De lo absurdo a lo criminal

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se repiten los nombres y las prácticas, los lenguajes y las referencias de entonces; con las que resuenan hoy hegemónicas y rimbobantes detrás de la GENEROLOGÍA institucionalizada, superinstalada y en su decorativa labor de re-fundar Academias, partidos políticos e instituciones públicas y privadas, en general.

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X Editorial Radio HumedaLEs

En gran parte del territorio, el fuego ha devastado campos y hogares. La materialidad de la realidad se expresa toda en la terrible problemática del saqueo a la tierra, la destrucción del bosque nativo, la precarización, el sacrificio y el padecimiento de los pueblos en nombre del progreso para los ricos de siempre.

Hemos acompañado este dolor colectivo, mientras la atención pública se desvía hacia la escandalosa publicación de 2 tesis de la Universidad de Chile una de las más reconocidas y prestigiosas en el país- en defensa a la pedofilia y en identificación con el pedófilo como sujeto perseguido socialmente por una moral religiosa, sin embargo legítimo en su perversión…

Como Radio HumedaLes queremos aprovechar el espacio de nuestra editorial para sumarnos a la denuncia de esta trangresión horrenda de los límites que ha hecho la Academia, avalando uno de los más brutales crímenes en contra de los derechos humanos de las niñas y niños.

Pero también queremos hacer memoria: la avanzada de la teoría del género hasta el límite de lo insultante, no es un problema nuevo sino más bien uno que se ha venido construyendo históricamente desde la instalación de la democracia neoliberal en Chile a inicios de los años 90. Desde entonces, la teoría de género ha tergiversado y vaciado de contenido rebelde al feminismo, sustituyéndolo por una posmoderna teoría soft, de un feminismo otrora radical.

Hoy queremos resaltar y hacer memoria de la continuidad que hay entre la denuncia que hicieron las feministas autónomas de dicha época, cuando dijeron que “el feminismo fracasó” y la decadencia del feminismo posmodernista académico, del tiempo presente.

Pues, si escarbamos un poquito nada más en la historia del feminismo en nuestro territorio, podremos advertir rápidamente que se repiten los nombres y las prácticas, los lenguajes y las referencias de entonces; con las que resuenan hoy hegemónicas y rimbobantes detrás de la GENEROLOGÍA institucionalizada, superinstalada y en su decorativa labor de re-fundar Academias, partidos políticos e instituciones públicas y privadas, en general.

La Academia, ha instalado muy exitosamente el énfasis individualista en las performances del lenguaje, desplazando el interés por las cuestiones materiales que marcan y han marcado históricamente la vida de las mujeres y las niñas. Desde un pretencioso lugar supuestamente inclusivo, la Academia, a través de la neofeminista Teoría del Género, ha venido a relativizar la opresión y la violencia estructural que nos aqueja, romantizando e intelectualizando el dolor y el abuso que subyace a nuestro presente y que cargamos en la memoria de nuestros cuerpos. Han querido desdibujar y han querido desechado los mínimos límites de la ética feminista que pudieron haberse consensuado hasta aquí.

Así, se han apropiado del feminismo como lugar de enunciación y reconocimiento político, para diseminar una ideologizada perspectiva líquida, o talvez aérea… volátil,  sin cuerpo, sin sexo, despojada de materia, pura multiplicidad de lenguaje, pura performance..

En defensa de nuestra cordura y de nuestra memoria feminista autónoma sostenemos que no existe distinción entre abusador sexual y el pedófilo. Lo que sí existe es la cultura de la violación y el hecho material de que las mujeres somos un pueblo que sobrevive, que busca y entierra a sus muertas, que denuncia la miseria patriarcal, que se organiza porfiadamente en la creación de otros contextos posibles.

La psicologización, la intelectualización, la romantización de la pedofilia no fue un accidente de la profesora ni del estudiante, ni del comité de ética. Al contrario, este “giro pedófilo” de la Academia la devela en su carácter falocrático y reproductor de la cultura de la violación.

La Universidad de Chile fue alcanzada por un fuego que arde estos días, material y simbólicamente. Se quiebra en infinitos pedazos la superficial credibilidad de su nombre, su volátil realidad, finalmente construida por el lenguaje.

La performance del género se les escapó de lo absurdo a lo criminal y no pudieron contenerlo. Hoy se devela su carácter a/moral, creyente de patasjuntas de los imperios del conocimiento, fiel devota de la posverdad posmoderna, proponen la ciencia de lo insultante y no lo saben, porque, más allá de lo discursivo, no les importa lo que realmente viven y sobreviven las niñas y niños víctimas del incesto, la violación y el abuso sexual, dentro y fuera de sus casas.

No lo saben y no les importa, y se develan en su identificación con el hombre… se develan en su estructura y su proyección misógina. 

Editorial Radio HumedaLEs

28 diciembre 2022