JUAN ÁLVARO RICO LOBOS ES UN DEPREDADOR SEXUAL, LA DENUNCIANTE ABRAZA LA CALMA

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Debió lidiar con que parte de su entorno le dijera que estaba siendo «exagerado» lo que estaba sintiendo después de tantos años, que si no había denunciado entonces, qué caso tenía hacetlo ahora y pasar por todo esto. Se sostuvo económicamente con trabajo doméstico, cosechando y vendiendo las papas de su campo, haciendo cremas naturales con lawenes de su territorio. Estuvo ansiosa, nerviosa, contenta. Se reconoció cariñosa, bonita, mujer de palabra, respetable, mapuche, bondadosa. Defendió su tesis y logró su título.

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«La Estrella» vino a confirmar sus decisiones

X puntada con hilo

La víctima, una joven de 25 años se atrevió a denunciar a inicios del año 2023 y a sostener un proceso judicial que duró más casi dos años, contra su agresor, luego de cerca de 10 años de haber sufrido su violencia sexual en la escuela. Fortalecida en su sentir y con el apoyo solidario de hermanas, compañeras y agrupaciones, pudo llevar a cabo su proceso.

Así, este violador fue condenado en Julio 2024 por el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Temuco, Wallmapu, a cumplir 15 años y un día de presidio efectivo “como autor de los delitos de abuso sexual infantil y violación infantil en carácter reiterado” cometidos en contra de la víctima a sus 12 años, en un Liceo de Puerto Saavedra.

RICO LOBOS, el agresor sexual, era “asistente de la educación” y “queda inhabilitado de por vida para ejercer cargos, empleos, oficios y profesiones en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad”, según lo transmitido por dicho Tribunal.

Estamos seguras de que sus víctimas son muchas más, y esperamos que aquellas se sientan –al menos en parte- reparadas en este daño que no surge solo del sujeto condenado, sino de toda una sociedad que lo observa, pero calla, que no obstante las actuales declaraciones de respeto a las mujeres, lo permite, lo normaliza y es capaz de culpar a las víctimas del daño del depredador.

Este depredador sexual, como otros, no es “un loco ni un enfermo”, si no un hombre que ejerce su masculinidad violenta apropiándose de los cuerpos de sus víctimas porque le es permitido.

Ni las mujeres, ni las niñas, ni ninguna víctima (ni las organizaciones que no damos abasto para acompañar), somos culpables y/o responsables de la impunidad. El culpable es un sistema político racista, capitalista y patriarcal que sostiene un silencio cómplice criminal.

Acompañamiento feminista

La Red de Terapeutas Tierra y Territorio acompañó a esta consultante más de un año. La derivaron hasta nosotras sus lamngenes de una comunidad vecina, en parte familia en parte amigas y compañeras. También compañeras nuestras desde la huelga de hambre de más de 100 días de la Chepa en el gobierno de Bachelet I. Buscaron juntas a la abogada que la acompañó y también estimaban que necesitaban a alguien que la escuchara, la atendiera y facilitara su reencuentro consigo misma .

Manifestaba «miedo a equivocarse» y mucha culpa. Sentía a menudo que «las cosas» que le habían sucedido, habían pasado porque -tal vez- había algo en ella que la exponía a aquello. Sentía inseguridad ante la posibilidad de desarrollar y defenser su tesis de titulación en una profesión terapéutica. Había sido abusada sexualmente a los 13 años por un profesor de su escuela rural y no podía dejar atrás «nada más así, como si no hubiese sucedido» lo que ahora sentía como burla y humillación, y en ese tiempo había vivido tan confundida, desorientada y muy asustada por lo que dirían su madre y su padre, los demás profesores, sus compañeras y compañeros de colegio.

Decidió no estar presente en las audiencias, sentía que lloraría que no sería «fuerte» como imaginaba que debía ser. Sintió asco, traición, alivio. Esperó en su casa, en el campo y en el hogar, los resultados de cada audiencia.

Debió lidiar con que parte de su entorno le dijera que estaba siendo «exagerado» lo que estaba sintiendo después de tantos años, que si no había denunciado entonces, qué caso tenía hacetlo ahora y pasar por todo esto. Se sostuvo económicamente con trabajo doméstico, cosechando y vendiendo las papas de su campo, haciendo cremas naturales con lawenes de su territorio. Estuvo ansiosa, nerviosa, contenta. Se reconoció cariñosa, bonita, mujer de palabra, respetable, mapuche, bondadosa. Defendió su tesis y logró su título.

Nos volvimos a encontrar con ella y sus lamngenes en un taller de tarot y reiki este marzo 2025, hablamos acerca de la violencia contra las mujeres y las niñas, sobre el patriarcado y el Estado $hileno represor. Cartas como «La Estrella» (XVII arcano mayor) y «La Justicia» vinieron a confirmar su emerger, su calma después de la tormenta, que todo lo que hacemos y todo lo que hacen ellos, los agresores de mujeres y niñas, se devuelve de alguna manera, y que el hilo de vida que ha tejido la araña, esa ancestra abuela en el mito prepatriarcal de los hopi, sí tiene un equilibrio… Nos queda aún abierta la carta de «El Hierofante», pues no por una condena, el patriarcado ha caído, lo sabemos, ella lo sabe, su comunidad también.

(facebook puntada con hiloLesboFeministas Antirracistas, Tierra y Territorio)