Entrevista a Margarita Pisano*: “¿Tú crees que sacarás algo de aquí…?”
subraya fragmentos de una historia feminista latinoamericana como la denuncia de “Cómplices” de Brasil sobre la gestación del proceso de Beijing con la AID (American International para el Desarrollo), la misma que indujo programas de esterilización forzada a mujeres. Una AID íntimamente relacionada con la política exterior de EE.UU. y de la cual era consultora la feminista Gina Vargas, que Pisano nombra como “encargada de llevar las políticas de la AID, a Beijing”. Y no deja de ser relevante este fragmento neoliberal de la historia feminista ya que a más de 25 años, hay feministas chilenas que pretenden la figura de Vargas como “autónoma”, lo que suena –al menos- sorprendente.
X victoria aldunate morales/puntada con hilo
Así termina la grabación de esta entrevista, cuando Margarita dice: “¿Tú crees que sacarás algo de aquí…?”. ¡Y vaya que sí!
Didáctica como era, ella explica cuestiones fundamentales que en ese tiempo (yo) apenas intuía: La ambigüedad de unos encuentros feministas (internacionales y nacionales) en que no había diferencias entre el movimiento de mujeres y el movimiento feminista. Las recién llegadas no lográbamos comprender si nos estaban proponiendo reflexión política de un movimiento libertario, o una feria de actividades asimiladas a las mujeres. A esto, Pisano le llama “ameba”, un organismo sin comienzo ni fin. Un feminismo al que se llegaba a observar y estudiar el “género”. “Voyeurismo”, dice ella.
Lúcida y actual -a 26 años de esta entrevista-, Pisano dibuja la institucionalización como un proceso de “cercanas al poder” que publicitan su supuesta “representación de las mujeres”. Esto lo vincula con “negociar con un sistema de poder que “te hace débil”, “se sienta a negociar contigo”, y apenas se recupera, “te quita lo negociado”. Para ella esa es la historia del feminismo.
También subraya fragmentos de una historia feminista latinoamericana como la denuncia de “Cómplices” de Brasil sobre la gestación del proceso de Beijing con la AID (American International para el Desarrollo), la misma que indujo programas de esterilización forzada a mujeres. Una AID íntimamente relacionada con la política exterior de EE.UU. y de la cual era consultora la feminista Gina Vargas, que Pisano nombra como “encargada de llevar las políticas de la AID, a Beijing”. Y no deja de ser relevante este fragmento neoliberal de la historia feminista ya que a más de 25 años, hay feministas chilenas que pretenden la figura de Vargas como “autónoma”[1], lo que suena –al menos- sorprendente.
En fin, el punto central de esta entrevista fue el VII Encuentro de Cartagena ya que la entrevista se hizo pocas semanas más tarde de ese encuentro en el que Margarita fue una líder indiscutida y visible. Para ella ese VII encuentro y la confrontación entre autonomía e institucionalidad, dio una “sabia nueva” al feminismo latinoamericano y caribeño y lo sacó –al menos en esos años- del romántico amoroso.
Acá empieza la entrevista con ella hablando:
Margarita: Entre el 23 y 28 de noviembre de 1996 se realizó en Cartagena el vii Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe. Este encuentro es el número 7, corresponde a una continuidad.
El primer encuentro, fue en Colombia 1981. Fue un encuentro de más o menos 100, 150 mujeres aprox. Este primer encuentro en Colombia es El DESEO de feministas tempranas, de encontrarse, reconocerse, saber de la existencia del movimiento. Esa fue la gran FIESTA del primer encuentro, descubrir esa existencia. Obviamente que comienzan también las primeras dificultades de la relación entre el movimiento feminista y las mujeres de los partidos políticos de izquierda. Y empieza esta mala relación entre movimientos sociales y el movimiento feminista. Se decide hacer cada 2 años.
Victoria: Te refieres a los partidos de izquierda… Porque los de derecha…
Margarita: Noooo, no van a esas cosas. El II encuentro, en Lima 1983 fue más organizado, menos espontáneo. Pasa a ser un encuentro mucho más organizado y más estructurado como organización, lo que produjo grandes dificultades en un primer momento. Pero no quiero explicar cada encuentro sino encontrar hitos.
El encuentro de Lima fue uno donde se plantea el eje de trabajo Patriarcado, se abren las multiplicidades de problemas de las mujeres. Es un encuentro muy importante, en ese tiempo se plantea la cosa de la existencia lesbiana. Se discute aquello, Encuentro teórico de profundización de lo q es el patriarcado. A Lima van 750 mujeres (las peruanas esperaban 350 y fueron sobrepasadas totalmente por estos deseos de participación. No habían pasado 2 años y ya había una presión tremenda sobre los encuentros).
Bueno, esto empieza a desarrollarse de tal manera que después el 85 en Bertioga, Brasil, donde van más de 1000 mujeres. IV Luego en Taxco, México donde hay más de 1500 mujeres. Y el 90, 91 en Argentina: donde sí hay más de 3500.
Esta explosión hace que los espacios sean siempre sobrepasados por la cantidad y las intenciones de la gente… Básicamente empieza a surgir una ambigüedad sobre si son espacios de reflexión de las feministas, o propagación de las ideas feministas. Los movimientos sociales, en especial el feminista, durante sus primeros años, en la década de los 80, va creciendo, pero no dibuja sus límites, por lo tanto se transforma en una ameba que no sabes donde empieza y donde termina.
Van muchas mujeres a los encuentros a ver si son feministas. El voyeurismo que nosotras encontramos que no es el sentido de los encuentros. Nuestro quehacer cotidiano en nuestros países, es difundir, tomar contacto con las mujeres y organizarnos en movimientos sociales. Los encuentros son para reflexionar lo que estamos haciendo internamente.
Pero fluctuaron entre estos dos conceptos, las que queríamos que fueran momentos de tensión y reflexión interna, sobretodo de aclaración de políticas, estrategias, etcétera, y otras que no. También había la tendencia a entender esto como una feria de lo que hacíamos en lo cotidiano, se hacía talleres sexualidad, género, de todo tipo, también de género. Un muestrario.
Dentro de eso, se fueron armando las redes. Las que se dedicaban a la salud, las de los derechos humanos, las que se dedicaron a la violencia… Se fueron haciendo las redes, yo no diría que espontáneamente, yo diría que las redes era una propuesta política que venía del primer mundo, que eso era lo eficiente y había que conformar estas redes.
En estos espacios de los encuentros se forman las redes y también los sistemas de poderes.
Victoria: Una propuesta política, ¿que en tu opinión atomizaría lo que es el movimiento mismo? ¿De qué manera?
Margarita: Claro, fue armando las expertas en salud, derechos humanos, y el movimiento político de cambio cultural civilizatorio fue desmembrándose de tal manera, como si las mujeres fuéramos pieza y parte de un ser humano, y no un ser humano integrado.
Victoria: ¿las mujeres pasaron a ser como bicho de análisis?
Margarita: Sí, creo que, al desmembrar, esa es la consecuencia, no creo que haya habido la intención. Lo que sí había era la intención de manejar los conocimientos a través de las redes.
Victoria: ¿Por qué sospechas del primer mundo?
Margarita: Porque las redes, fue una presión que hubo sobre las ONG, de las políticas de las ONG, presionando desde el dinero y las Agencias de Desarrollo para que hiciéramos redes. Muy mezclado con la política de las cumbres, de la ONU de tomar temarios, poner temas en discusión y despacharlos rápidamente, en menos de un año, sin llegar a nada más que a COOPTAR EL DISCURSO. Lo toman, lo reciclan y ya está. Entonces creo que sí fue un espacio donde eso se produjo.
Victoria: Y las críticas de esto empezó a ebullir dentro del movimiento, ¿al parecer explotando en el sexto encuentro?
Margarita: En el sexto encuentro explotan las críticas a estas políticas. Se fueron agudizando a fines de la década de los 80. Al principio no era tan claras. Hacia mediados de los 80, la Cooperación Al Desarrollo ya tiene una política bastante definida y presionaron mucho a los proyectos que financiaban. A fines de los 80 era casi impositivo: la profesionalización, la evaluación pasaba por la EFICIENCIA de estos equipos de conseguir avances en las leyes de sus países. O sea era muy importante sacar una ley contra la violencia, desgraciadamente, INTRAFAMILIAR, o sea se borraba a las mujeres como objeto de violencia que era lo que habíamos desarrollado en el movimiento.
Lo que quiero decir es lo siguiente: Creo que Bertioga, el 85, fue un gran encuentro de mucha expresión corporal, maravilloso en el sentido del encuentro de las mujeres con su corporalidad. Las brasileñas y su corporalidad mucho más expresada que todas las latinas… en fin, ahí hay una explosión del encuentro de las mujeres con su corporalidad, es un momento bastante cumbre… Eso no quita que hubo también talleres teóricos y todo lo demás…
En México, es el momento y la puesta en discusión fue sobre los movimientos sociales. Entender que había distintos proyectos dentro del movimiento feminista.
Creo que Argentina es el gran encuentro del desencuentro. En el sentido no de grandes discusiones, sino que no había espacios donde encontrarnos para discutir luego con tanta cantidad de gente no había espacio de reflexión.
Ahí se decide que el sexto sería en Centroamérica, que tienen dos puntas: Por un lado Centroamérica es muy incipiente todavía en la conciencia feminista, y por otro lado es un lugar privilegiado para las agencias, porque está todo el proyecto de instalar en Centroamérica el modelo neoliberal democrático, todo el esfuerzo que se está haciendo para “pacificar”… Fue muy importante definir eso, yo creo que fuimos parte de esa política por un lado. Por otro lado, había poco feminismo, era acelerar el proceso de feminización al entregarles esta organización. Ellas podrán decir todo lo que les pasó en este proceso.
Una cosa que se planteaba siempre era que el feminismo chileno nació en medio de la dictadura de Pinochet y que cada vez que salíamos era salir a respirar, a un espacio democrático, y también había un encuentro entre las feministas exiliadas con las que veníamos del interior del país… y eso tuvo mucho significado. Entonces, siempre estuvo la promesa de que cuando se fuera Pinochet de Chile lo haríamos aquí. Y en Argentina, ya había caído Pinochet, así es que yo me levanto para ofrecer la sede de Chile en alternativa a Centroamérica, y las propias chilenas postergaron eso, dijeron que era importante hacerlo en Centroamérica, que recién había sido en el cono sur en Argentina y que correspondía ir balanceando estas cosas. A mí me pareció muy razonable y quedamos con este compromiso trasladado de fecha para el 96.
Ahora, ¿qué pasa ahí dentro? El proceso de democratización está actuando al interior del movimiento feminista pues este no es un “globito” sino que funciona a las políticas que están ocurriendo en el continente. Y en ese sentido en Chile, por supuesto, vino el gran modelo neoliberal exitoso que logra democracia con votos, sale el gran dictador en un gesto casi democrático, etc, etc., y la pacificación del país -entre comillas- también significa el desmembramiento de los movimientos sociales como proyectos políticos. Yo no creo que se hayan desmovilizado solamente porque la gente ya no les encontraba sentido. Fueron desmovilizados, como una política.
Dentro de eso, al movimiento feminista le pasó lo que le pasó. Que no es que desapareciera, yo creo que el movimiento de mujeres sigue existiendo, más desmembrado, sin estas visiones claras de miles de mujeres en las calles, como sucedía en Dictadura. Entonces, en ese contexto, llega Chile país ejemplificador para Latinoamérica que “estamos regios”, que prácticamente “salimos de la pobreza”, según los altos índices con que se miden esas cosas. Dentro de eso aparece Cartagena. Entonces, el séptimo encuentro es una continuidad de lo que pasa en el sexto, en Centroamérica, en el sentido que por primera vez, en El Salvador, por primera vez nosotras -hablo con propiedad, nosotras las Feministas Autónomas, Las Feministas Cómplices- llevamos un taller y libro documento a El Salvador en que planteamos lo que está pasando en el movimiento feminista: La institucionalización y el uso de este movimiento por parte del proyecto neoliberal.
Victoria: ¿Quiénes son las feministas Cómplices?
Edda Gaviola, Sandra Lidid y yo en Chile. En México, Ximena Bedregal, Rosa Rojas y Francesca Gargallo, en Argentina hay otras…-. La cosa es que llevamos un taller y libro documento a El Salvador en que planteamos lo que está pasando en el movimiento feminista y abrimos una caja de Pandora: La institucionalización y la implementación de políticas a través de líderes feministas, sin que nosotras tuviéramos participación real en políticas.
En El Salvador llegan unas brasileñas, también Cómplices, que además denunciaron el proceso de Beijing (95) denuncian como la AID (American International para el Desarrollo) está designada por comité de operaciones internacionales para apoyar y desarrollar los documentos para Latinoamérica, donde tienen una triste historia con las mujeres en este territorio. Financió programas de esterilización forzada de mujeres en Brasil. La AID está íntimamente relacionada con la política exterior de EE.UU. Ese es el problema de la AID. Y Gina Vargas, feminista de largo trayecto, peruana, era quien estaba a cargo de llevar esas políticas a Beijing a través de la AID. No quiero hacer denuncias de Beijing porque ya está bastante claro el asunto, pero esa fue una de las gotas que rebalsó el vaso, el proceso de Beijing. Finalmente, desde los 90 lo veníamos denunciando, y sucedió igual como lo habíamos denunciado, con la manipulación del dinero, los temas, etcétera. Llega Cartagena, en Chile y se abre la continuidad de ese otro debate. Con la diferencia de los otros encuentros, de que quienes lo deciden sostener organizar, se identifican con el proyecto del feminismo autónomo y deciden hacer el proyecto desde la autonomía sin la injerencia de las ONG, como fue tremendamente en los otros encuentros (la AID, etc.), y terminar la feria de talleres, y dar un énfasis a la reflexión política real que necesitábamos. Hablar sobre cuál es nuestro proyecto político feminista, cuáles son las alianzas que queremos hacer. No de “Salud y mujeres”, “y leyes”, etcétera.
Desde El Salvador se planteó que se vienen armando estas dos grandes corrientes: Una que es la corriente que se ha institucionalizado con el proceso que ha vivido Latinoamérica y el mundo: El modernismo, el postmodernismo, la democracia neoliberal, el capitalismo económico, el éxito.
Victoria: ¿O sea, esa institucionalización del feminismo sería totalmente funcional al sistema neoliberal? ¿lo legitima?
Margarita: ¡Totalmente!
Victoria: Aunque las institucionales, tengo entendido, no reconocen legitimar el modelo neoliberal…
Margarita: Ellas dicen que no legitiman el neoliberalismo, pero participan en las políticas del Banco Mundial, la ONU y otras. ¡Y sus alianzas son por ejemplo en México con el PRI!
Victoria: Me da la impresión que apoyan también a Fujimori…
Margarita: Sí, también. Básicamente, han respondido a las estrategias implementadas por el primer mundo. Uno, hacer presión política, El lobby que instala el reconocimiento de que la forma de cambiar el mundo es por el poder establecido y que dentro del poder establecido, por decretos o por leyes ir a cambiar el mundo.
Victoria: Esa es una estrategia. Ahora, las estrategias son parte de la política, no son simples tácticas…
Margarita: Claro, ahora qué pasa, en una gran parte del movimiento feminista que se plantea a una política propia que es trabajar hacia el mundo mujeres, hacer un movimiento social, rediseñar el movimiento social no como uno que reclama “derecho al poder”, sino uno creativo de otra cultura y modelo de sociedad.
Victoria: O sea, no un “sindicato reivindicativo”, por ejemplo…
Margarita: No, justamente, se hace la denuncia de que tampoco se trata de un trato, porque siempre sigue el trato patriarcal, no es esta participación de la construcción de símbolos y valores que construye sociedad, civilización y cultura…
Victoria: ¿Entonces qué pasa en este VII encuentro?
Margarita: Básicamente, en Cartagena esta denuncia toma cuerpo, se profundiza, se logra llevar a una expresión de confrontación que era muy necesaria. Yo creo que el movimiento feminista agarró nueva sabia en esta confrontación. Si seguíamos en esta ameba en que unas que representaban a otras y las otras no se sentían representadas, es como instalar una enfermedad en el encuentro que lleva a la muerte. Porque por último, las nuevas feministas, en esta acomodación de un sector, no descubren dónde está la propuesta feminista. Y dicen, Ah las mujeres vuelven a reclamar los mismos derechos… Y eso lleva a un envejecimiento del movimiento.
De hecho, en el movimiento se habla de las vacas sagradas, yo creo que hay gente joven que es vaca sagrada y gente vieja como yo que estamos en toda la juventud de la propuesta de cambio. El feminismo está en una juventud, no es un proyecto acabado, pero sí conlleva un proyecto civilizatorio, ético, distinto que no es el del patriarcado.
Victoria: ¿En este encuentro se reconoció que había feminismos?
Margarita: En las ciencias sociales hablaron de las distintas vertientes del movimiento feminista. Mujeres populares, mujeres negras, campesinas, clase media… Eso es verdad, en el feminismo hay una diversidad, pero sí lo que hay de diferencia son diferencias políticas y filosóficas que nos diferencian en el camino que recorremos y el fin que queremos cada una distinta. Y esas son diferencias que se marcan por pensamiento, por el sistema de ideas, por la ética y filosofía detrás de la construcción del mundo. Ese para mí, es el gran paso de Cartagena. Es decir, ya no nos calificamos por más o menos dientes como los animales, sino porque tenemos pensamiento, porque nos confrontamos a pensamientos diferentes a ideas de sociedad diferentes, a análisis de lo que pensamos que es la vida y el mundo.
Victoria: Sin embargo, esta postura tuvo enormes resistencias dentro del encuentro…
Margarita: Bueno, yo creo que el poder y las que gozan del poder, son las que están con discurso de apoyo a la institucionalizada, aunque haya críticas.
Creo que cuando tu concibes un espacio humano amébico, que no tiene bordes dibujados, tampoco tiene buenas herramientas de decisión. No funciona porque cual es el mundo que puede expresarse como mayoría… Hay unos falsos consensos.
Yo no creo q seamos minoría, después de estos encuentros, pienso, no somos minoría, porque si ves todas las mujeres en contra de las políticas del lobby y con actitud crítica, son más que las que se durmieron dentro de esa política, pero tampoco se puede hablar, porque quiénes son las que vinieron y las que no pudieron venir al encuentro… Entonces bueno, estamos trabajando en un espacio muy sin bordes, quiénes somos, cuáles somos, porqué somos también… Porque hay gente que llega al feminismo por resentimiento y no por rebeldía, quieren una ley de divorcio porque no les dan el divorcio pero no por una cosa civilizatoria, de avance de cambio libertario. Entonces, eso es muy manejable con discurso demagógico, y estas mayorías o minorías se forman sin bordes, es difícil de leer y esto trae abuso y abuso de poder.
Obviamente que las que están cercanas al poder manejan los dineros, institucionalización, a través de las ONG, están ahí haciendo una confusión tremenda de que son las ONG las que representan a las mujeres. Lo dicen en sus documentos y nadie les ha dado esa representación. Hay un límite ético importante de dilucidar. Y en este encuentro, se les dijo que No.
El no más que poníamos en nuestras marchas en contra de la dictadura también es un “no más” a esas formas de hacer política. Este encuentro plantea, dice cosas muy sencillas, que una parte importante del movimiento feminista se siente atropellada en sus derechos más básicos, se siente negociada y representada sin su consentimiento. Y nosotras que hablamos de que una mujer tiene que conquistar su vida, ser una persona por sí misma, definirse por sí misma… Esto produce un conflicto muy grande.
Victoria: En esta institucionalización feminista surge la figura de la mujer como beneficiaria y entonces las “beneficiadoras” serían las feministas…
Margarita: Claro, se declara… La ambigüedad entre qué es movimiento mujeres o movimiento feminista, hay un límite no claro. Y en ese río revuelto es fácil recoger esa potencia, representar y transformarlo en un poder de grupos. En este encuentro fue clarísimo que dijimos “no más” a esto, y sí a un movimiento feminista que es un movimiento libertario, que no es tan fácil hacer política a nombre de ese movimiento, que hay un límite ético y que las mujeres no están dispuestas a aceptar que traspase.
Victoria: ¿Cuáles serían por ejemplo?
Margarita: Por ejemplo, algo muy concreto: Que no hagan política a nombre tuyo, no es que tú te sientas, sino que te invisibilizan como productora de ideas sociales y políticas.
Victoria: Alguien dijo en el encuentro que antes había que un límite que era no negociar con torturadores pero que ese límite ético hoy día no está, se agotó… hoy no hay torturadores, pero hay agentes del neoliberalismo…
Margarita: Si hay alguien que cree que el neoliberalismo es un sistema de desarrollo de todos los pueblos y que todos van a acceder y no va a haber más pobreza etc., que lo haga, pero no a nombre mío, porque no creo que eso sea un proyecto que desarrolle a lo humano. Cada vez hay más pobres en el mundo y la pobreza es cada vez más dura, y ha aumentado en calidad y cantidad la pobreza. Tengo derecho como mujer y como feminista a hacer política, a partir en base a ese criterio, a ese análisis de la realidad. No voy a perseguir a las feministas que piensen diferente sino a las que no dejan que yo exista. Eso hicimos en Cartagena, hubo una rebelión.
Victoria: ¿Esta rebelión quiebra el movimiento feminista?
Margarita: Pero ¿qué se llama quiebre? Soy crítica de mantener unida a la familia cuando nadie se quiere. Las crisis hacen crecer a la gente, y el movimiento feminista tiene que salir del romántico amoroso de que porque somos mujeres y eso nos hace iguales con los mismos proyectos políticos en la cabeza. Nos consideramos seres humanas en plenitud, vamos a descubrir que tenemos distintos proyectos y miradas, entendimientos de lo que es la vida, para algunas un tránsito, para otras aquí y ahora, para otras un premio de buena conducta, que sé yo… No perseguiré a nadie por creer esas cosas. Pero sí, voy a denunciar y pelear por mi existencia y que nadie se arrogue la representación de mi existencia.
Creo que eso sucedió en el encuentro, quedé muy contenta, quedé sin la exaltación del romántico amoroso, quedé contenta de ver que se abre una brecha grande sanadora. Eso es para mí lo que pasó. La gente no aguantó más esta situación y me alegro muchísimo de haber sido parte de la organización del encuentro que dio las bases, la metodología para que se produjera esto y se hablara de esto, no nos siguiéramos engañando por las piezas y partes, como podría haber sido antes.
Victoria: Hagamos algunas aclaraciones. Se imputa en general a las autónomas de que lo que estarían haciendo es una satanización de las ONG, o de las mujeres que están en las ONG, o contra cualquier tipo de negociación o pacto posible…
Margarita: Hagamos aclaraciones. ¡Yo sí creo que hay que satanizar algunas cosas que funcionan en este mundo y que sí son satánicas! A mí no me cuentan el cuento de que las policías que transgreden los ddhh no son “satánicas”. Usando el término no desde un punto de vista cristiano. Eso existe, no porque no lo diga… hay instituciones satánicas en este modelo económico que está depredando el mundo, y que es muerte y es ceguera. La gente en Punta Arenas se está quedando ciega por el ozono… ¿Es satánico o no es satánico? Creo que hay muchas instituciones satánicas, aunque por fuera tengan piel de oveja… Y dentro del feminismo también hay ONGs satánicas, que realmente atornillan al revés, que están desmenuzando y desmontando al movimiento feminista en sus conocimientos y saberes.
En este encuentro igual se hizo una denuncia sobre las feministas que están haciendo periodismo. ¿Dónde está el límite, donde es una prensa feminista? Realmente lo que tenemos yo lo encuentro muy malo. Eso no quiere decir que no hayan proyectos chicos, distintos, con mucha más honestidad y mejores que otros, y que se salen de esta historia. La ONG en sí misma no, sino que los proyectos. Hay proyectos buenos y proyectos pésimos.
Victoria: ¿La negociación es siempre mala?
Margarita: Para mí sí. Negocias cuando hay un sistema de poder que te hace débil y se sienta contigo a negociar, pero apenas recupera su poder, te quita lo negociado. Y esa es una historia del feminismo también, y si no, preguntémosle a los obreros cómo les ha ido en sus negociaciones.
Victoria: Una de las cosas que se planteó en el encuentro fue la de hacer pactos entre mujeres.
Margarita: ¡Ah sí, ese en planteo lo hice yo! La idea mía sobre que las mujeres no tenemos una practica de hacer pactos entre nosotras. No sabemos como hacerlo porque no hemos estado en la política donde se pactan ciertas cosas. Yo creo que ese ejercicio, es un ejercicio de entenderte como un ser político filosófico que tiene a otro al frente con el cual entenderse para que sobrevivan todos. La vivencia no está en la sobrevivencia por encima del otro.
Para mí eso es un pacto. Yo puedo hacer pacto con quienes aceptan que yo existo para pactar. Un pacto entre mujeres que no existe como práctica. Creo que debemos empezar a hacerlo. Esto quiere decir que yo estoy haciendo una corriente feminista y si aparece gente autónoma pero no le gusta mi propuesta que haga otra, y después juntas podemos pactar para cambiar el patriarcado. Sobre una base de pactos horizontales. Pero si no está base, no hay pacto posible.
Victoria: O sea no se podría pactar con la María Angélica Cristi
Margarita: Es muy difícil pactar con feministas de ONG que están alimentando el patriarcado también. ¿Qué pacto puedo hacer ahí, donde reducen el feminismo a un sindicato de pedido de reivindicaciones?
Victoria: ¿Quieres decir algo más Margarita?
Margarita: Sí. Es muy importante decir que las autónomas han hecho un gran esfuerzo por delinear lo que decimos, lo que pensamos y hacemos, nunca representando a las mujeres, solo a las que nos reunimos en torno al feminismo autónomo. También las feministas autónomas no nos hemos nombrado para hablar y representar. Es un lugar al que se puede acceder asumiendo su historia y trayectoria política. Críticamente, aportando para mejorarla y no para cambiarla porque si así fuera apelaríamos para que crearan un lugar propio, leíbles claramente con el propósito de hacer su política transparente y sobretodo sin aprovecharse del trabajo y de la historia de otras feministas.
Victoria: ¿Quiénes son las feministas autónomas en Chile? ¿Quiénes son la corriente autónoma?
Margarita: Mira, creo que de este malestar ha nacido una resistencia que ha ido nucleando a ciertas mujeres. Algunas se han adelantado en el sentido de avanzar sobre la construcción de un feminismo con límites, y las otras, que son sueltas, que también están haciendo feminismo de cara al mundo de las mujeres y no de cara al lobby y al patriarcado. Hay diferencia entre las autónomas y eso está bien, es saludable. No quisiera construir un monstruo uniformado donde sean o se lean todas iguales, creo que justamente el desafío del movimiento de autónomas es ir estructurando estas diferencias y hacer los pactos, no con la derecha y la institucionalidad. Hay un movimiento feminista autónomo, tiene límites, se puede entrar y salir del movimiento. Después hay uno que se define así pero que no tiene límites. Yo creo que sí llegaremos a un pacto. Están las “Agridulces”, las feministas populares, las Resueltas, las sueltas… Justamente, creo que el desafío nuestro ahora, es decir: ¿Cómo nos organizamos ahora las feministas autónomas?, ¿cuáles son los límites a los que llegamos?, ¿cómo podemos pactar o vamos a empezar a leernos como contrarias unas con otras? Porque eso no tiene sentido. Hay que armar los proyectos y creo que el feminismo autónomo ha avanzado mucho, ha dado pasos. Después, queramos o no queramos, hay seres humanos con nombre y apellido que han avanzado en estas cosas y yo soy una de ellas. Y ya no quiero más el cuento de no reconocerme yo misma. Sí, creo que he tenido un montón aportes a esta reflexión y por eso mismo también soy vista como una de las líderes del movimiento Feminista Autónomo en Latinoamérica. No es por casualidad ni por haber hecho un mecanismo o “aparato de poder”. Justamente, es nada más que por estar de cara a las mujeres pensando la vida.
Victoria: El próximo encuentro sería en República Dominicana el 99? a un año del fin de siglo…
Margarita: Va a ser muy impresionante. La gente que asumió la responsabilidad dijo claramente que lo iba a hacer en base a la autonomía. Este es un hecho político muy importante. Ahora muchas, muchas feministas hasta que no llegaron a este encuentro, no se dieron cuenta que en el feminismo habían estas corrientes y les cayó la chaucha y lo visualizaron por fin. Y esta incomodidad que sentía, claro, tendrán que tomar sus decisiones políticas de a dónde quieren estar. De hecho en este encuentro se armó el taller Ni las unas ni las otras… Creo que está bien, está bien siempre que esa gente empiece a elaborar teóricamente su corriente, su movimiento. Y que no lo hagan en el estar en el medio con un actitud como diciendo estas son las que se pelean y yo soy la buena que estoy en el medio… Yo creo que sí tiene importancia siempre que hagan ese recorrido.
Victoria: Y parece que también se proyecta un encuentro de autónomas, en Bolivia…
Margarita: Sí, la corriente autónoma decidió en este encuentro de Cartagena reunirse dentro de un año y medio en Bolivia.
Victoria: Que sería un encuentro de planificación de estrategias autónomas, entiendo…
Margarita: Creo que tenemos que dibujarlo un poquito más. Para mí, ese encuentro sería como ir definiendo dos cosas: cómo hacer movimiento con bordes claros, con sistema de acceso y retirada de ese espacio, dibujando la cosa, saliendo de estos proyectos amébicos que han dado tan malos resultados. Eso por un lado. Y, estructurar nuestras diferencias.
Yo le tengo terror que volvamos a armar un proyecto donde, bajo este gran paraguas nos agrupemos todas las feministas sin el valor, dentro de ese paraguas de ir definiendo los limites que nos separan a unas y otras y aprendiendo a hacer política pactando entre nosotras. Por eso insistimos mucho en este encuentro, vamos a ver si eso se da.
Victoria: Ya. Estamos por hoy.
Margarita: ¿Tú crees que sacarás algo de aquí…?
[1] En Marzo 2022, se realizó un conversatorio desde la Corporación “La Morada” y Radio “Tierra”, quienes a partir del nombre “Porfía Feminista”, invitaban a hablar de “autonomía, feminismo y proceso constituyente”. Las panelistas eran entre otras LEGATARIAS OFL, una representante constituyente, la Casa La Morada y Virginia Vargas.
*Esta entrevista fue hecha por Victoria Aldunate a Margarita Pisano en 1997 desde el periódico “Puntada con Hilo”. En ese tiempo, fue grabada solo para efectos de ser transcrita y extraer una entrevista que lograra entrar en pocos caracteres para el periódico en papel. En 2022, entregamos este caset grabado a la Radio Humedales, la que el el 14 de junio transmitió completa la entrevista grabada. Además nuestras compañeras se Radio Humedales (Mafe) la transcribieron y por ello hoy podemos colocarla completa con una introducción hecha en julio 2022 por la entrevistadora.