¡Gracias Giselle!
Con el cierre del año, llegó la condena para Dominique Pellicot, el marido que drogó durante 10 años a su esposa para abusarla junto con otros 70 hombres que convocaba por internet una y otra vez. El tribunal de Avignón le dio la pena máxima, 20 años; y condenó a otros 50 violadores con penas entre 3 y 10 años.
En este tiempo de agradecer, hoy, no podemos menos que decir: ¡Gracias Giselle! ¡Que la vergüenza se cambie de bando!
¡Gracias Giselle!
X Editorial Radio HumedaLES Cultura y Existencia LESbiana
Con el cierre del año, llegó la condena para Dominique Pellicot, el marido que drogó durante 10 años a su esposa para abusarla junto con otros 70 hombres que convocaba por internet una y otra vez. El tribunal de Avignón le dio la pena máxima, 20 años; y condenó a otros 50 violadores con penas entre 3 y 10 años.
En Chile se develó una red de agresores sexuales en Chillán comandada por Marco Orellana, un pedófilo que trabajaba como profesor y ejercía como teólogo adventista, junto a su mano derecha el enfermero Daniel Fuentes Yáñez que, por inoperancia del ministerio público se encuentra hoy prófugo. Al igual que el francés, los videos y la circulación por las redes sostuvo por años la dinámica de abusos. ¿En cuántos lugares más existen hoy redes de abusadores? Hasta en el pleno corazón de la ciudad de Santiago supimos que están los tratantes abusadores.
¿O no sospechamos, acaso que detrás de cada café con piernas o cada tugurio donde llegan hombres en complicidad, haya delitos encadenados que por años se perpetúan? Aunque no se develen, ahí están. El 18 fue el día del migrante, y quienes migran viven una mayor vulnerabilidad. Lo sabemos, y las mujeres son las más vulnerables.
Hay quien consume esos videos, esos ¿servicios?… hay quien paga por abusar. Y son esposos, enfermeros, teólogos… lo normal en un patriarcado que, a pesar de nuestro deseo, goza todavía de buena salud en la impunidad que el pacto de caballeros se procura y garantiza.
En la resistencia, los pactos entre mujeres, van urdiendo nuevas tramas de justicia y complicidad, a pesar de los femicidios, y de la autodefensa criminalizada que existen, como en el caso de Katty Hurtado por quien seguimos pidiendo su libertad; y por las libertades que sí se logran como la de los hijos de la sobreviviente de violencia Nabila Riffo, que, en legítima defensa mataron al agresor de su madre.
Una complicidad que urdimos con resistencias culturales también, a 80 años del reconocimiento con el premio Nobel de literatura a Gabriela Mistral, la poeta diaguita, lesbiana, maestra que hoy seguimos celebrando.
Estamos en tiempos de agradecer y celebrar en este solsticio de verano, el momento de mayor luz del año. Es tiempo para invocar que todos los agresores sexuales queden expuestos a la luz, y se haga justicia, más allá de los tribunales, una justicia que se enraíce resquebrajando los pactos de silencio y fortalezcan los pactos entre mujeres.
En este tiempo de agradecer, hoy, no podemos menos que decir: ¡Gracias Giselle! ¡Que la vergüenza se cambie de bando!
20 de Diciembre de 2024
Foto: Avignon, Francia, por Gisele