Entrevista a Leonor Silvestri, poeta y activista objetora del género: «Puesta a elegir, prefiero ser mujer que ser varón»
¡Lo único peor que ser mujer, es ser varón! Yo me siento una persona que intenta fugar de los géneros, no una Queer»…
¡Lo único peor que ser mujer, es ser varón! Yo me siento una persona que intenta fugar de los géneros, no una Queer»…
¿Qué instrucciones se da a Carabineros de Chile para reprimir a manifestantes en Chile?
¿Se permiten los “apremios ilegítimos” aplicados por agentes del estado en Chile?
¿Se permite la Violencia Política Sexual y la tortura en Chile, omitiéndola?
En resumen, en el mismo país en se discuten indultos a presxs políticxs de la Revuelta Popular de 2019, las violaciones a los derechos humanos de la misma Revuelta, se omiten y silencian...
Nuestra denuncia es coherente con la lucha de Bau y sus comunidades antiespecistas y disidentes. Cuando les gritamos asesinos es porque lo son. Cuando denunciamos la impunidad es porque ésta domina al país.
No se puede tapar el sol con un dedo, ni con todas las “manos” que suelen tener los gobernantes. Es inútil, ya que seguir protegiendo a los instigadores principales de los femicidios y transfemicidios empresariales
Como compañerxs afines repudiamos la tortura aplicada a Alfredo y otrxs compañerxs, sabemos que nos temen por nuestro compromiso irrestricto por acabar con el sistema de dominación, un compromiso que no termina ni con la tortura, ni con la cárcel, ni con la misma muerte y por esto hoy Alfredo se encuentra arriesgando su vida firmemente y sin dudar.
Desde el territorio ocupado por el estado colonialista chileno y desde distintos territorios de Abya Yala les decimos que la lucha de nuestro compañero también es nuestra y que las consecuencias de un mal término en esta, se verán y sentirán por todos los lugares.
En la audiencia de hoy, tanto en las acusaciones de la abogada de la madre de Bau, Karina Riquelme (conocida defensora de las luchas de resistencia), como en el alegato del fiscal del Ministerio Público, se repitió una agravante: Los demás guardias escucharon la conversación entre los asesinos directos. Uno dijo “¡Dispárale!”, y luego: “¡Mátala wevón!”... Ahí estaba Emilia Milen, viniendo con los comuneros y comuneras a defender a una familia que acampaba en la orilla de playa y estaba siendo atacada por los asesinos. Era la única que Iba vestida con kupan mapuche, el vestido de las mujeres mapuche. Los criminales la habían visto muchas veces, la habían acosado y burlado por su transitar, su figura, su defensa de los animales, su estética, su ser trans, y la mataron entre todos, sicarios y patrones.
Mónica dice que “es difícil saber” cuando su hijo, mezcla de mapuche con chilena, comenzó a sentirse mapuche, “es un sentimiento tan interior, tan íntimo, de él”… Pero lo que sí sabe porque el mismo Matías se lo comentó es que “le gustaba mucho la vida cotidiana en las comunidades, el vínculo con la tierra, con el entorno. En un momento de su vida se comenzó a sentir muy ligado a eso, no le costaba estar con nosotros en Santiago porque nos quería, pero hablaba de lo importante que era para él la comunidad.
se repiten los nombres y las prácticas, los lenguajes y las referencias de entonces; con las que resuenan hoy hegemónicas y rimbobantes detrás de la GENEROLOGÍA institucionalizada, superinstalada y en su decorativa labor de re-fundar Academias, partidos políticos e instituciones públicas y privadas, en general.