En la audiencia de hoy, tanto en las acusaciones de la abogada de la madre de Bau, Karina Riquelme (conocida defensora de las luchas de resistencia), como en el alegato del fiscal del Ministerio Público, se repitió una agravante: Los demás guardias escucharon la conversación entre los asesinos directos. Uno dijo “¡Dispárale!”, y luego: “¡Mátala wevón!”... Ahí estaba Emilia Milen, viniendo con los comuneros y comuneras a defender a una familia que acampaba en la orilla de playa y estaba siendo atacada por los asesinos. Era la única que Iba vestida con kupan mapuche, el vestido de las mujeres mapuche. Los criminales la habían visto muchas veces, la habían acosado y burlado por su transitar, su figura, su defensa de los animales, su estética, su ser trans, y la mataron entre todos, sicarios y patrones.