MISOGINIA LÉSBICA… ¿ACASO EXISTE?

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MISOGINIA LÉSBICA*
x Mónica S.

En 1980 Adrienne Rich acuñó el concepto de «continuum lésbico»1 para explicar todas aquellas experiencias de las relaciones entre mujeres que parten desde la mera simpatía que sienten y expresan unas mujeres hacia otras, pasa por las amistades establecidas entre mujeres, continúa hacia las «amistades pasionales» y culmina en el establecimiento de las relaciones lésbicas propiamente dichas.

Lo que plantea es que el amor erótico entre las mujeres es el extremo o el punto más radical de separación del sistema de supremacía masculina. La lesbiana sería entonces aquella mujer que ama a las mujeres hasta el punto de desafiar todo un ordenamiento social que dicta que las mujeres están hechas para los hombres, tal como Eva fue creada para la complacencia de Adán.

Tradicionalmente la sociedad ha subordinado el género femenino al masculino y en este contexto se espera que las mujeres estén naturalmente enemistadas y que compitan entre sí por poseer o más bien, ser poseídas por los hombres, que son los únicos que pueden otorgarles valor social. Es así que en la sociedad machista las mujeres sólo valen si están relacionadas, primero como hijas y luego como esposas, novias o amantes a cierto varón.

Por tanto es muy difícil para la sociedad valorar, aceptar o siquiera imaginar la amistad verdadera (menos aún el amor) entre las mujeres. Las imágenes difundidas por las películas, las telenovelas y la literatura nos muestran a las mujeres «sacándonos el cuero» y «jalándonos las mechas» por conquistar al guapo, joven y rico protagonista de la obra.

Es comprensible que para apuntalar la institución de la «heterosexualidad obligatoria»2 estas imágenes sean necesarias, pero, ¿qué significan cuando están presentes en la cultura homo? ¿Acaso no nos es familiar la rivalidad entre las lesbianas? ¿cómo podemos entender las venganzas encarnizadas contra la novia que abandonó a una lesbiana, o contra la rival que le quitó la chica a alguien?

Tal vez la clave esté en que muchas mujeres viven su lesbianismo no como una separación del sistema de supremacía masculina, si no más bien como una identificación con el poder masculino, una utilización y cosificación de las mujeres.

Tal vez podemos hablar de la existencia de un «lesbianismo misógino»3 donde las mujeres implicadas no se identifican entre sí en absoluto, donde el relacionarse erótica y sentimentalmente con una mujer nada tiene que ver con valorar y amar a las mujeres.

Es frecuente que las venganzas entre lesbianas utilicen el lesbianismo como «talón de Aquiles» para derribar a la contrincante. Es frecuente que se recurra a la exposición del mismo ante el círculo social (potencialmente lesbófobo) de la implicada para desacreditarla y arruinarle la vida.

Se puede ver en estos recursos una fuerte dosis de «lesbofobia interiorizada», de rechazo y censura, ya sea consciente o inconsciente, de la propia condición de lesbiana. El daño público a la imagen de una lesbiana redunda en daño a todo el colectivo de lesbianas, y contribuye a la satanización del homoerotismo. La homo y lesbofobia se complace en cada uno de nuestros escándalos y saborea cada una de nuestras tragedias complementando y articulando la larga lista de prejuicios y estereotipos patológicos construídos en torno a la homosexualidad.

La lucha contra la discriminación y la lucha por los derechos sexuales no se hace sólo desde acciones colectivas o institucionales. No bastan los desfiles y las manifestaciones callejeras o «performances». El lesbianismo tiene para las mujeres un potencial liberador de la subordinación genérica. Puede ser saludable y autoafirmante en un mundo donde todavía la mujer sufre discriminación y violencia. Cada lesbiana, cada romance entre mujeres, y cada experiencia, va construyendo día a día la identidad lésbica colectiva e histórica. ¡Podemos hacerlo bien!

*Adrienne Rich es una activista feminista lesbiana. Nació en 1929 en Baltimore Maryland, Estados Unidos de América. 
1. Planteó este concepto en el artículo «heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana», publicado en Nueva York. Nos referimos a relaciones de gran intensidad y fuerte compromiso en la que esta exento el componente sexual.
2. Este concepto también es de Adrienne Rich, y además de cuestionar el carácter «natural» de la heterosexualidad, la muestra como un principio organizador de las relaciones en un sistema de supremacía masculina.3.Misoginia se refiere al odio hacia las mujeres.