Será importante y es el primer paso, conversar con quien se inquieta por la situación de otra. Ella puede estar nerviosa o sentirse traicionando la confianza de su amiga, madre, hermana, conocida; puede estar alarmada, sorprendida, extrañada, e incluso enojada con la víctima y juzgarla. Es muy importante la manera en que recibimos a esta persona ocupada de otra desde sus temores y prejuicios, no juzgarla por sus sentimientos (sean los que sean): el centro es la víctima y ella la que informa, agradecerle por esa solidaridad no es malo. La informante también está resintiendo la situación, se estresa, se conmueve, se ha sentido impotente. Por otra parte aclararle que lo primero que tiene que pasar, para resolverlo, es que la víctima llegue a aceptar el apoyo, y que esto es un proceso en el que ella puede acompañarle mucho, pero sin juicios o presiones