Literatura feminista

(Re)vueltas memoriosas de una feminista (im)posible

Atisbo a una niña que nació en el año cincuenta y seis del siglo XX, en el hospital Barros Luco de la comuna de San Miguel, en medio de la precariedad. Creció en una casa de arquitectura extraña, anómala, en un hogar más raro aún. Una de ocho. La menor. Un contexto de pobreza en el sur de Santiago, San Miguel. Muchas mujeres, seis, y dos hombres. En medio de todxs, una tremenda figura femenina: Andrea, la madre analfabeta, trabajadora de lo doméstico en casas ajenas, se alza poderosa. Este sería un lugar que incubó mi llegada, mucho tiempo después, en cuerpo y alma al feminismo. Primero tenía que pasar por la lectura, esa “fiesta pequeña y clandestina” como la nombra tan bellamente Gabriela Mistral. Vivir en los libros. Aprendí a leer para huir de la realidad dura, un entorno familiar asfixiante que asediaba mi sensibilidad a flor de piel.