Lesbofeministas antirracistas Tierra y Territorio

Grupo de trabajo autónomo y de base lesbofeminista antirracista activa desde el año 2014 acompañando a comunidades mapuche y populares en resistencia

A 50 años la imposición del silencio, Ni perdón ni Olvido

Las mujeres y las lesbianas no somos universales y habitamos un sistema colonial y colonizado, geopolítico, estructurado por la heterosexualidad obligatoria

Las lesbianas somos también migrantas, empobrecidas, madres solas, trabajadoras, mujeres en trata, en explotación sexual, defensoras de la tierra, activistas…

Otras son juezas, parte de gobiernos, de partidos políticos, de las burguesías, gerentas…

No somos todas iguales ni nos afecta igual la estructura política.

Ainil: Feminismo autónomo, ¿cuál, cómo y para qué?

¿Qué distingue políticamente a una propuesta revolucionaria? ¿es insurgente? ¿qué sería la insurgencia? ¿solo una guerrilla?

¿Qué distingue políticamente a un movimiento centrado en demandas?

¿Distinguimos estrategias de tácticas en el feminismo?

¿Distinguimos materialismo de idealismo, estructura de formas de operar de esa estructura?

¿Distinguimos el poder cuando hablamos de violencia contra las mujeres?

¿Distinguimos nuestras expectativas de estatus y reconocimiento de los objetivos revolucionarios e insurgentes del feminismo antipatriarcal y anticapitalismo?

Ainil: Jornadas de reflexión política feminista y autónoma

Hubo compañeras de Temuco, Valdivia, Puerto Montt, Concepción, mapuche y no mapuche. También compañeras de Santiago y V Región que se han ido a vivir al territorio. Entre sus oficios y ocupaciones: psicólogas, antropólogas, bailarinas, estudiantes de ingeniería ambiental y de otros saberes ambientales, trabajadoras sociales, abogadas, terapeutas de rehabilitación, cantantes, muchas autogestionadas con pequeños emprendimientos. La gran mayoría activistas feministas, lesbofeministas, medioambientales y mapuche.

Lesbofeministas antirracistas-Red de Terapeutas Tierra y Territorio

No buscamos adaptar a nadie, seguimos proponiéndonos búsquedas en las que podamos facilitar alivio y estrategias de enfrentamiento a las dificultades que nos plantea un sistema patriarcal, heterosexual obligatorio, capacitista y capitalista, que quiere condenarnos a la indignidad.
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13 de octubre: DÍA DE REBELDÍAS LESBIANAS FEMINISTAS EN LATINOAMERICA Y EL CARIBE (memoria política lesbofeminista autónoma)

En la Plaza del monumento mapuche, frente a la Catedral, que debe alejar sus rosarios de nuestros ovarios, urgentemente, ya que no comulgamos con ella: las Moiras, la Colectiva Lesbo muralista batu Perlita, y Memoria Feminista, feministas autónomas, denunciamos, al Neoliberalismo y a las Instituciones piraña como las Universidades e Institutos privados que cierran la entrada y cancelan las matrículas a l@s jóvenes pobres. También, como siempre, denunciamos el Femicidio y la Violencia Estructural contra las Mujeres, que incluye, hoy más que nunca, racismo y persecución. Esta vez a las hermanas Calfunao, a sus familias y a sus comunidades. Por ello informamos a la calle que nosotras también, como otros movimientos sociales, exigimos su inmediata liberación y el reconocimiento de tod@s l@s pres@s mapuche como pres@s polític@s, subrayando que “Esta Democracia sigue siendo una Desgracia”, entre muchas otras cosas, por la Violencia de Estado que despliega contra las comunidades mapuche.

Ana María Catrileo España: “Temuco nos invadió”*

“Nos rodearon el Estado y las Iglesias, nos han ido desplazando y hasta matando. La gente mapuche más anciana cuenta que en el siglo 19, el río iba teñido de sangre mapuche, que tiraban al río a los ancestros; dicen que a las guaguas, las tiraban vivas… Todo para sacarnos de nuestras tierras… Así nos arrebataron el territorio, así combatieron para usurparnos”.

A 4 años del femicidio empresarial: Macarena Valdés (2020, Cable a tierra)

Desde la lejana ciudad de Carahue (lugar de fortificación), Paola Melita rememora todas las sensaciones que provocó en ella la muerte de la negra en extrañas circunstancias. “A mí me impresionó, es la primera vez que sentí mucho miedo”, señala la activista que lleva una década trabajando en una escuela rural de la Araucanía.