Bájate del árbol, no eres tú, es contra Kakast
Abandonamos las ciudades porque es en la tierra donde sentimos que podemos hacer un aporte en cuidado, protección y resistencia. Pero nos están matando y llenando de miedo y la probabilidad de que sea presidente un fascista homofóbico racista, un nazi al fin, nos hace por primera vez cuestionarnos el hecho de votar para que no salga… Y es tristísimo tener que apoyar a un amarillo hipócrita: “el mal menor»
No entiendo nada de lo que le pasó a nuestro pueblo, pueblo sin ojos. Eran calles llenas de mujeres y ¿pasa esto? Me siento retrocediendo y asustada (Marcia, feminista autónoma, pobladora, trabajadora autogestiva).
Dicen que les aburre la que perciben como una dicotomía “sin sentido”: Izquierda/Derecha. Pero sospecho que esa percepción “popular” es una reducción, negación, simplificación de la experiencia histórica colonial de pacificación cruenta y saqueo de pueblos y comunidades, para el surgimiento y desarrollo del capitalismo en lo que llamamos “República de Chile”. Y es que este Chile ni siquiera está siendo -ni por lejos- “asilo contra la opresión”, sino un nido racista.
Pero eso no es todo, la experiencia colonizada, racializada y generizada, ha sido de muerte, violación y tortura. Y a eso se unió un “ganador” e$tado $hileno para avalar dictaduras y razzias en dos siglos y algo más. Y también está “la Dictadura” reciente para la profundización extremista de un sistema de milmillonarios: 1 %, 0,1 % y 0,01 % que concentran un tercio de la riqueza que no tenemos el otro 99 %.
La cosa feminista
Otro fragmento de esa percepción (chilena) reduccionista que opera como si “todo fuese lo mismo”, una majamama de “rebeldes sin causa”, es la lectura negacionista de una supuesta “dicotomía” entre “feminismo institucional” y feminismo autónomo en América latina y el Caribe.
Esa lectura desinformada (aunque la información no falta), dio paso a otro tipo de pacificación para la evolución de un feminismo hegemónico de diversidades identitarias, y una lectura fragmentada -en miles de pedazos-, de la realidad de unas mujeres a imagen y semejanza de europeas blancas “de películas”. (Unas europeas hasta inexistentes, muy de fantasías masculinas).
La conclusión enjuiciadora de ese negacionismo feminista, resulta ser que si toda “esa división es tan absurda”, entonces habría que “unirse” en base a la buena onda de Todes Juntes (por Los Jaivas).
Pero sin aclarar el curso de una historia feminista, en que la Violencia contra las Mujeres, no llegó ni a problema público -lo que ahorra trabajo a Sernameg- en tanto esa institución -en la práctica- no puede intervenir, por ejemplo, querellándose en femicidios, cuando las familias de las víctimas no quieren hacerlo.
¿Qué avance sería –explíqueme usted, que sabe- que la familia siga, silenciosamente, como medida del destino de las mujeres que le integran?
Es decir, a cualquier hombre le matan y el estado puede querellarse con o sin su familia porque matar a un hombre es problema de todos, pero un femicidio, en la práctica, es un problema “de familia”.
No obstante, este piso feminista severamente fracturado, el miedo igualmente se me coloca en el cuerpo: ¿Qué va a suceder con la profundización de “la familia y la maternidad” como dispositivos de violencia y control hacia mujeres de toda laya, y con la jibarización de unas instituciones -ya inoperantes- reducidas a unas oficinas, ahora explícitamente, “de La Familia”?… La misma familia en que a cientos de mujeres, niñas, lesbianas, trans, se les mata, juzga, desprecia, explota, burla, humilla.
Esto es lo que promete el increíblemente alegre Kakast, que ante la segunda vuelta en ciernes, se promueve hipócritamente beatífico-budista, pero fuerte, para oponerse a un Boric recreado por derechistas como “un extremista comunista comeguaguas”, pero a la vez, “pusilánime”. Aunque se debe observar que Boric no fue pusilánime (¡para nada!) al firmar el “Acuerdo de Paz” que canceló la Revuelta Popular. Y que en el área pequeña de su Frente, no le tembló ni la pera para darle la espalda a Karina Oliva, su compañera feminista de coalición, acusada de pagar sueldos millonarios y dar facturas ideológicamente falsas para sus campañas. Para él, en cambio –hemos visto- está disponible el beneficio de la duda ante acusaciones de acoso sexual.
Y todo esto sucede, no obstante la brillosa “simbólica” de género e identidades, instalada por los movimientos sociales a los que se suman absolutamente todos los partidos, del color que sean. Una “simbólica” que toma un patético tinte en Boric, especialmente cuando éste -en copia zapatista- les habla a las mujeres con el discurso de “Yo soy ustedes…” (O ¿”ustedes son yo”?), para luego regresar a su republicana usanza de: “esperen, porque recibirán sus derechos, mujeres…”.
No resiste análisis: oportunismo político
Acá opiniones de compañeras y lamngen, recopiladas en unas horas ayer noche:
Paty, feminista autónoma de V región: El miedo a ratos se pasa a desolación, frustración, rabia con este país desmemoriado y adecuado para los poderosos, individualista, clasista. Me resuenan las antiespecistas: ciertas vidas no importan, la explotación y devastación de lxs animales y todo el ecosistema, no importa. Todo tan lleno de odio hacia la vida. Y la izquierda chilena que se acomodó a privilegios y le dio la espalda al pueblo hace tantos años, y preparó todo este escenario.
Rubén, Comunidad Newen de Tranguil: Es preocupante tanta gente dispuesta a apoyar el discurso racista, machista, xenófobo, de odio permitido por los medios de comunicación masivos. Quienes no votamos, somos quienes nos movilizamos y no creemos en esa clase política. He llegado a pensar que es una maquinación para levantar a un Boric tan amarillo en contraste con un fascista, francamente ridículo, desinformado de su propio programa de gobierno (en el último debate). Tengo claro que la abstención es la misma y la derecha no aumentó su votación.
Violeta, comunidad de defensores: Hemos sido cada une anti-estatales durante toda nuestra vida, desde que tenemos visión o conciencia política. De primera fue el anarkismo lo que nos tomó como propuesta política en la individualidad. Sentimos que de todas maneras hay acciones fuera de la participación ciudadana, y son las que más sentimos a fin de hacer de la vida una recuperación de nuestras ancestralidades.
La búsqueda de la autonomía como accionar contra este sistema impuesto por colonos, la recuperación y control territorial como ejercicio efectivo para recuperar la libertad de la cotidianidad, el Kume mongen (buen vivir) como antiguo y profundo concepto mapuche que abarca los valores de cómo ser persona con les demás y el entorno natural que nos nutre, nos nace y nos sostiene. Sobre todo el respeto y defensa de la tierra y las aguas, de les seres que habitan como plantas y animales y aprender de nuestro entorno natural.
Abandonamos las ciudades porque es en la tierra donde sentimos que podemos hacer un aporte en cuidado, protección y resistencia. Pero nos están matando y llenando de miedo y la probabilidad de que sea presidente un fascista homofóbico racista, un nazi al fin, nos hace por primera vez cuestionarnos el hecho de votar para que no salga… Y es tristísimo tener que apoyar a un amarillo hipócrita: “el mal menor”… Ante esto, sentimos una confusión. Con el nazi, va a empeorar gravemente la violencia estatal. Pero no tenemos esperanza, tampoco, de que esto cambie con Boric. No somos personas políticamente cultas, ni enteradas del escenario político, pero vivimos las duras consecuencias de lo que hace el gobierno y el capitalismo que nos quiere extinguir.
La Bau lo cantaba con mejores palabras en sus canciones. Hay que resistir a este sistema. Y los pueblos originarios nos están enseñando…
Francia, feminista anticarcelaria: Pienso muchas cosas que no pensaba antes de esta coyuntura. Creo que lo más relevante es lo visible que se vuelven las posturas reaccionarias y fascistas porque, como sabemos, no es que el fascismo se instale ahora recién. Sin embargo, creo que se han visibilizado posturas, antes mal vistas, como por ejemplo un diputado electo que abiertamente cuestiona el derecho a voto de las mujeres y habla de los migrantes como “violadores”, en fin… Entonces creo que se vuelven más concretas las posturas fascistas, y a su vez, las personas se sentirán con más libertad de ofender y atacar bajo esa misma premisa. Cambio significativo no habrá. Lo único que espero es que la gente le tome el peso a este nuevo fascismo, que va mucho más allá de las cuestiones económicas o “de seguridad” (que es lo que ven los votantes de derecha) sino, también en todo lo que implica las libertades y los derechos ya obtenidos.
Nadia, feminista autónoma: Un dato importante es el nivel de abstención que implica que el porcentaje de votación obtenido por Kast es un 13 %, y por Boric, solo un poco menos. Hay una permanente falta de participación de la población, es una constante que no ha podido ser revertida ni por la carga histórica o simbólica que le han querido otorgar a estas últimas elecciones.
Existe una estrategia electoral desde los sectores progresistas, me refiero a “Apruebo Dignidad” que difunde una “lucha antifascista” que instala temor y alarma. (Entiendo que el candidato de la derecha, es del terror) pero ese mismo llamado no lo hicieron antes, ni con esa fuerza, entonces es oportunismo político.
Este neofascismo hay que analizarlo más, el que ha sido asesino todo este tiempo, es el capitalismo y sus intrincados sistemas de opresión. En este país hay niños y niñas desaparecidos en SENAME, hay ejecutados en el Wallmapu, hay presos políticos, y no es el fascismo, es el sicariato del capitalismo, son las redes de trata. No es recién que nos estaríamos enfrentado a una política criminal del estado. La crisis económica política social, seguirá por diversas razones, es imposible que se cierre con un cambio de presidente, el parlamento será una piedra de tope. Estas son las trampas de la institucionalidad. Hay que fortalecer las organizaciones y el feminismo autónomo. Hay avances de la derecha dura que no se detendrán, y hay también una parte del pueblo que tiene una mentalidad muy reaccionaria, conservadora y discriminatoria.
María José, conversatorios feministas: Creo que es muy importante destacar una -cada vez más baja- participación electoral y la incapacidad de “Apruebo Dignidad” de leer la realidad. Incluso llegaron a pensar que ganaban en primera vuelta cuando solo sacaron los votos de sus primarias; está también, la casi desaparición de la Concertación, el fenómeno Parisi (el individualismo anti sistema), y el enorme avance mediático del pinochetismo más brutal en la figura de Kast. Una izquierda y oposición que se leen como si fueran parte del “Estallido” y del “Apruebo”, con muy poco sentido de realidad. Y pienso que el avance ultraderechista, es efectivamente una amenaza a la vida de muchxs.
Bea, memorias de rebeldías feministas: Este es un proceso de readecuación del sistema capitalista patriarcal para solventar la crisis. Nos imponen la vía institucional con el conjunto de la clase política, una “convención constitucional” y un pacto por la Paz. Así, el movimiento social se desmoviliza y se suma a esta convocatoria de carácter peticionista y de enajenación ideológica, con cero conciencia de clase.
La derecha conservadora ya tiene instalados todos sus componentes represivos y de administración y oxigenación del modelo, no necesitan particularmente a Kast, y Boric también les sirve.
La «izquierda» y movimientos sociales, incluidas feministas, funcionan con la misma lógica de los dominadores: Imponer el miedo al fascismo como estrategia, y por supuesto su política de alianzas: un gran frente para salvar eso que llaman “democracia representativa”, que no es más que la dictadura del capital. Por ese lado, ningún atisbo de cambio estructural. Por otro, pocas, pero interesantes experiencias a nivel comunitario, desde la autonomía y fuera del acuario capitalista patriarcal, única perspectiva de construcción transformadora y revolucionaria.
Me preocupa esto de instalar el fascismo en un mundo mercantilmente globalizado, eso no resiste análisis, más allá de que se utilicen métodos de tipo fascista, que por lo demás, hemos vivido sistemáticamente en la llamada post dictadura.
Disuasión y solipsismo
En efecto, siguiendo a Nadia, no llamaron a “actuar contra el fascismo” en plena revuelta popular es más, en vez de eso, Boric, su candidato presidencial, firmó el “Acuerdo de Paz”. Hay un “neofascismo” que hay que re-analizar, y que en mi opinión, tiene características de un colonialismo refuncionalizado, desde la utilización de los símbolos de diversidad y las identidades. A veces como nuevos nacionalismos, otras veces, como peticiones de políticas “de reconocimiento”, pero que no incluyen redistribución de los territorios, del poder, la riqueza, los tiempos, la vida (toda).
Siguiendo a Bea, cero conciencia de clase, lo entiendo, entre otras cosas, como una clase trabajadora y proletaria y un feminismo con autoconciencia de clase apropiada, que son falseados a una figura única (unipartidista incluso): “el pueblo” (con “la puebla”). Un “pueblo” de subalternos, que se auto-interpreta “clase media” y “gente esforzada”. Siguiendo a María José, como “gente Parisi”. Odian el ocio, aunque lo añoran y lo experimentan (con la tevé o el porno) y a escondidas del patrón… “Gente esforzada” en el espíritu de la ideología puritana calvinista (del siglo 13 en adelante en Europa del Norte). Una ética protestante del trabajo, que da fuerza al capitalismo que propone “desarrollo de empresa y acumulación para la inversión”. Antes, y entre blancos, se justificaba con la gracia divina de “amor a Dios” para la salvación, ahora con la disciplina individual para el éxito profesional que consigue movilidad social.
Así se sostienen los estados nacionales modernos y el cruel “estado de derecho” que nos oprime sin justicia, pero con la ilusión de que hará justicia, tal vez… alguna vez… Es el sistema político liberal, neoliberal, tatuado en “la patria”, que quiere mantener al Wallmapu como folclor y sostenedor de territorios para el extractivismo.
El crecimiento económico posible es acumulación y distribución inequitativa de la riqueza, en favor de los milmillonarios.
Quienes nos rebelamos a esto, quedamos en el territorio de los flojos y salvajes, inmorales, inadaptadas, inapropiadas. Somos culpabilizadas de no votar por “el mal menor”, mientras reina la violencia institucional hace décadas. Siguiendo a Hanna Arendt, que afirma que la última y quizá “más formidable forma de dominio es la burocracia o dominio de un complejo sistema de oficinas en donde no cabe hacer responsables a los hombres, ni a uno ni a los mejores, ni a pocos ni a muchos, y que podría ser adecuadamente definida como el dominio de Nadie que hace imposible la localización de la responsabilidad y la identificación del enemigo”. Es “violencia mitigada” que nos disuade, nos desalienta para reinar siendo “Vanguardia del Pueblo y la Puebla”. Nuestro desaliento es la garantía de paz de la clase política.
Las ciudadanías representativas, siguiendo a Bea, atenúan (mitigan) la guerra patriarcal, mientras los grupos dominantes que poseen capitales “subterráneos” en “paraísos fiscales” y mega-corporaciones con conexiones transnacionales, usufructúan de la industria farmacéutica, tecnológica, forestales, hidroeléctricas y mineras; también de la industria de la carne, que mata y tortura como el narcotráfico, la trata de mujeres y el tráfico humano.
Oí hablar al futuro presidente Boric, de “causas legítimas e ilegítimas”. De desobediencia civil versus una “vía pacífica” que invalidaría la violencia como vía de acción política, porque “resistir y defenderse” estaría “bien”, pero no la desobediencia. ¿Cuáles serían los límites y desde qué verdad se instala esa “vía pacífica”?
Y la cosa nostra de siempre: Que “no han sido capaces de darles opciones a las mujeres que quieren quedarse en la casa, que no quieren abortar, que no quieren ser jóvenes profesionales exitosas…”. No sé tú, pero yo leo que “ellas” ¿estarían desde una condición en la que puede darles “opciones” a otras? Siguiendo Adrienne Rich, solipsismo feminista blanco (blanqueado): una sujeta que no puede afirmar ninguna existencia, salvo la suya.
Y en la izquierda, la clásica lamentación: “Somos culpables porque hemos ayudado mucho a la gente en vez de decirles que colaboren en la olla común. ¡Les hemos dado todo en bandeja!…”. Además de observar que hablan como padres demagogos y adultocéntricos, leo que ellos serían ¿los encargados de enseñarle a la gente el esfuerzo? Entonces, pasar de paternalistas bondadosos a paternalistas drásticos.
La votación contra una derecha que suena como todo el tiempo jalada, no será por la iluminación de Boric. No.