RESPUESTA PÚBLICA A UNIVERSIDADES Y MOVIMIENTOS QUE CON SU SILENCIO SOSTIENEN ÍCONOS, CAUDILLAS Y CAUDILLOS
La violencia es un ejercicio de poder y sometimiento. Pretende escarmentarnos y si no lo logra, eliminarnos. Es dominación. Quien niega su violencia no puede transformar sus prácticas, es más, las entiende como legítimas, especialmente si su entorno guarda silencio, le aplaude e ignora sus agresiones. La violencia patriarcal no es un problema individual.