Justicia Para Cindy Estrada Muñoz
presentada la querella por la muerte de Cindy Estrada, mujer LGTBIQ+, contra Nicolás Cortez Encina, sub-inspector de la PDI
presentada la querella por la muerte de Cindy Estrada, mujer LGTBIQ+, contra Nicolás Cortez Encina, sub-inspector de la PDI
femicidio empresarial es un término que desarrollamos desde el año 2016 en nuestra colectiva, que tiene orígenes en las elaboraciones feministas materialistas sobre violencia estructural, y que con este término (y concepto) pretendemos revelar un crimen en el que se utiliza la asimetría entre las posiciones de las víctimas y los agresores, y que se concentra en la destrucción de la existencia material de mujeres que resisten a las trasnacionales junto a sus comunidades, las que a su vez sostienen esas comunidades en lo cotidiano.
Los reaccionarios son cada vez más resguardados por las fuerzas represivas de Boric, lo cual nos ha costado vidas. Sin embargo, estos sinvergüenzas (y no está demás decir que también su séquito de desclasados) no demorar en vitorearse y palmetearse la espalda con cada reforma charcha y refrita o cuando se cumple un hito en la convención constituyente...
Ana María Catrileo Del Lof Juan Currín en resistencia denuncia cárcel persecución y apremios ilegítimos de Carabineros de $hile a su hijo (julio 2022)
“Nos rodearon el Estado y las Iglesias, nos han ido desplazando y hasta matando. La gente mapuche más anciana cuenta que en el siglo 19, el río iba teñido de sangre mapuche, que tiraban al río a los ancestros; dicen que a las guaguas, las tiraban vivas… Todo para sacarnos de nuestras tierras… Así nos arrebataron el territorio, así combatieron para usurparnos”.
Te invitamos a indagar en tu corporalidad, capacidad de conmoverte, el contacto con la vida y la relevancia de lenguajes no verbales en colectivo. Búsquedas en las que podamos facilitarte alivio y estrategias de enfrentamiento a dificultades que nos plantea un sistema patriarcal, heterosexual obligatorio, capacitista y capitalista.
En total existimos hace seis años, llevamos tres, facilitando contención, escucha activa, conversaciones liberadoras a mujeres, lesbianas, disidentes sexuales, personas LGTBIQ+, migrantas, activistas de distintas regiones. Hace varios años que organizamos intercambio de saberes con temáticas como violencia patriarcal, institucional, historia de las mujeres y los feminismos, autonomía política feminista, acompañamiento feminista y comunitario y otros. Trabajamos en contrainformación y acompañando casos de comunidades y familias que viven violencia institucional.
Poco se diferencian estos feminismos con los bacheletistas. Aquellas celebraron el primer mandato de Bachelet emocionadas porque “era mujer”, y no les importó nada que también fuera la continuidad de la prisión política a gente mapuche en resistencia a las trasnacionales y la oligarquía. Soslayaron el asesinato de Matías Catrileo (2008) bajo su mandato, y más tarde, cuando se hizo internacional el reclamo feminista autónomo por la indiferencia gobiernista ante la huelga de hambre de la comunera y presa política mapuche, Patricia Troncoso, guardaron sus challas para “lamentarse” con alguna tímida declaración. Hay que reconocer -eso sí- que nunca organizaban “encuentros plurinacionales y antirracistas” en esas condiciones políticas de sus gobiernos.
subraya fragmentos de una historia feminista latinoamericana como la denuncia de “Cómplices” de Brasil sobre la gestación del proceso de Beijing con la AID (American International para el Desarrollo), la misma que indujo programas de esterilización forzada a mujeres. Una AID íntimamente relacionada con la política exterior de EE.UU. y de la cual era consultora la feminista Gina Vargas, que Pisano nombra como “encargada de llevar las políticas de la AID, a Beijing”. Y no deja de ser relevante este fragmento neoliberal de la historia feminista ya que a más de 25 años, hay feministas chilenas que pretenden la figura de Vargas como “autónoma”, lo que suena –al menos- sorprendente.
Feministas autónomas como Bataszew y Aldunate también luchan contra la revictimización de las sobrevivientes de la dictadura. “Nosotras discrepamos que seamos miradas como ‘víctimas,’ como ‘pobrecitas,’” Bataszew dice. “Nosotras—las que luchamos contra la dictadura—teníamos visiones del mundo, teníamos proyectos políticos, queríamos cambiar radicalmente el sistema, no solo a Pinochet, por un sistema no capitalista.”