Siwapajti
Patricia Karina Vergara Sánchez es una activista actuante, sea a través de sus
intervenciones poéticas, de sus ensayos feministas, de los cursos y talleres que
ofrece o de su participación en grupos lesbofeministas. Ella es una mujer
racializada, nacida en México, conocida por sus escritos feministas puntiagudos
publicados en importantes redes de mujeres latinoamericanas.
Entregamos acá su último y didáctico libro SIWAPAJTI

PRESENTACIÓN
Siwapajti es un libro necesario para toda mujer latinoamericana que busque comprender las raíces del sistema mundo patriarcal, tarea indispensable para elaborar estrategias contundentes que hagan frente, derroquen y asfixien el dominio feminicida de los hombres. Karina nos comparte una explicación sucinta y elocuente de cómo este sistema se ha conformado a través de los siglos, desde tiempos mesoamericanos, pasando por la colonización y llegando hasta el capitalismo y su actual fase neoliberal. Su explicación no deja a dudas sobre cómo el poderío de los hombres ha sido totalmente intencionado para contrarrestar el inevitable resplandor de las mujeres y cómo para conseguirlo han impuesto sobre nosotras el régimen de la heterosexualidad, el cual ha sostenido los modelos económicos del patriarcado a modo de su columna vertebral.Hace algunos años cuando leí por primera vez a Karina, en su ensayo “Sin heterosexualidad obligatoria, no hay capitalismo”, entendí que la autora había llegado a aportes que, si bien nuestras antecesoras cimentaron, no habían podido concluir, probablemente porque todas somos una continuidad de saberes y hay pasos que algunas mujeres tienen que dar para mostrarnos lo mucho que nos hemos transformado colectivamente. En este sentido, Siwapajti es, hasta el momento, nuestro último peldaño narrado de una historia de rebeldía que sigue andando bajo las pisadas de todas las mujeres soñadoras de un mundo digno para nosotras.La mirada de la autora no es resultado de las críticas a la heterosexualidad obligatoria desde el feminismo lésbico radical blanco tan omiso al colonialismo y racismo, tampoco emana de las posturas antirracistas que cargan con el costo de la lucha «dual» bajo el yugo de los hombres a los que ellas llaman “hermanos”, su mirada, en cambio, proviene de la ancestralidad lesbofeminista, la de las abuelas latinoamericanas que enseñan a sus nietas a cargar con alfileres y navajas para defenderse de los hombres, la de las mujeres que susurran entre ellas que a ninguna niña se le puede dejar sola con ningún hombre y la de las mujeres que en medio de la noche deciden tomar entre sus brazos a sus crías para dejar por siempre la casa del agresor.Siwapajti es esa explicación que anduvimos buscando al llegar por primera vez al feminismo y que nadie nos pudo ofrecer en el monopolio de las generistas, siempre tan colaboracionistas de los hombres, es la explicación que exhalábamos en nuestros momentos de rabia al defendernos del acoso de los hombres y también es eso que sentimos en los momentos de amor inmenso entre nosotras al calor de la esperanza. Siwapajti es un salpicón de verdad acerca de un camino que ya supimos andar, es un libro que ha nacido para pasarse de mano en mano, de boca en boca, entre besos de lesbianas, incluso las que aún no lo son, para recordarnos a las mujeres la rebeldía que volveremos a ser.
Luisa Velázquez Herrera- Menstruadora 2022

Siwapajti (Medicina de mujer) Memoria y teoría de mujeres
Patricia Karina Vergara Sánchez
«Vivimos en un planeta en que millones de mujeres son explotadas. Si bien, hay hombres que también lo son y unos cuantos dirigen se benefician de ello, de lo cual está resultando difícil sustraerse, porque pareciera que es una trampa tan bien armada que una jaula se encuentra dentro de otra jaula en una serie de puertas interminables que, una y otra vez, nos mantienen en distintas formas de aprisionamiento. Una caja que embona en otra y la hace funcionar, mientras otra embona en la siguiente y, también, la hace funcionar. Todo el mundo es un sistema.La concepción de un Sistema Mundo es una herramienta de análisis surgida en la sociología en los años 70 y que, posteriormente, ha sido retomada en años recientes por su utilidad para tratar de explicar relaciones históricas, políticas, geográficas y, sobre todo, económicas que organizan al planeta, tal como existe ahora. Lo que se propone es la concepción de la existencia de un sistema que rige en el globo terráqueo y ese es un objeto de estudio complejo cuyos componentes físicos y simbólicos se relacionan entre sí»…
«No podemos apreciar cómo funciona este sistema de extracción de la vida planetaria sin considerar que el capitalismo y, la explotación a la naturaleza, no son posibles sin el racismo.Es necesario mirar cómo aquello que hay en la naturaleza y es ambiciosamente destruido-extraído, en mayor cantidad y con efectos más devastadores, se encuentra en los países periféricos y semiperiféricos. Casualmente, la mayoría de las personas de esos países tiene una característica muy coincidente: tienen la piel pigmentada, pieles negras, morenas, pero no sucede comúnmente en países cuya población tiene piel blanca.Casualmente, las naciones con personas de pigmentación clara (y asiáticas en décadas recientes) son los lugares de donde provienen las grandes industrias explotadoras y son a donde van las ganancias de su extractivismo.¡Qué coincidencia!¿Qué elementos crean las condiciones necesarias para hacer posible que unas personas lleven a cabo la devastación de los lugares que otras personas habitan?La respuesta tentativa que encuentro es la desdignificación. Dicho de otra forma, el despojo de la dignidad o de la dimensión de reconocimiento de humanidad para los pueblos que son saqueados, el vehículo para ello es el racismo»…
«Siguiendo este orden de ideas, combatir el racismo-colonialismo-explotación de la naturaleza-capitalismo no sería efectivo sin combatir al adultocentrismo.El poder relacionado con la edad parte de la capacidad productiva y reproductiva de los cuerpos, se relaciona con la visión y construcción capitalista del lugar diferenciado que ocupamos de acuerdo con nuestra edad en el mercado laboral.Adultocentrismo es el adulto como el centro de la producción. Cuando digo adulto, estoy diciendo aquel hombre que no es un niño ni un anciano.Es una visión política completamente distinta a la planteada en líneas arriba, en donde la tierra sería el centro de todo hacer y ser. Adultas mayores y niñas tienen un lugar significativo para esa mirada porque el sentido de vida es herencia de las ancestras que enseñan sobre ella y, a su vez, será herencia para las vidas futuras. Una visión de unidad del tiempo y del espacio, mientras que, en la demanda capitalista, es el hombre productivo el centro de una visión de túnel sin sentido espacial ni histórico»…