Cartagena, 26 de noviembre de 1996
Las Feministas Autónomas entendemos al movimiento feminista como el espacio que ejercita en todo acto la unión entre lo íntimo, lo privado y lo público. Sin estos tres niveles integrados terminamos siempre incompletas. Es su articulación lo que nos permite crear desarrollo filosófico con capacidad de propuesta de otra cultura.
El quehacer feminista parte de lo personal, del yo, único lugar donde se realiza la verdadera libertad que construye mundo. El cuerpo es la síntesis y partida del hacer existencial y político.
Estamos por la construcción de un movimiento que genere una interlocución y un diálogo con el mundo social, que impugne todas las formas del poder patriarcal, en lo público y lo privado. Que cuestione al Estado y a sus instituciones. Nuestro feminismo no es sumarse o integrarse a las relaciones sociales de desigualdad y de poder que otros han definido. Nuestra política no es hacer una lista de demandas sino el proceso crítico de repensar el mundo, la realidad y la cultura.
Nuestro feminismo es inventar la sociedad que queremos construir. Es hacer de cada tarea una actividad que una el contenido y la forma, lo manual y intelectual, la ética y la estética.
Es crear lenguajes múltiples que hablen y permitan reintegrarnos a nosotras mismas y a nosotras en relación con el mundo.
La legitimidad de nuestro movimiento no se construye respondiendo a la legitimidad del sistema, sino en la práctica social. Nuestra legitimidad se da en los hechos no en el reconocimiento jurídico por parte del Estado.
Estamos construyendo un movimiento que no niega nuestra historia, porque el hacerlo ha llevado a una confusión utilitaria de nuestras energías y propuestas.
Fuente: VII Encuentro feminista latinoamericano y de El Caribe Cartagena-Chile noviembre 1996