Puntada con Hilo viene de los años 90, registró miradas políticas del feminismo autónomo de los primeros años en postdictadura chilena. Sus directoras y editoras fueron Victoria Aldunate Morales y Beatriz Bataszew Contreras, quienes trabajaron con equipo de colaboradoras y colaboradores en distintas etapas del periódico que salía en papel con portadas vistosas y problematizadoras de la farza postdictatorial. Salían cerca de 200o ejemplares cada mes, llegaban a las organizaciones de bases de mujeres, las instituciones debían comprarlo. Fue conocido en todo Chile, también llegó a conocerse en otros países de sudamerica aunque el feminismo institucionalizador lo ha negado por décadas, incluyendo esta negación en el mundo archivístico y del arte.