Nadie se suicida junto a un agente del Estado

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A las dos de la mañana, Cindy llamó a una amiga para contarle que “el PDI no se quería ir” y la estaba hostigando. Su amiga dijo que se escuchaba la voz de Cindy “encerrada en el baño”, y también la voz del hombre que intentaba abrir la puerta y le decía “yapo ábreme”, y algo más relacionado “con un dinero”.

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Rayado en la comuna de Independencia (Colectiva Justicia Para Cindy Estrada)

El lesbidicio de Cindy Estrada Muñoz

X puntada con hilo

Cindy Estrada no tenía razones para morir, y sí varios motivos por los que quería vivir. Planes sobre viajes y vacaciones con su pequeña hija, fines de semana familiares que gozaba disfrutar, una madre, hermanas, una hija, una novia…

Había sido madre adolescente y tuvo que cumplir con las expectativas sociales de “madurez materna”, a la vez que desarrollarse como joven. Decidió trabajar para su hija. Y para ello, llevó a su niña a vivir con su hermana mayor, donde tuviera atención constante y estuviese rodeada del afecto de primos, tíos, abuelas, tías y el de la misma Cindy, que la visitaba cada semana.

En su búsqueda de una vida mejor en un país (Chile), donde la salud, la educación y muchas necesidades básicas llegan a ser bienes difíciles de alcanzar, y a pesar de haber terminado de estudiar peluquería, ella se acercó al trabajo sexual y así mismo a círculos de consumo. No obstante, todo esto, Cindy tenía objetivos claros en su vida: No abandonar a su hija y lograr una situación más holgada que les diera la posibilidad de pasar tiempo de calidad, juntas.

Solía compartir mucha vida familiar con sus hermanas, su madre, su novia, su hija, sobrinos, y otros familiares que se juntaban a menudo a disfrutar de encuentros de fin de semana o feriados.

La pareja de Cindy compartía sus búsquedas, era una mujer migranta, que a un año de la muerte de su pareja Cindy, nos compartió que se querían y que eran dos mujeres apoyándose en una relación sexo-afectiva con anhelos de vivir en familia y cercanía.

Foto proporcionada por su madre

El 23 de septiembre de 2021, cuando su pareja estaba, temporalmente, fuera de Chile, Cindy apareció agonizante en la escalera de incendios de su edificio (en Independencia). El disparo que la mató salió del arma personal autorizada de servicio del sub-inspector de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), Nicolás Antonio Cortez Encina.

El primer día, las noticias de televisión abierta hablaron de “homicidio”, al segundo día lo negaron y lo presentaron como “suicidio”.

El agente del estado, Cortez Encina, esa noche entró al edificio con engaños, diciéndole al conserje que iba a un procedimiento policial. No era verdad, iba para contratar los servicios de Cindy.

A las dos de la mañana, Cindy llamó a una amiga para contarle que “el PDI no se quería ir” y la estaba hostigando. Su amiga dijo que se escuchaba la voz de Cindy “encerrada en el baño”, y también la voz del hombre que intentaba abrir la puerta y le decía “yapo ábreme”, y algo más relacionado “con un dinero”.

Hubo vecinos que llamaron al conserje para decirle que se oía una pelea “de violencia intrafamiliar”.

En la mañana, el policía trató de escapar, pero luego llamó a su unidad para decir que “una loca le había quitado” su arma. El Servicio Médico Legal (SML) concluyó “lesión balística craneoencefálica” y el informe de homicidio integrado pericial dijo que se trataría de “un disparo en sitio de elección suicida, empleando un elemento intermedio como aislante (una chaqueta)”.

Creemos que los policías, funcionarios de instituciones militares y otros miembros de dispositivos similares, suelen saber cómo deben lucir los sitios del suceso para ser interpretados como escenas de “suicidio”; observamos que los agentes del Estado chileno pueden -si quieren-, descansar en la impunidad, y que los organismos periciales dependientes del mismo Estado, pueden llegar a concluir “suicidio” en casos de víctimas de agentes con poder.

La investigación de la muerte de Cindy no avanza, las autoridades no se pronuncian. Nuestras interrogantes siguen vigentes:

¿Por qué el sub-inspector PDI Cortez Encina permite que una civil tome su arma?

¿Por qué una persona que quiere morir (supuestamente Cindy), estaría tan ocupada de evitar el estruendo del tiro?

Si Cindy realmente se disparó: ¿Bajo qué presiones lo hizo?

¡¡¡Justicia Para Cindy Estrada Muñoz!!!

¡¡¡Nadie se suicida junto a un agente del E$tado!!!

Foto proporcionada por su madre