mares, bosques y la vida toda. El problema mayor no son solo ellos, sino el espíritu blanqueado que se los permite.