HABLANDO DE LENGUAJE, COMUNICACIÓN Y FEMINISMO desde la experiencia de puntada con hilo
Nada de Objetividad entendida como Neutralidad. Nuestra experiencia no es objetiva ni neutral. No existe el ver sin interpretar, no hay tal cosa como una experiencia anterior a la vivencia real, concreta y genuina. Todo es proceso. La relativización de Todo no es más que la trampa de la Nada, nos decíamos…
Puntada con Hilo, una experiencia
HABLANDO DE LENGUAJE, COMUNICACIÓN Y FEMINISMO[1]
ABRE COMILLAS:
“Este control de las interacciones apunta a un trasfondo en el acercamiento a un arreglo de lenguaje/acción claramente discernible de otros arreglos. La regimentación de los movimientos, el espacio y el tiempo, codificada en principios semánticos y semióticos, se trata de una regulación de las exploraciones sexual-gramaticales. Tanto categorías como interrelaciones entre inter-categorías son prácticas discursivas e interacciones de comunicación interna adecuando las clasificaciones subsecuentes; quiebres constituidos por el principio de clasificación en un contexto interaccional…”…
CIERRE DE COMILLAS
ESO FUE LENGUAJE POSTMO… ¿”DOCTO”? ¿QUIÉN HABLA ASÍ, SABE MÁS? SI SABE MÁS… ¿SOBRE QUÉ?… ¿A QUIÉN LE SIRVE ESTE SABER? ¿PARA QUÉ?
¿ESTE LENGUAJE ME ESTUDIA A MÍ, A NOSOTRAS, SOMOS SU OBJETO?…
Y es que ya da una especie de náusea todo esto. Nos definen, categorizan.
Y lo peor, querer explicar, simple, directa y concreta, es poco refinado.
Lo actual es hablar en clave, con academicismos que revelen la cantidad de conocimientos “neutrales y objetivos tiene la que habla”.
Muchas veces cuando intervienes el lenguaje también intervienes la vivencia con falsedades, maquillas realidades políticas, y culpabilizas a quienes la vivenciamos como únicas responsables de construcciones políticas racistas, clasistas, machistas, en definitiva patriarcales…
EJEMPLOS
- No tuvimos Golpe de E$tado y Dictadura, sino «pronunciamiento» y “gobierno militar”
- Hay “Democracia” y no “Post-Dictadura”
- El Feminismo corre el peligro de ser solo un «acercamiento al género» (generismo-equidad-igualdad de género)
- «Decodificamos la crítica» en vez de profundizarla y revelarla…
- En vez lucha de clases y corrientes político-ideológicas, ahora es «archipiélago social y quiebre» y «conflictos de la civilidad”… Una “civilidad” que viene de “Civilización”, por ende en la mirada histórico política colonial-postcolonial – y esto es lo peor- que cree que la “Civilización” concreta, real, la que conocemos (tal como la conocemos) los pueblos invadidos, está la “meta” y “el éxito” a alcanzar para nosotras, las sudacas cabezas negras…
- No es un detalle más que ya las feministas institucionalizadoras digan Beijing en vez de Pekín, y que hablen de “sororidad” en vez de solidaridad. Una especie de amor abstracto, simbólico, entre mujeres, feministas y no feministas, una construcción (sospechosa para mí) inter-clase, inter-raza, pluralista, que obvia los privilegios territoriales, de clase, color y raza de unas y nos insta a las otras a abanderizarnos con medidas como “más cuotas al parlamento” para las mujeres de la Clase Política actual.
- Se dice “transformación social” en vez de revolución, o simplemente ya no se habla de Revolución. Y esta palabra política construida en siglos de movimientos proletarios –cuya idea es que la clase trabajadora es proletaria cuando tiene conciencia de sus opresiones- parece pronta a morir…
- Y coherentemente ahora es «desarrollo sustentable» aquella experiencia en que las empobrecidas simplemente nos jodemos.
El Neoliberalismo construye su lenguaje “adecuado”, el que se adecúa a sus fines. Está plagado de palabras en inglés que la revelan: Holding.
Holding: traducción: una misma empresa va cambiando de nombre de acuerdo al país en que se posiciona y puede evadir contratos sociales, explotar trabajadoras y territorios sin sanciones internacionales, además de pagar impuestos diferenciados o no pagarlos y concentrar riquezas sin obligaciones legales.
Es muy “ligth” para los patrones y las patronales. Es “ligero” y consistente en relación a sí mismo, cumple objetivos materiales y de abstracciones, nos desorienta, no sabemos lo que nos están diciendo… Mi abuela decía y mi madre dice, te «emborracha la perdiz» o «embolina la perdiz». Cuando cazan a la perdiz, lo hacen con una caña con un hilo en la punta. El cazador –dicen (porque yo no cazo)- corre en círculos alrededor de ella para desorientarla. Así, la perdiz somos nosotras, y como no, si somos humanas apropiadas, cas(z)adas.
Es una Dieta nueva –para nosotras- la neoliberal, en la que justo nosotras –y nosotros- somos el alimento. Se prepara con amnesia, invisibilización, seudo-diversidad (inter-clase e inter-raza), negación de posturas políticas enmarcadas en la Nueva Tolerancia, en que todas nos toleramos y entonces, no disentimos.
- Y es que ser una cesante sub-empleada no es “microempresaria”
- Ser pobre no es ser “diversa”
- Decidir hablar desde mi clase y actuar con quienes son de mi clase, y no con representantesde las instituciones, no es intolerancia es elección política.
DE ESO SE TRATÓ LA PUNTADA CON HILO
La definimos como:
· Comunicación Feminista, desde la certeza que el feminismo es una postura política revolucionaria, un enfoque de mundo que pretende desarmar la lógica patriarcal (jerárquica, patronal, explotadora, racista, machista, lesbofóbica…)
- Comunicación Feminista con perspectiva de Clase, con la certeza de que las relaciones de poder postmodernistas (tan Foucoult), no han superado la Dominación, la lucha de clases, las guerras imperialistas, el racismo recalcitrante y blanqueado, el arribismo, la homofobia, transfobia, lesbofobia, la obligación heterosexual, habiendo profundizado la depredación aguda de la tierra.
Fue Comunicación Feminista con perspectiva de clase y crítica a toda maniobra de negociación que redunde en la desmovilización de los movimientos políticos no partidarios, autónomos.
Como comunicadoras feministas buscamos crear una propuesta propia.
La Puntada nace en 1994 y cumple su primer ciclo en 1997. En ese periodo tuvo a su haber 30 números impresos (en papel). Su origen se tejió entre dos trabajadoras asalariadas de la ONG “Marea Alta”, un periódico con perspectiva de género ya desaparecido y auto-declarado como “del Movimiento de Mujeres”.
Nos iniciamos con el aporte de OXFAM, agencia de Inglaterra. Ese aporte había quedado a disposición de Marea Alta luego de que otras dos agencias se retiraran de la cooperación con esta ONG, no porque tuvieran desacuerdos con ella, sino porque ya “la cooperación internacional al desarrollo”, como se le llama, al parecer consideraba que en Chile se avanzaba hacia una “democracia” acorde con los intereses de a esta cooperación (vinculada al Banco Mundial, indirecta y/o directamente), por lo cual las directoras de Marea Alta decidieron terminar con su iniciativa comunicacional ya que el pequeño aporte disponible no parecía suficiente en su proyecto.
Así, cuando se lo planteamos, OXFAM no se rehusó a contribuir con lo disponible a otro proyecto feminista, con estas dos características distintas (a Marea Alta): Feminista y con perspectiva de clase.
Beatriz hacía las veces de secretaria, administradora y organizadora de Marea Alta y yo de periodista de planta. Estas mismas trabajadoras, a quienes se nos acabó ese espacio laboral por término de proyecto, iniciamos la Puntada con Hilo. Y lo hicimos con la colaboración fundamental del Colectivo de Desarrollo Personal SOLILUNA, que trabajaba incrustado en la Población Jaime Eyzaguirre; todas y todos terapeutas; una muy interesante escritora además de terapeuta (Jacqueline), y todas y todos los participantes de SOLILUNA, aportaban con experiencias, testimonios, reflexiones sobre qué nos estaba aquejando a las y los pobladores, en esta nueva época…
Sus escritos siempre cuestionadores y comprometidos daban cuenta del analfabetismo emocional de quienes habíamos sido y/o seguíamos siendo parte de proyectos políticos revolucionarios, y también de los dolores y el Daño machista a las mujeres, a las lesbianas, a los homosexuales, a las travestis, en nuestros territorios de precariedades económicas.
También nos apoyaron especialmente algunas estudiantas y un estudiante de periodismo, además de un diseñador que se la jugaba por comprendernos, por interpretar nuestros cuestionamientos a las imágenes acostumbradas por los medios, que se sorprendía, cada vez, ante nuestras diatribas contra el machismo y la violencia en las imágenes acostumbradas en los medios, y buscaba incesantemente las que se adecuaban a nuestra mirada política feminista y de clase.
Nosotras, la Bea y yo, SOLILUNA, las colaboradoras y colaboradores, queríamos hablar de que la Alegría que nunca llegó, de las políticas continuistas de los gobiernos de la Concertación de Partidos Por la Democracia, de las construcciones patriarcales como la Maternidad o el Amor Romántico, y de cómo nos dolían y dañaban; también sobre las presas políticas de la supuesta “Democracia” –para nosotras Post-Dictadura-, sobre las presas comunes que son la empobrecidas y no las burguesas, sobre Aborto, Violencia contra las mujeres, sobre lesbianas y Violencia lesbofóbica, sobre feminismo, historia de las mujeres, sobre racismo, maltrato infantil, violencia contra las viejas, etcétera. Y así lo hicimos.
Los temas: Nosotras, la niñez, nuestras maternidades, nuestros amores, nuestras dificultades con la vida. Nuestros terrores, nuestras protestas por las muertas, los muertos, las desaparecidas y desaparecidos. Nuestra sexualidad, nuestras prácticas eróticas diversas. Nuestro trabajo y sobrevivencia. Nuestras poblaciones, nuestras deudas, nuestro consumo, nuestra obesidad, nuestra anorexia, nuestra bulimia.
El levantarse en la mañana y tomar la micro con mochilas y guaguas colgando. El levantarse de los hombres intentando proveer el hogar, haciendo cola en la construcción, dejando currículos en oficinas indiferentes.
Mujeres tomando las riendas de todo; pensando hoy lo que vamos a comprar mañana y de dónde vamos a sacar plata para todo el mes. Elucubrando cómo pagar la lista de útiles escolares. Las empleadas y vendedoras sin borrarse la sonrisa de la cara ni los tacones de las ampollas, tras el mesón de la tienda, sonrisa al cliente que siempre tiene la razón, sonrisa sirviendo el café al jefe que también la tiene. Sin sonreírle a nadie por fin, sentadas a la máquina de escribir o a la máquina de coser. Paradas en la esquina de una calle oscura, accediendo a la explotación sexual y esperando al prostituyente. Aseando el metro cabizbajas, tratando de llegar a la casa a tiempo, sin querer sexo o queriendo, temiendo el rechazo porque vivo con el VIH. Preparándome para el comparendo por la pensión alimenticia que de todas formas va a llegar tarde mal y nunca. Ideando cómo hago para salir el sábado, asustada por un signo + en el Test de embarazo. Dejando los pies en la calle para encontrar dónde abortar con la plata que no tengo, o buscando en mi cuerpo algo que me ayude a aceptar un nacimiento que no quiero. Al cabo, decidiendo mi destino, aislada, en una soledad machista y patriarcal. Atreviéndome a escuchar lo que tengo que decirme. Aprendiendo a dignificar mi cuerpo como único instrumento con que vivo. Mi cuerpo con pretensión de ser territorio propio para un polvo o el amor eterno, para querer y desquerer, para parir y para no parir, organizándome con otras.
Mi cuerpo: fuerza de trabajo que vendo; mi trabajo afuera de la casa que me no me libera, que me hace sentir un tipo individual de libertad, pero que me explota y me subyuga; mi trabajo dentro de la casa que se deshace al segundo que lo hice, que no se nota; que permite que el hombre salga al trabajo sabiendo que encontrará una cama hecha al anochecer. El trabajo doméstico re productor de higiene, nutrición, sanación, tiempo libre, bienestar; el trabajo doméstico de mujeres que permiten que otras (y otros) vayan a la reunión, al trabajo, a la terapia, a carretear… Así nació la sección fija: TODAS TRABAJAMOS.
Podría llenar hojas poéticas y grotescas con estas realidades. El punto es, Desde Dónde la veíamos, Desde Dónde la comunicábamos y escribíamos. Cómo hacíamos para confrontar la misoginia y cómo la atrapábamos en sí mismas, para no seguir reproduciéndola escribiendo sobre política contigente o amor.
Informar no era el punto (ni siquiera es ése, en mi opinión el objeto del periodismo). Queríamos comunicar, facilitar reflexiones, revelar, mostrar, problematizar y cuestionarnos, también a sí mismas.
Nuestro objeto lo definimos como facilitar el testimonio de mujeres –entre ellas, nosotras- pero no de mujeres universales, sino de mujeres pobladoras empobrecidas, vivenciando realidades machistas y neoliberalismo. Buscábamos entregar lo que pudiéramos con la experiencia política y popular de hacer terapia entre las empobrecidas (y empobrecidos) que nos relaraba SOLINUNA, y que esto sirviera para lo que en ese tiempo se nombraba como “crecimiento o desarrollo personal”, que es político. Buscábamos dar elementos para la discusión, la conversación, la reflexión, la propuesta y la acción en las organizaciones.
Queríamos dar elementos, datos, ideas, testimonios para:
- vernos a sí mismas en nuestros ámbitos íntimo, personal y colectivo y así cuestionar lo público.
- hablar con las demás como nosotras y con los demás como nosotras.
- instigar el desarme de lógicas comunicacionales y lenguajes dominantes.
- facilitar la elaboración de ideas, reflexiones y pensamientos que re-crearan la vida colectiva y personal que queremos.
Nuestra Propuesta
Nada de Objetividad entendida como Neutralidad. Nuestra experiencia no es objetiva ni neutral. No existe el ver sin interpretar, no hay tal cosa como una experiencia anterior a la vivencia real, concreta y genuina. Todo es proceso. La relativización de Todo no es más que la trampa de la Nada, nos decíamos…
Creíamos en los tratos entre humanas, en la dignidad que surgiría de esos tratos, en la colocación de límites ético-políticos, en la honestidad y la confrontación a las relaciones de poder. Creíamos que nada es incuestionable. También que vivimos desde un cuerpo concreto, sedientas, hambrientas, sintiendo, emocionándonos, fantaseando, imaginando, creando, vendiendo nuestra energía e inteligencia, durmiendo bajo el techo del jefe de familia, de una vivienda progresiva, allegadas, cesantes, en la Villa, la Población, el camino rural. Desde allí solamente, decíamos, podemos hablar.
Queríamos hablar con las mujeres organizadas, jóvenes, con las niñas empobrecidas en instancias del SENAME, con las trabajadoras, con las mujeres que accedían al comercio sexual, con la presas comunes y políticas, con las mujeres mapuche, aymara, de sectores rurales, con las feministas, con las lesbianas feministas.
Proponíamos y accionamos en la medida de nuestras posibilidades para que testimoniaran en la Puntada: las mujeres organizadas en cualquier tipo de agrupación autónoma, las trabajadoras de fábricas, oficinas, empresas privadas, ONG, OTEC, fundaciones y demás; las trabajadoras del servicio público, las trabajadoras dentro y/o fuera del hogar, las trabajadoras domésticas asalariadas y al servicio de otras, las mujeres sueltas sin grupo, las lectoras del diario y la revista. Quisimos que testimoniaran las mujeres de sectores rurales, y nos faltaron muchos medios para ello. La plata era escasa y nuestros vínculos pocos en ese tiempo. Sólo en los años 2000 comenzaron a ampliarse nuestras participaciones políticas a redes de apoyo a comunidades mapuche en resistencia, y otras colectividades en resistencia, pero ya era tarde para la Puntada con Hilo, pues ya no existía como el periódico en papel, y cada una escribía y activaba por su cuenta, desde otras organizaciones.
Buscábamos:
- Escribir desde nosotras para darnos cuenta de quién somos y autoliberarnos (que nadie nos venga a liberar).
- Nombrar lo que no se nombra y sin embargo existe.
- Describir realidades desde la percepción y experiencia de sus protagonistas.
- Valorar la experiencia entendiéndola como sentir, memoria, imaginario, creaciones, producciones, ideas.
- Discriminar entre el valor de las producciones de la mujer como sujeto y el de las producciones a partir de la mujer como objeto.
- Intentar traducir conceptos complejos sin cambiar su intensidad y valor pero dando elementos para su comprensión.
- Entregarnos conocimientos, auto-educarnos.
Nuestras principales fuentes, las constituyeron los testimonios, las historias, las reflexiones, las propuestas, las opiniones, las quejas, las interrogantes de mujeres distintas. Relegamos a un lugar de “referencia” secundaria, instrumental, a la fuente tradicional como los estudios, investigaciones, opiniones de eruditos, estadísticas.
Queríamos traducir los hechos con su contexto político para que dejaran de hacerlos parecer hechos desconectados, flotantes, sin responsables, ni origen político. Rechazábamos conceptos como “opinión pública”, “sentido común”, preferimos hablar desde una postura honesta, haciéndonos responsables de lo que decíamos y desligándonos de lo que jamás hemos sostenido ni creemos.
Entrevistábamos a mujeres que queríamos destacar para tejer nuestra historia colectiva: nuestra historia común con la entrevistada. No entrevistábamos a legitimadoras, a nuestro juicio, de la lógica dominante. Igualmente, nos quedaron decenas de mujeres interesantes por entrevistar (yo he procurado hacerlo a lo largo de estos años que han seguido a esa experiencia política feminista).
Creo personalmente, que el lenguaje tiene importancia en cuanto a través de él, nos enfrentamos a la vivencia genuina. Explicar el significado de una palabra es describir su historia, cómo se la usa, para qué. Las definiciones, cuales sean, deben sus sentidos a los paradigmas políticos que las producen.
Hablando de los DD.HH. violados en el Chile dictatorial por ejemplo, no quisimos escribir la frase “la justicia es posible aunque le duela al poderoso”. Recuerdo que discutimos que la segunda parte de la oración: “aunque le duela al poderoso”, estaba demás porque nosotras no pretendíamos hacernos cargo u ocuparnos de lo que le gustara o no a los poderosos. Y propusimos: «La justicia es posible si nosotras la construimos».
Sobre el fin de este ciclo del periódico PUNTADA CON HILO, sentimos que habíamos cumplido un proceso cuando la nueva pauta, desde nuestro entender en ese tiempo, se dio vueltas sobre sí misma y sobre todo porque descubrimos que no nos autogestionábamos, porque la libertad de mercado no es libertad para las comunidades ni personas sino para el mercado. Notamos que la auto-explotación para mantener nuestros hogares, pasaba por buscar otros empleos, no dejándonos ni un minuto para los placeres que nosotras mismas instigábamos: los afectos, la participación social, otras creaciones.
En relación a la PUNTADA CON HILO en el movimiento feminista chileno y en el movimiento latinoamericano y caribeño.
En el Movimiento Feminista chileno fue y es bastante mezquino y escasamente “sororo” con un medio como el que fuimos. Nos negaron, invisibilizaron, omitieron. Si bien es cierto, tuvimos invitaciones a algunos Foros y Seminarios ya que era imposible evitarnos en ese tiempo porque existíamos y éramos leídas, fue sorprendente descubrir que el documento “Por Todos los Medios, Comunicación y Género”, editado en 1996 por Isis Internacional a cargo de Ana María Portugal y Carmen Torres, que hablaba “de los escollos de que enfrentamos las mujeres en las comunicaciones” y revisaba los medios de comunicación de mujeres y feministas en el continente, simplemente nos omitió.
Estas omisiones se han repetido a través del tiempo, no sólo desde organizaciones institucionales del feminismo chileno, sino también desde el movimiento feminista autónomo latinoamericano y caribeño. Tanto en el feminismo autónomo chileno inscrito en la corriente que se inspira en la referenta Margarita Pisano, hasta la misma indiferencia de importantes feministas autónomas en América Latina y El Caribe de los años 90.
No sucedió lo mismo con grupos autónomos de mujeres, desde Centros de Madres hasta feministas populares, y con otros medios alternativos, algunos No feministas, que decidieron proponernos compartir organizaciones, ferias y acciones y a los que nosotras nos unimos con entusiasmo. Hubo grupos teatrales, estudiantes de periodismo, de cine, de economía política, investigadoras extranjeras del género, algunos sindicatos y colegios profesionales como el de las profesoras o las enfermeras, asociaciones de trabajadoras sexuales, agrupaciones homosexuales y lésbicas, trabajadoras y trabajadores de algunas ONG que estuvieron siempre interesadas y distribuyendo nuestras publicaciones. Las publicaciones populares, como algunas de pueblos originarios, presos políticos, La Surda, Caballo de Proa, Esquina Rota, Radio Villa Francia, estuvieron con nosotras en coordinaciones, cartas y aportes.
Fueron incontables las veces que llegaron investigadoras, historiadoras, antropólogas, sociólogas, extranjeras y locales a “investigarnos”, entrevistarnos, “estudiarnos”, aunque nunca tuvimos retroalimentación alguna de ello por más que la comprometimos y la solicitamos. Nos dimos cuenta a postre que entrábamos en una lógica vinculada a estudiar a las subalternas y más tarde perdimos la comunicación con dichas académicas.
PUNTADA CON HILO imprimía mensualmente 2000 ejemplares en el diario La Nación que actuaba sólo como impresores. Se distribuía por medio de otra contratación a Correos de Chile, llegaba a todo Chile e incluso había suscripciones a Perú y Bolivia. Las organizaciones y suscriptoras individuales pagaban una suscripción anual por un ejemplar, nosotras teníamos la política se donarles otros ejemplares cada mes a las organizaciones de base, autónomas feministas o no.
Valdivia, Enero 2001, Victoria Aldunate Morales, Equipo de Co-Dirección de PUNTADA CON HILO, Comunicación de Mujeres con perspectiva de clase
[1] En 2001 organizaciones de Valdivia que llevaron a cabo un Foro, me invitaron a hablar de la experiencia de Puntada con Hilo.