Memoria Feminista feministas autónomas

Colectiva feminista autónoma que activó en santiago-chile desde el año 2007 al 2014 organizando instalaciones callejeras, posicionando el feminicidio como un hecho político patriarcal heterosexual y vinculándolo con las violaciones a los DDHH de las mujeres y la violencia estructural

Comunicado Flora Pavez Tobar, prisionera política 2007, S.E.A.S. (sección especial de alta seguridad) Santiago

A fines de 1988, empezaron las negociaciones de los poderes de este sistema, los mismos que apoyaron El Golpe, otros fueron cómplices de tanto horror y muchos de ellos prefieren olvidar… llegaron las elecciones de marzo de 1990. “La alegría ya viene…” con el paso del tiempo y los años sólo fueron promesas incumplidas, ésta alegría se transformó en rabia contenida, y que pronto afloraron.

Prisión política de Flora Pavez Tobar: CASTIGO POR DECIRLES NO A LOS PRECUSORES DEL “NO” (2007)

Soy de las mujeres de los años 80, que a diferencia de las que hoy están en el poder, continuamos buscando un Chile justo. Los que están ahora en La Moneda, en el Parlamento, en los Ministerios, son los mismos que en el gobierno de la Unidad Popular apoyaron el golpe. Cuando yo vi que quedaba inconclusa esa lucha, que todos empezaron a irse pa’ la casa, yo no podía y no quería hacer lo mismo. En verdad, nada había cambiado, era sólo maquillaje, y eso lo sabíamos todos, y yo no iba a autoengañarme con lo de La Alegría que ya venía…

Victoria Aldunate, activista feminista autónoma: «Aylwin estuvo implicado con EE.UU. contra Allende» (memoria de 2009)

¿A 35 años del golpe contra el gobierno de Salvador Allende, qué lecciones podemos aprender de aquello? "¡Pregunta difícil!… Voy a e empezar por mí: yo aprendí que mi tristeza de cada septiembre es un sentimiento que necesito porque me dice que la destrucción de hace 35 años se prolonga hasta hoy..."...

CUERPO DE MUJER, RIESGO DE MUERTE. Violencia Estructural y las trampas del “Género” (2° Edición 2018-libro completo)

Los artículos acá reunidos son herederos del periódico “Puntada con Hilo”, comunicación de mujeres con perspectiva de clase, como le llamamos entonces con Beatriz Bataszew co-directora y presencia del activismo hecho en la Memoria Feminista, feministas autónomas, con las Kallejeras, con la Coordinadora contra el femicidio, lesbianas feministas y feministas autónomas con que llevamos a cabo los 19 de diciembre en la calle y sin permiso en memoria de Javiera Neira Oportus, y memoria, finalmente, de muchas reflexiones entre feministas autónomas, de clase y resentidas. Resentidas porque decirse resentida no invalida lo expuesto políticamente, al contrario, siento y reflexiono que le da el sustento de la vivencia hecha conciencia, al cuerpo.

Entrevista a Patsili Toledo Vásquez, abogada feminista “La mujer busca protección y el Estado no cumple”(27 de Enero de 2011)

Es importante subrayar que quienes ejercen violencia machista, así como quienes cometen delitos económicos o delitos sexuales, son personas que en su mayoría no "parecen" delincuentes (en el sentido clasista de la mirada cultural). Se salen del "estereotipo" del "antisocial", que es el "delincuente común". Justamente este fenómeno complica a los operadores del sistema penal y a la sociedad en su conjunto. Los agresores de mujeres son personas que tienen muy (¡demasiado!) internalizadas las normas sociales, por ejemplo, la norma -no jurídica- de subordinación de las mujeres donde las mujeres “deben someterse” y si no lo hacen, se les “puede” agredir.

Entrevista a Claudia Neira Oportus, sobreviviente y feminista: TODAS SOMOS ELLA…(25 de junio de 2007)

En el verano de 2005 había sucedido la separación definitiva de Claudia del agresor y en octubre él la había llamado telefónicamente amenazándola, por lo que ella había interpuesto una denuncia por violencia intrafamiliar. Antes de eso, Javiera ya había mostrado los primeros indicios de estar creciendo, “pensando por sí misma”, se había comenzado a molestar con las actitudes de su padre, había empezado, según cuenta Claudia, a ser “muy ella”.
El fatídico 19 de diciembre el femicida sacó a Javiera del auto de su madre violentamente, se dio el tiempo de llevarla en ascensor a su departamento, de abrir la puerta a Claudia, agredirla, de tomar a la niña y lanzarla… y como si eso fuera poco, luego de consumar su crimen, llamó a la madre de Claudia para anunciarle: ¡maté a la Javiera!

El 19 de diciembre no es una historia privada (diciembre de 2018)

Éramos mujeres raras que no hablábamos rogando, y que gritábamos que no sólo los agresores, sino los medios, los jueces y los gobiernos, nos violentan. No éramos artistas e interveníamos el descampado del Mall de la Justicia santiaguina y las calles céntricas con acciones como novias ensangrentadas -o sea violentadas por el matrimonio-, con la escultura de una mujer construida con los rostros de las detenidas desaparecidas y las ejecutadas políticas de la Dictadura, con unos ovarios de esponja estrangulados por un rosario y una cruz. Vestidas de negro, con lienzos morados que decían “La Violencia contra las Mujeres viola los Derechos de las Humanas”, “Alfredo Cabrera Opazo no estás loco, eres un femicida”… No explicábamos el “fenómeno psicológico” de los agresores para comprenderlos. No éramos “expertas” y confrontábamos al SERNAM y su ley “VIF”. Y podíamos hacer todo esto porque estábamos hablando acerca de nosotras mismas, pero no era un relato privado y particular, por eso subrayábamos “somos autónomas de todos los partidos políticos, de todas las instituciones privadas y públicas, de todas las ONGs, del Estado y de cualquier gobierno”. Algunos periodistas destacaban en sus notas: “con lienzos artesanales un grupo de mujeres feministas…”.

El 19 de diciembre: historia feminista territorial (escrito en 2018, editado 2021)

No habíamos descubierto la pólvora, el feminismo nos había mostrado formas de llamar lo que sabíamos que vivíamos, y que habíamos observado que habían vivido nuestras madres y abuelas. Y esta experiencia de dolor nos entregaba claves a nombrar y renombrar desde la experiencia histórica del territorio que habitábamos. La fuerza mayor de este proceso político feminista que hacíamos en torno a la rabia, la pena, el llanto por Javiera, parece haberse situado en la capacidad de convocar en la calle, estos sentimientos feministas en otras mujeres, que como nosotras trabajaban, compraban y transitaban por la ciudad. Nuestras acciones las mantenían observando, preguntando, interactuando, uniéndose a veces a nuestras acciones, anotando nuestras señas y llamándonos luego. n la calle y sin permiso, era una de las consignas principales de la colectiva Memoria Feminista feministas autónomas, desde la que decidimos desde los primeros días, acompañar a Claudia Neira en la denuncia política.

«No me arrepiento de nada» Marta R. Zabaleta del Frente de Mujeres Revolucionarias del MIR chileno, años 70 (11 de septiembre de 2010) *

Contábamos con el total apoyo del Comité Regional y del Comité Central, aunque curiosamente cuando viajamos al Sur nos hicieron acompañar con un joven varón que escuchaba todo lo que hablábamos con ojos muy asustados. Se llamaba el Mechón Castro, y era estudiante, creo, de Sociología de la Universidad, y muy metido en la Federación de Estudiantes de Concepción, FEC. Era también gran entusiasta de la Revolución Cubana, un poco a diferencia mía, que siempre tuve grandes reservas con la manera en que se conceptualizaba a las mujeres en el doctrinario cubano, y con el trato secundario que se les daba en el PC de Cuba, básicamente a través de la Federación de Mujeres Cubanas. Pero Mechón instaba a las mujeres del Sur “a esforzarse, porque hasta podrían viajar a Cuba”.

Una cosa es tener ideas radicales, otra «ser terrorista» (25 de Marzo de 2008)

El crimen contra Matías Catrileo Quezada lo cometió el cabo de Carabineros Walter Ramírez, en un fundo en la comunidad de Vilcún, a unos 30 kilómetros al este de la ciudad de Temuco (Región de la Araucanía) el jueves 3 de enero de 2008. En la madrugada, Matías, de 23 años, estudiante de Agronomía de la Universidad de la Frontera, había entrado a un fundo con un grupo de 30 comuneros mapuche para una ocupación pacífica pues esos terrenos son demandados como ancestrales por la comunidad Lleupeko