A 4 años del femicidio empresarial: Macarena Valdés (2020, Cable a tierra)
Desde la lejana ciudad de Carahue (lugar de fortificación), Paola Melita rememora todas las sensaciones que provocó en ella la muerte de la negra en extrañas circunstancias. “A mí me impresionó, es la primera vez que sentí mucho miedo”, señala la activista que lleva una década trabajando en una escuela rural de la Araucanía.
X Constanza Cabrera (Cable a Tierra)
La ruta 201 recorre un pedazo de la provincia de Valdivia, en la región de Los Ríos al sur de Chile. El camino rodeado de una rebelde selva autóctona nace en Pullinque (lugar de ranas en mapudungun), un asentamiento que posee menos de 300 habitantes, y se extingue rocoso en el paso fronterizo Carirriñe que colinda con Argentina.
Aunque la carretera pasa por el camino de Rama Seca o Tranguil, no es directa y se debe descender a pie para llegar al río bautizado de la misma forma. Tranguil se ubica a 9 kilómetros antes de llegar a Liquiñe (ojos lagrimosos) hacia la Cordillera de los Andes en la comuna de Panguipulli (espíritus de pumas). A veces la ruta se muestra asfaltada, pero su aspecto a lo largo de la región está repleto de rocas.
Entre los cerros y el suelo irregular distante de un paisaje urbano, existe un silencio que sólo es interrumpido por la caída del agua de los ríos que golpean las rocas, el piar de un pequeño chucao o la presencia del ave chimago imponente en las copas de un coihue, especie típica de la selva Valdiviana. Un paraíso en la tierra, la zona cordillerana parece ser una preciosa joya que se esconde al interior de un austral rincón del continente latinoamericano. Tal vez fueron las raíces, así como la sangre originaria, que llevó al corazón de la familia mapuche Collio-Valdés hacia el sur.
Era 2013, el clan compuesto por Macarena Valdés Muñoz, su pareja Rubén Collio Benavides y sus tres hijos residían al nororiente de Santiago de Chile, en la comuna de Ñuñoa (lugar de ñuños). Sumidos en el “mundo winka”(1), el trabajo de Rubén como ingeniero ambiental y asesor de eficiencia energética, les daba todas las comodidades materiales que podían imaginar. Aún así, no había una felicidad genuina. Algo faltaba.
En la contaminada ciudad la familia volvió a encontrarse con su memoria perdida. El camino lo entabló Rubén, quien tenía recuerdos de las enseñanzas de sus abuelos paternos que le inculcaron el mapudungun y el cultivo de la tierra, pero toda la sabiduría aprendida se había desvanecido con los años.
–Me estoy sintiendo mapuche– le decía Rubén a Macarena.
–Bueno ¡pero es que somos mapuche!
La búsqueda de sus orígenes se inició cuando la familia comenzó a reunirse con otros mapuche de la “Asociación Folil Che Aflaiai” (gente de raíz eterna) en la comuna de Peñalolén a compartir y entretenerse en alegres palines, un juego tradicional en el que se forman equipos con el propósito de perseguir un pali (bola) con un weño (bastón). Pero a través de las subidas al Parque Natural Quebrada de Macul, la conexión con el pulmón verde de Santiago les cambió la mirada para siempre.
Todo esto alimentó los deseos en la familia de retornar al sur. En medio de las veladas en Peñalolén, Macarena y Rubén conocieron a Mónica Paillamilla y su esposo Mauricio González, quienes también pensaban en regresar a sus raíces.
Rubén Collio les contó que hacía trabajos eléctricos, entonces les ayudó a instalar unos cables y a cambio, Mauricio se ofreció de flete para poder materializar sus anhelos. El peñi (hermano en mapudungun) cuenta que si bien optaron por dejar la ciudad, lo que los llevó específicamente a Tranguil fue el azar.
-¿Qué los condujo a la zona?
–Nosotros habíamos decidido viajar de Santiago, retornar al sur como decimos los mapuche. En algún minuto nuestros abuelos fueron obligados a migrar por necesidad laboral hacia la ciudad, entonces nosotros habíamos decidido que era tiempo de regresar a nuestras raíces.
Esta realidad se ve reflejada en las cifras del último CENSO nacional de 2017, que indicó que más de un millón 700 mil personas se declaran mapuche y 35% de ellas viven en la región Metropolitana, en la que se concentra más población a nivel nacional. El destino elegido para empezar una nueva vida no era Tranguil sino que Galvarino, comuna de la provincia de Cautín en la región de la Araucanía. Cuando llegaron a la localidad, en el verano de 2014, se dieron cuenta que de fondo acontecía un gran incendio forestal. Rubén lo recuerda así:
–Se nos hizo imposible porque no había condiciones para vivir ahí, era un gran incendio y bueno, nosotros como mapuche tenemos la convicción de que nada es casual. Podríamos decir que son cosas del destino.
Los últimos meses del primer gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014) estuvieron marcados por los incendios en todo el país. Las llamas consumieron más de mil hectáreas en un foco que se localizó en el camino que une a Galvarino con Lautaro, otra ciudad sureña.
Ante la sequía reinante, la pareja les ofreció un lugar alternativo en la montaña, un terreno que fue adquirido por Mónica Paillamilla, quien lo compró en un arriendo por 99 años. Mónica cuenta desde su hogar en Villarrica, que ella “compró el dominio del lugar” a un vecino de la localidad:
–Yo compré ese arriendo por decirlo así, tengo el dominio de esa propiedad, la otra vez sacábamos la cuenta, me quedaban como 85 años de estar vigente, de ese arriendo de 99 años.
Los padres de Mónica son dueños de alrededor de 75 hectáreas de Tranguil Alto y las tierras fueron heredadas de sus bisabuelos. Por la irregularidad de la tierra montañosa, es difícil desplazarse, entonces por ese motivo se compró ese predio que permite “subir y bajar” de la casa.
Casi sin pensarlo demasiado, la familia santiaguina aceptó la propuesta de la mujer, quien solo puso como condición que “cuidaran del terreno”.
Gente de la tierra es la traducción al español de la palabra mapuche, pues se dice que son descendientes de ella y tienen como “deber curatorial” cuidar lo que se recibió como herencia ancestral.
-¿Cómo es la relación de los y las mapuche con la naturaleza?
–Hay espíritus del río, en las montañas, que son igual que uno, por lo tanto, como yo no me siento superior de lo que me rodea, no me siento con el derecho de vulnerar. Como mapuche valoramos la tierra, yo no me siento más que el árbol que me da cerezas y sombra.
La casa de la negra
Al llegar, Macarena tenía 31 años y el cuarto de sus niños, fue concebido en Tranguil. En el terreno de una hectárea y media comenzaron una nueva vida, al interior de una casa de madera en la que colocaron algunas fotos en las paredes y una estufa para calefaccionarse en invierno, pues el clima es duro en temporada fría, con temperaturas que pueden llegar a los 12 grados bajo cero.
Los tres hermanos mayores junto a sus padres recorrían extasiados la localidad, sus pisadas verdes se mimetizaban con la naturaleza que se abría ante sus ojos, a sus cortos 5, 11 y 14 años.
El pelo ondulado de la mujer caía frondoso en ondas negras que tocaban toda su espalda. Con un incipiente embarazo y sus característicos jeans, salía a recoger hierbas entre los árboles, a buscar semillas, a conversar con las demás lamngen (hermana en mapudungun) cercanas de la zona cordillerana.
Macarena tenía carácter fuerte y poseía una honestidad “sin pelos en la lengua”. Nacida en Hualañé (ojo de Huala), una comuna costera de la provincia de Curicó y al igual que su compañero, había perdido su lazo ancestral heredado de su abuelo por su vida en Santiago, pero lo fue recuperando poco a poco.
“Amo mi tierra y quiero vivir así”, le contaba a sus amigas. Aunque había dejado a su madre y hermana en la ciudad, vivía feliz. La negra, como era llamada cariñosamente por sus más cercanos, aprovechó de confeccionar huertos y sembrar, entre fruta, trigo o plantas medicinales. Tenía esa paciencia de regar y esperar.
La familia se involucró en la localidad y mientras comenzaban a conocer a los residentes, la pareja notó que las comunidades cercanas estaban en una pasividad que rozaba el abandono de su cultura, entonces comenzaron a reunirse con sus vecinos para practicar el mapudungun. Por su parte, Rubén se dedicó a la orfebrería, figura conocida por los mapuche como rütrafe, que trabaja los metales para confeccionar joyas. Bajo el nombre de “Platería Wenulfe”, el peñi compartió su oficio en una fanpage de la red social Facebook.
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A lo largo de los 14 kilómetros que abarcan Tranguil, se ubican las comunidades mapuche Inocente Panguilef y otras dos más lejanas, que son la comunidad Lorenzo Carimman y la ancestral Quillempan, esta última se localiza al final del recorrido y la casa de la negra está a unos 300 metros de ella.
La comunidad Quillempan cuenta con un título de merced que data de 1919 y que fue otorgado “una vez que el Estado chileno concluyó el proceso de ocupación militar de la Araucanía”, lo que ocurrió entre 1884 y 1929, según el Informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato de 2003.
El río Tranguil es cercano al predio, pues corre hacia el suroeste y se une con el río Cua Cua que desemboca en el Lago Neltume (lugar liberado), próximo a la ruta T29. La comunidad Quillempan está a nombre de 10 hermanos, con Ángela Quillempan -conocida por sus cercanos con el nombre de Julia- como comunera a la cabecilla junto a su esposo Alejandro Castillo, es heredera de 196,5 hectáreas de terreno (hijuela N°3), cuyas tierras han sido traspasadas de generación en generación.
“¡Ay que bueno!”, contestó Julia al otro lado del teléfono cuando accedió a conversar.
-¿De qué época datan las tierras a nombre de su familia?
-El dueño era mi bisabuelo, después pasó a mi abuelo, a mi papá. Ahora están en manos de nosotros las escrituras. Han pasado 3 generaciones y nosotros somos los cuartos.
Macarena y Julia se conocieron y lentamente la negra entabló una amistad con la mujer de pelo cano, ojos firmes y lentes redondos. Hablaban de la vida, de la cultura mapuche, de sus pensamientos.
-¿Qué recuerda de ella?
–Amaba su tierra, venirse al campo le cambió toda la vida, incluso trabajaba en su huerta, sacaba su verdura de su huerta. Te hablaba todo en mapudungun.
“¡Mira, mira ven!”, gritaba Macarena cuando a uno de sus porotos enterrados en la tierra le había brotado la raíz. Cuando brotaba vida, brotaba una felicidad infinita
Un cauce sensible y herido
A meses de que la familia arribara la localidad, representantes de la empresa transnacional austriaca RP Global Chile Energías Renovables S.A (o RP Global Chile) llegaron al lugar para informar que instalarían una serie de tuberías en el río Tranguil por un nuevo proyecto hidroeléctrico.
Los días se hacían más cortos, las noches más intensas en la silenciosa montaña, hogar natural que fecunda los ríos que nacen acompañados de los ngen o los espíritus dueños de la naturaleza en la visión mapuche. Las mujeres y ancianas de la zona cuentan que los acercamientos entre la comunidad y la empresa se iniciaron cuando llegó el invierno y el frío penetraba los hogares sureños.
Algunos residentes de Tranguil observaron con curiosidad a los voceros montados en grandes vehículos, con promesas de trabajo y prosperidad, pues el porcentaje de personas en situación de pobreza en la región de Los Ríos alcanza el 12,1%, cifra que está sobre el promedio nacional de 8,6%, de acuerdo a los sondeos de la CASEN de 2017.
RP Global no es una empresa nueva, ya que integra el grupo Hydrocontracting International Gmbh que desarrolla, invierte y opera proyectos de energía renovable desde 1989. Nació como parte de Bank der Österreichischen Sparkassen AG (Erste Bank), la caja de ahorros más importante de Austria. En la actualidad, Hydrocontracting es una compañía independiente presente en Croacia, Francia, Polonia, Portugal, Perú, Georgia, España y Tanzania. Una de sus especialidades es la energía hidráulica -además de la eólica y solar- que se obtiene a través del movimiento del agua constante gracias a la instalación de turbinas en ríos o lagos.
La empresa comenzó a operar en Chile bajo el nombre de RPI Energías Renovables S.A que se constituyó el 9 de noviembre de 2006 e inclinó su mirada en la zona centro-sur del país, por la gran cantidad de ríos y vertientes aprovechables de riqueza natural. En Chile aparece como Gerente Comercial y Director el ingeniero austriaco Christian Linsenmeyer Kaufmann y como Director Técnico Felipe Pichard Alliende, ingeniero civil industrial de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
Ambos socios de RP Global han trabajado en el rubro de la energía renovable a partir del año 2000 con la sociedad TBE Chile, que se especializa en “energía y recursos naturales” y que poseía una alianza comercial (o joint venture) con la empresa austriaca construyendo y desarrollando centrales de paso. Pichard, por su parte, es cofundador de Likid, que ofrece soluciones “para hacer un uso más eficiente del agua en riego”, en medio de la sequía que azota al país, con la venta de hidrogel importado de Estados Unidos.
A través de las primeras conversaciones con algunos representantes de la empresa, los habitantes de Tranguil se enteraron de la existencia del proyecto hidroeléctrico “Mini hidro Tranquil”, una minicentral de generación eléctrica pensada con “un sistema de generación hidráulico de pasada”, para desviar una porción del cauce natural del río Tranguil y así producir energía con una potencia de solo 2,9 MW (megavatios).
La llegada de RP Global a Tranguil se enmarcó en una nueva etapa de intervención, pues la mini hidro fue uno de los muchos proyectos de Energía Renovable No Convencional (ERNC) que se instalarían en el país. Pero, el origen de su reservada aprobación se remonta hace un par de años atrás.
El 31 de julio de 2012, Linsenmeyer y Pichard enviaron una carta de “consulta de pertinencia” en representación de RP Global Chile al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la región de Los Ríos, organismo con personalidad jurídica que establece criterios de evaluación para determinar si el proyecto se debía someter al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), instrumento administrado por el SEA, que evalúa las dimensiones ambientales de las propuestas.
Los datos proporcionados al entonces director del SEA de la región de Los Ríos, Cristian Barrientos Soto, indican que el proyecto contempló un “sistema de captación” conformado por dos bocatomas, unas estructuras para desviar y captar el agua de un “estero sin nombre” y el río Tranguil, conducidas por tuberías de “baja presión” hasta llegar a “la casa de máquinas”, al sur de la Comunidad Quillempan.
En la carta se presentó un documento de la Dirección General de Aguas (DGA) -que gestiona y administra el uso de aguas- informando que poseen tres derechos de aprovechamiento de aguas para uso no consuntivo, que se traduce en restituir el agua en el mismo estado que se recibió, sobre el río Tranguil. Los derechos están regulados por la constitución y el Código de Aguas (establecido en 1981 durante la dictadura cívico-militar), que reconoce al agua como un bien nacional de uso público y al mismo tiempo, como un elemento que puede ser mercantilizado por privados.
Estos derechos fueron solicitados por Pedro Emer Jaque Araneda y fueron inscritos en el Conservador de Bienes Raíces de Panguipulli en 2008 y 2009. La empresa reconoció que los derechos de agua sobre el río Tranguil y el estero sin nombre se encontraban “en proceso de relocalización”, pues los estaban tramitando para que los “puntos de captación y restitución” sean acordes a los puntos de “bocatomas y restitución”.
El Registro Público de Derechos de Aprovechamientos de Agua de la DGA revela que hay 10.800 derechos concedidos a diferentes entidades en la región de Los Ríos. En tanto, RP Global Chile poseyó bajo las razones sociales “RP Global Chile Energías Renovables S.A”, “RPI Energías Renovables S.A”, “Los Rápidos Energías Renovables S.A” y “RP El Torrente Eléctrica S.A” 22 derechos de agua entre la región del Maule, Ñuble y la Araucanía.
La minicentral fue planeada para conectarse a las líneas de transmisión eléctrica existentes de la zona a cargo de la Sociedad Austral de Electricidad Sociedad Anónima (SAESA), empresa de generación y distribución de electricidad con amplia presencia en hogares sureños desde 1926 que es parte del Grupo SAESA, controlado por el fondo canadiense Ontario Teachers Pension Plan Board (OT-PPB) y Alberta Investment Management Corp (AIMCo).
El SEA consultó el 17 de agosto a la DGA y al Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR), que depende del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo ya que el sector de la mini hidro es una Zona de Interés Turística (ZOIT).
La DGA de la región de Los Ríos determinó que el proyecto no debía someterse al SEIA. Por el contrario, en SERNATUR advirtieron que la central está planificada en “una zona bajo protección del Estado de Chile” al ser declarada ZOIT por el mismo servicio, ordenando que el proyecto deba “ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental”.
El 4 de septiembre de 2012 el SEA de Los Ríos resolvió que la minicentral “no debe someterse al SEIA de forma obligatoria”. Se argumentó entre otras cosas que el proyecto no afecta el ZOIT Panguipulli y se indicó que la veracidad de los antecedentes proporcionados es de exclusiva responsabilidad de la empresa. La respuesta no fue revisada por Barrientos, ya que el abogado Raimundo Pérez Larraín firmó en su lugar.
Las mujeres y ancianas del camino fueron las más reacias al proyecto. A la comunera Julia Quillempan nunca le dio confianza la empresa, solo asistió a una reunión informativa, pero siempre estuvo en desacuerdo porque los planos de la mini hidro se ubicaron cerca de la comunidad mapuche.
Macarena poseía una actitud similar, “vine porque tuve que venir, hagamos este trámite luego porque tengo ganas de irme”, decía en algunas de las reuniones en las que estuvo. El crudo invierno se apoderó de las personas, las negociaciones y las promesas también.
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Aunque la participación de los comuneros, que según Radio Villa Francia se pidió opinión a quienes viven en los 2 primeros kilómetros del camino, se limitó a instancias más bien informativas que participativas, la mayoría de los hombres de la zona se mostraron entusiasmados por la inédita fuente de trabajo que haría pasar una temporada invernal menos descarnada.
Esta situación trajo conflictos entre algunos hermanos de la misma Comunidad ancestral Quillempan, quienes apoyaron la construcción de la mini hidro. Mal que mal, la presencia de la empresa se convirtió en una oportunidad para reparar los caminos y puentes en mal estado.
RP Global ofreció trabajo a los habitantes en una construcción que duró un par de meses, con montos que superaron los 100 mil pesos en promedio que solían ganar los trabajadores de la zona. La empresa recibió el cofinanciamiento del banco BICE Chile para ejecutar el proyecto, de acuerdo a lo que señala su página web. Fundado por empresarios pertenecientes a la familia Matte en 1979, el banco cuenta con un área especializada en “financiamiento de proyectos de generación y transmisión de Energías Renovables No Convencionales (ERNC)”.
La investigación “El pueblo mapuche como enemigo del Estado” (2017) del periodista de la Universidad de Chile, Michel Cazenave, revela que la empresa preparó un “acuerdo (…) para que la comunidad apoyara la central de paso” y se ofreció 6 millones de pesos al año “para repartir a 63 familias”, pero no se firmó.
En las reuniones, Rubén entregó sus sugerencias como ingeniero ambiental, trabajo que desempeñó en Santiago y que ayudó a negociar a los comuneros mapuche porque la empresa, según ellos, no mencionó las consecuencias que tendría el emplazamiento de la central en el río y la tierra. Julia Quillempan cuenta que “andaban embobinando a la gente”, pero su inquieta suspicacia la llevó a rememorar un episodio pasado.
En el año 2011 personeros de la empresa italiana-española ENEL (ex ENDESA) querían instalar una gran planta hidroeléctrica en el Lago Neltume que nunca se construyó. Ella recordó que tras el fallo del proyecto hidroeléctrico, amenazaron con sembrar el sector de “enjambres de paso” y que iban a “entubar las aguas y secar los ríos”. La comunera lo explica así:
-Les lavaron la cabeza a todos los colonos, pero a nosotros, sobre todo a mí, no me venía a lavar la cabeza porque sabía que cambiaron una empresa por otra. Si no hubiera sido por eso, me hubieran envuelto como un caramelo.
La empresa austriaca estableció una “participación ciudadana” en el marco de la legislación ambiental que es de carácter informativo, dejando de lado la Consulta Indígena, instrumento emanado del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que entró en vigencia el año 2009 en el país. La consulta indígena hace hincapié en que el diálogo con los pueblos indígenas y el Estado chileno debe ser respetado e implementado bajo el principio de la buena fe.
El Convenio 169 es parte de la legislación ya que cuando un Estado suscribe un tratado internacional, lo incorpora a su ordenamiento jurídico interno y su incumplimiento podría ser “una falta gravísima”. Cualquier decisión que pueda afectar a las comunidades indígenas tiene que pasar por la consulta que tiene que ser libre e informada.
En respuesta a lo anterior, RP Global explica, mediante un informe elaborado por una “misión de investigación independiente” [ver aquí] que la hidroeléctrica “tuvo una huella ambiental mínima” y “la ley chilena se respetó durante el desarrollo y la implementación del proyecto” porque “la empresa no estaba obligada a generar un proceso de consulta formal”. Argumentaron que las comunidades indígenas Quillempan e Inocente Panguilef “estaban divididas y no tenían un liderazgo formalizado”.
“Si bien algunos árboles se cortaron debido al proceso de construcción, el equipo de revisión concluyó que se conservaba el bosque nativo y se respetaba la biodiversidad”, aclara en el resumen ejecutivo.
El equipo de expertos que realizó el reporte está compuesto por los abogados chilenos Francisca Moya, Alonso Barros y el británico Julian Burger, quien aparece como “profesor visitante” en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Essex y miembro del Consorcio de Derechos Humanos de la Escuela de Estudios Avanzados de la Universidad de Londres. Sin embargo, al consultar a la Escuela de Estudios Avanzados, ellos aseguran que Burger ya no trabaja para ellos y que el informe “no está conectado de ninguna manera con la Universidad de Londres” (2).
Agua muerta
Aunque en un principio Rubén Collio y Macarena Valdés se dedicaron a disfrutar de su tranquila vida familiar, ya no podían hacer oídos sordos a lo que estaba pasando en el pueblo. La labor de guía de ambos comenzó a perfilarse nítidamente.
Con su hijo menor recién nacido, Macarena de forma autodidacta absorbió conocimientos sobre el cuidado al medio ambiente y junto a Rubén difundieron información durante los meses siguientes.
En la primavera de octubre de 2015, la empresa ya había transgredido “un cerco que colinda con la Comunidad”, según el medio de comunicación Cosecha Roja y los vehículos transitaban sin cuidado por la parte alta del predio indígena, pues el río Tranguil y el camino privado de la comunidad están paralelos y de este modo se ahorraban unos 13 kilómetros de recorrido.
Un mes después, las Quillempan cansadas de la presencia de la empresa cerraron el portón de la comunidad y ante eso, los trabajadores lo rompieron con una motosierra. Una de las lamgen tomó un machete y atacó una camioneta. Carabineros apareció en el sector y las mujeres pidieron ayuda a Rubén y Macarena, quienes no estuvieron presentes cuando esta situación ocurrió.
Luego de este episodio, nació la Coordinadora Newen-Tranguil que se involucró en la comunidad para difundir los daños de las empresas eléctricas, entre otras cosas. Newen significa fuerza, un presagio de toda la energía depositada en las manifestaciones venideras.
La organización compuesta por toda la familia Quillempan eligió a Rubén como werken (autoridad tradicional considerado como vocero). Atrás quedó el pelo corto de Collio, las camisas y los ternos que utilizaba en su vida en Santiago. Su cabello y barba crecieron, por el frío de la zona montañosa empezó a vestir un makuñ o manta mapuche, prenda tradicional de tela gruesa.
La casa de la negra vio crecer a sus cuatros hijos y el menor de ellos ya comenzaba a dar sus primeros pasos, a mojar sus pies en el estero El Mañío que recorre su casa y a mirar con sus pequeños ojos negros, la naturaleza que lo acogía.
A través de la coordinadora, Julia Quillempan y Macarena Valdés también comenzaron a cimentar un espacio exclusivo de mujeres, entre todas las lamngen y ancianas de la comunidad indígena. Pronto muchas ideas comenzaron a florecer entre ellas y el empoderamiento comenzó a avivar sus cabezas. Las mujeres hablaban de proyectos, de hacer telares, de desarrollar el mapudungun para no perderlo.
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A inicios del años 2016, la fuerza de la Coordinadora Newen-Tranguil por proteger el territorio se dejó entrever por las acciones de resistencia para que los trabajadores no pudieran ingresar a su terreno. Macarena y Rubén no sólo estaban apoyando que no se instalara la central, sino que también se opusieron a la construcción del tendido eléctrico en su hogar.
Existe un video del 4 de julio de 2016, grabado por el medio El Puelche, para dar a conocer la situación de destrucción del territorio. Julia gritaba ante la destrucción del Nag Mapu (tierra en la que andamos):
–¡Aquí no respetan a nadie! (…) Pasaron por arriba del patrimonio, aquí hay un cementerio (…), se encontraron brazos, cráneos, una pierna…
La empresa emplazó la casa de máquinas del proyecto hidroeléctrico en el “cementerio indígena, año 1960”, que se creó en memoria de las víctimas del mega terremoto de Valdivia ocurrido el domingo 22 de mayo de 1960 que tuvo una magnitud de 9,5 grados en la escala Richter y es considerado el más fuerte de la historia a nivel mundial.
Julia asegura que se hacían ngillatunes (ceremonia en la que se agradece a la tierra) en esa parte, pero “con el terremoto del 60 quedó todo enterrado”. Ella tenía seis años cuando fue testigo del movimiento furibundo de la tierra.
Cuentan los integrantes de Newen-Tranguil que habían tres cuerpos enterrados por cada cruz en pie y que se le informó a RP Global de esto y en vez de evitar el cementerio y dejar de construir, la empresa cambió la zona de descarga del agua para borrar rastro arqueológico.
La arqueóloga Nuriluz Hermosilla, vicepresidenta del Colegio de Arqueólogos de Chile (CARCH), respalda la versión de la Comunidad Quillempan y afirma que la empresa “se instaló en un cementerio indígena” y que se movió la caja del río, asegurando que “se constató con GPS”:
-Nunca se realizó un estudio de impacto ambiental, sino una declaración de impacto ambiental (proyecto chico), por lo tanto, no hubo estudios de arqueólogos y no pasó por el consejo de monumentos ni nada de eso.
Nuriluz hizo el peritaje arqueológico para la ocupación de las tierras y el informe se lo entregó a la familia Collio-Valdés. Aunque las centrales de paso de menos de 3 MW no están obligadas a ingresar al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental, no significa que sean inocuas. RP Global logró mover la caja del río Tranguil 50 metros desde su curso original, lo que provocó un grave desequilibrio ecosistémico: el agua inyectada ya no contenía peces o ranitas, estaba muerta.
Las autoridades evaluadoras no tomaron en cuenta la presencia de un cementerio indígena, considerado “monumento nacional”, mencionado en la Ley sobre Monumentos Nacionales del país. La excavación debe ser informada en un acuerdo previo con las comunidades indígenas, situación contemplada en la Ley Indígena de 1993.
Pero más allá de la legislación, para el pueblo mapuche los cementerios son espacios sagrados que no se pueden ultrajar, pues conservan las sepulturas de sus antepasados. La resistencia de las mujeres de la zona es el “itrofill mongen” o todas las vidas sin excepción, que apunta a que el ecosistema posee historia y sus piezas inalienables son un todo.
¡No aguante lamngen!
“Hay bastante ruido”, se queja Julia Quillempan, sobre el sonido que hacen las máquinas que se apoderaron de ocho hectáreas de su predio. El sol profundiza el blanco de las nubes que se asemejan a manchones claros dibujados en el cielo, pareciera que fueran ojos que vigilan y abrazan la tierra húmeda de Tranguil. El ruido constante de la turbina Pelton (turbina hidráulica que aprovecha el movimiento de agua de bajo caudal) entorpece la tranquilidad del paisaje.
La naciente rebeldía de las mujeres que “brotó” en la Coordinadora Newen-Tranguil fue percibida como un símbolo de insurrección que molestó a gran parte de los hombres residentes en Tranguil. Macarena tenía facilidad para conectarse con las mujeres y le gustaba enseñar, a tal punto que quería estudiar pedagogía y levantar una escuela mapuche para personas que no habían aprendido a leer y escribir.
La conversación testimonial era imprescindible para Macarena, porque podían hablar de machismo, de sus parejas, de lo que pensaban, lo que querían y una frase esencial de ella era “¡no aguante lamngen!”. En las reuniones entre mujeres nunca faltó el mate y el incipiente lazo fraterno de la comunera y la negra se volvió más estrecho a medida que compartían y planeaban acciones a nombre de la coordinadora.
La mujer se sentía satisfecha de vivir en el sur. En el Facebook personal de la negra se pueden observar fotografías junto a Rubén y también de sus hijos jugando acostados en el pasto, entre abrazos cariñosos.
“Kuñe un rume” (ni una menos) dice una foto subida el 23 de mayo de 2016, en donde aparece un dibujo de una mujer mapuche flameando la bandera de su nación. Entre las lamngen se construyó una atmósfera segura, de empoderamiento. “¡No aguantemos golpes ni gritos!”, les decía Macarena a sus compañeras.
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Ante el avance de la instalación de la central y la falta de respuesta de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) -servicio que se encarga de organizar y coordinar el seguimiento y fiscalización de las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA)– debido a un informe entregado por Rubén Collio en el que denunciaba la situación, la coordinadora realizó durante la mañana una manifestación en la ruta 201 -a la altura del sector Río Hueico- el primero de agosto de 2016 que se extendió hasta las cuatro de la tarde.
–Descubrimos que la empresa no tenía todos los derechos de agua porque ellos querían entubar el río por ocho kilómetros y eran dueños de solo 2 kilómetros. Entonces empezamos a investigar-cuenta Rubén.
El Diario de Panguipulli informó que hasta el lugar llegó el funcionario de la Gobernación Provincial de Valdivia, Cristhian Castro Riffo, quien tras conversar con los manifestantes, logró establecer un protocolo de acuerdo.
“Se harán gestiones, por parte del representante de la gobernación ante el Ministerio de Energía para fiscalizar las obras y aplicar los procedimientos correspondientes que pudieran inclusive paralizar las obras y garantizar de esta manera, la fiscalización en el estado actual de avance de la construcción de Mini Hidro Tranguil (…)”, dice el texto.
En el documento, la gobernación se comprometió a instruir a Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) sobre la situación, la aplicación del Convenio 169 de la OIT “en los procedimientos, autorizaciones y concesiones en los que sean afectadas las comunidades” y se fijó una reunión en la que se prometió entregar información sobre las denuncias formuladas a la SMA. La Gobernadora de Valdivia de la época, Patricia Morano Büchner, ordenó el retiro de los trabajadores de RP Global en el terreno.
Julia y Macarena celebraron cuando se opusieron para que los autos no llegaran a instalar el tendido eléctrico. Macarena se puso frente a una camioneta para que los vehículos no pasaran y no lo hicieron. Las mujeres se juntaron a tomar mate, a celebrar que “no habían muerto”, que habían ganado, porque la resistencia tiene rostro de mujer.
–En estas hueas no se sabe lo que va a pasar – le decía Macarena a Julia- tal vez nos maten, tal vez nos maten los pacos con una bala perdida.
–Si nos matan, nos matan – le respondió Julia – hay que darle hasta donde se pueda nomás.
–Bueno el que muera primero, le echa la tierra.
–Yo ya tengo un lugar pa’ que me entierren si me muero, tengo mi parte comprada en la sepultura de mi abuela, yo me voy a quedar encaramada de los gallos. Te doy mi lugar si pasa algo– le prometió Julia.
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La reunión acordada se llevó a cabo a las 11 de la mañana del 19 de agosto en la sede de la Comunidad Lorenzo Carimman. Asistieron lonkos (jefes de una comunidad), dirigentes, representantes del gobierno local encabezado por la gobernadora Morano, autoridades del Ministerio de Energía, SEA, CONADI y la DGA. En la ocasión conversaron sobre el conflicto por la construcción de la central de paso que produjo tala de bosque nativo, deterioro de caminos, desvío de caudal de aguas, daños sobre casas por la instalación de la faja de transmisión eléctrica y división social entre las comunidades aledañas.
Reunión de comunidades con la gobernación. ECOTV Producciones.
Las autoridades insistieron en la importancia de los proyectos hidroeléctricos para llevar energía a sectores sin electricidad y para el desarrollo del país (3), de hecho, se exhibió un mapa de la comuna de Panguipulli para informar de las intervenciones a los ríos de la zona. Rubén no cree en los beneficios de estos proyectos:
–No es que ellos estén pensando en traer luz a la gente del sector, esto se inyecta al Sistema Interconectado de Energía. Si hay tres centrales de paso que generen tres megas, son 300 mil kilowatts, y estaríamos generando 40 millones de pesos por día. Es un tremendo negocio, ahí explicas que se generen centrales de paso en sur ¿y por qué en el sur? Porque tenemos más agua, pero ahora nos vamos a pasar a llamar región de las centrales, todos los ríos los intervienen.
En general, se determinaron algunos acuerdos para fiscalizar el desarrollo de las obras, además de que se amplió el plazo del informe prometido en la manifestación del primero de agosto, porque según Rubén “no habían fiscalizado”.
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La hostilidad se acrecentó, las peleas entre familiares y vecinos se volvieron cada vez más agresivas. El amedrentamiento a los miembros de la coordinadora era cada vez más fuerte, entre llamados telefónicos anónimos, gritos y bocinazos de autos al pasar por fuera de las casas de madera.
El domingo 21 de agosto, tres hombres se dirigieron hacia la casa de Mónica Paillamilla, en Villarrica, para exigirle explicaciones de por qué tenía viviendo a los Collio-Valdés en su predio. Mónica cuenta que sólo dos entraron a la casa y otra persona se quedó en un jeep de la empresa.
Eran Juan Luengo y Osvaldo Jaramillo, quienes se identificaron como portavoces del Comité de Agua Potable Rural y Grupo de Pequeños Agricultores de Tranguil respectivamente y fueron recibidos por los padres de Mónica, porque en la entrada al predio hay un almacén de artesanía. La mamá de la mujer aseguró que vio descender del jeep al supuesto chofer que le comentó que “estaba esperando a las personas que fueron a conversar”.
– Mónica ¿qué sucedió en esa oportunidad?
–Bueno yo les dije a ellos que Rubén prestaba asesoría, que eso era un trabajo y que la información era pública (los límites del terreno y los títulos de merced). También aclaré que si su familia está ahí, es como si estuviera mi familia porque tenemos la misma línea de pensamiento.
Luengo y Jaramillo reconocieron ante ella que trabajaban para la Constructora Edibor Limitada, contratada por la empresa austriaca en el emplazamiento del proyecto hidroeléctrico, y aseguraron que la mini central estaría lista a principios de septiembre de ese año. Cuando Osvaldo y Juan se iban marchando, llegó el esposo de Mónica, quien alcanzó a hacerles un par de preguntas:
“¿Sabe usted que hay un comité de agua potable acá en Villarrica y somos 1500? ¿Cuánta gente representa usted? Si por ejemplo, Rubén le genera conflictos a 1500 personas ¡eso es harto!”, le preguntó Mauricio González a Juan Luengo. Luego se dirigió a Osvaldo Jaramillo: “¿cuántas personas representa el comité de pequeños agricultores?”.
Los hombres explicaron que “Rubén estaba impidiendo la venta de campos”. En ese momento Mauricio se comprometió a ir a Tranguil para aclarar las cosas con Rubén y Macarena el miércoles siguiente. Cuando terminó la conversación, la mamá se acercó a su hija y le preguntó “¿y por cuánto negociaste?” Y Mónica le contestó que “no negoció” porque eran representantes de organizaciones.
Ese mismo día, Macarena Valdés se comprometió con una vecina de hacer un trafkin, o sea un intercambio de unos aros de plata por un chanchito. La negra estaba haciendo los preparativos para el cumpleaños de su pareja, a fines de octubre.
Ella se adelantó
Durante la mañana del 22 de agosto de 2016, el werken se dirigió a la casa de un vecino a realizar unas reparaciones electrónicas. Macarena se levantó un poco más tarde y comenzó a preparar a su bebé para llevarlo al consultorio de Liquiñe por el “control niño sano” y a retirar sus píldoras anticonceptivas.
El esposo de Julia, Alejandro González, la vio como a las doce y media en el sector porque le fue a dejar alimento a la puerta de su casa. El hombre tenía que viajar hacia Coñaripe (el sendero del guerrero) con posterioridad.
La negra debía tomar el bus a la 1 de la tarde, pero no pudo porque Rubén se retrasó en llegar a la casa, ya que debía pasar a buscar a uno de sus pequeños, mientras los dos hermanos mayores se encontraban en el colegio. La mujer se molestó por lo sucedido y luego Rubén se fue con su hijo.
“Vuelvo en el bus de las 4”, le dijo a Rubén. Macarena preparó a su bebé para viajar. Lo mudó con un pañal especial que dura más en distancias largas e incluso hizo el almuerzo para los niños mientras llegaban de la escuela.
-¡Su mujer se mató! – le gritó un vecino a Rubén, cuando se dirigía hacia su hogar.
-¡No hable hueas! – le respondió el werken.
Macarena nunca llegó a la cita médica. Uno de sus hijos que había regresado del colegio en la tarde, la encontró colgada de una viga en una habitación de la casa. El niño tomó un cuchillo para cortar la cuerda, el cuerpo cayó al piso, pero ya estaba sin vida.
Rubén llegó a su hogar y encontró a su hijo llorando en la reja de la casa. Se acercó a su pareja, le hizo cariño, luego se la llevaron. Julia Quillempan cuenta que cuando su esposo volvió de Coñaripe a las cinco de la tarde, la mujer ya estaba muerta y la situación “fue muy desgarradora”.
A las seis de la mañana del 23 de agosto, se presentaron alrededor de 25 operarios de SAESA para aprovechar de montar los cables e instalar la línea de alta tensión en el terreno de la familia. La operación fue vigilada por el Gope de Carabineros, dirigida por el teniente Francisco Sánchez.
El teniente Sánchez le confirmó a The Clinic que “ese día se encontraba en el lugar como jefe de tenencia” y que había “recibido la orden de escoltar y proteger a los trabajadores de la empresa”. Ante eso, Rubén se dirigió a la ciudad de Valdivia a retirar el cuerpo de su mujer al Servicio Médico Legal e interpuso una medida de protección vigente por 60 días a la Fiscalía de Panguipulli, con el objetivo de impedir la instalación del cableado eléctrico de alta tensión. Sus hijos quedaron al cuidado de vecinos por protección.
La cuñada de Mónica Paillamilla le contó lo sucedido, que encontraron “a la Maca colgada”. “Mónica, es raro que una mujer se mate delante de la guagua, habiendo tanto árbol, tanto monte y teniendo amigas”, le dijo su cuñada. A la mujer le cuadró todo y llamó a Rubén:
–Le digo a Rubén que me perdone, que no era el momento, pero le sugerí que pidiera que hicieran bien los peritajes porque había gente que le quería hacer daño a él y su familia y que me lo habían venido a decir a mí.
Mónica se comunicó con los representantes de RP Global porque no había dado autorización de que hicieran la instalación, pero le respondieron que cuando intentaron contactarse “tenía el teléfono apagado”.
“Ella se adelantó, se va a la parte mía, a donde yo iba a ir”, le dijo Julia Quillempan a Rubén en el velorio que se realizó en la noche y que se extendió por dos días.
El funeral de Macarena se enmarcó en una tradicional ceremonia mapuche en la que asistieron 100 personas que acompañaron en presencia y energía al werken Rubén Collio y sus hijos hasta el cementerio de la Comunidad Lorenzo Carimman, especialmente sagrado porque se suele celebrar el ngillatun.
Sin curas ni sacerdotes que oficiaran la ceremonia, el Lonko de Trafún bendijo el evento. “Yo viví enamorado de la negra y voy a seguir enamorado hasta el día que me muera”, reflexionó Rubén sobre el amor y cariño hacia su compañera de vida.
El Puelche Comunicaciones.
Pifilcas y trutrucas, instrumentos musicales tradicionales, interrumpieron el silencio seguido de una tenue lluvia. Parecía que la naturaleza lloraba junto a la comunidad que la acogió y la enterró el 25 de agosto de 2016. El lugar de Julia fue cedido a Macarena.
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Cuatro días después del funeral, Mónica ingresó una denuncia por “amenazas simples” al Juzgado de Garantía de Villarrica, por la visita de Osvaldo Jaramillo y Juan Luengo a su casa. Pero no fue tomada en cuenta porque “no hay amenazas a la denunciante” sino a “un conocido de la víctima”, además de que Mónica “no era familiar directo” de los Collio-Valdés.
Osvaldo dice estar cansado de la situación en Tranguil. En un llamado telefónico a la región de Los Ríos, el representante del Grupo de Pequeños Agricultores explica con desconfianza que lo han contactado varias veces por lo mismo:
-Oiga pucha eso lo he reiterado hartas veces y ya me tienen cansado con eso ¿sabe qué? Eso ocurrió hace tanto tiempo ya (…). Yo tengo un terreno, heredado de mi abuelo que murió a los 90 años. Nosotros somos nacidos y criados en el sector, en el que nunca había habido conflictos ¡nada de nada! Se empezó a ver gente de otras partes que llegaba, activistas y esas cosas…
– ¿Fue a la casa de Mónica Paillamilla?
-Yo fui a conversar con la dueña del predio, para explicarle la situación y eso fue todo, una conversación (…), pero el tema fue después, justo falleció la señora de él (Rubén Collio) al día siguiente y ahí me culparon a mí con un vecino, que nosotros éramos los sospechosos de la muerte. Entonces a lo que voy es que a la señora ¡yo jamás la conocí!
Según Osvaldo, la mayoría de los residentes de Tranguil trabajaron en la construcción de la minicentral, porque era la única fuente laboral del momento.
Él niega haber llegado en un vehículo de la empresa, pero reconoce la existencia de las sepulturas en honor a los que murieron en el terremoto de 1960. Osvaldo asegura que la central de paso “se encuentra funcionando” y que “obtuvo su finiquito como correspondía”, sin embargo, tras el término de las faenas no todos los trabajadores quedaron conformes.
Un grupo de cuatro hombres que trabajaron para la Constructora Edibor Limitada ingresaron una demanda laboral “por despido carente de causa y cobro de prestaciones laborales” al Juzgado de Letras de Santiago (con RP Global como demandado solidario). Ellos iniciaron sus labores en febrero de 2016 y terminaron en julio y agosto de ese mismo año, cuando la constructora los despidió por “disminución de obra”.
Existe otra demanda laboral contra la empresa austriaca por un ingeniero alemán en el 2° Juzgado de Letras del Trabajo en Santiago por “interpretación y cobro de prestaciones”. Ambas demandas se encuentran en estado de “concluido” en la actualidad.
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Mientras tanto, el informe de la autopsia realizada por el Servicio Médico Legal (SML) de Valdivia a cargo del médico forense Enrique Rocco, determinó que la muerte de Macarena Valdés fue producto de una “asfixia por ahorcamiento” añadiendo que “la occisa no presentaba lesiones atribuibles a la acción de terceros”. La respuesta dejó insatisfechos a sus cercanos, para ellos, Macarena no tenía motivos reales para atentar contra su vida.
El werken Rubén ingresó una “querella criminal” el 6 de octubre de 2016 al Juzgado de Letras Familia y Garantía de Panguipulli contra todos “quienes resulten responsables por su intervención en calidad de autores, cómplices o encubridores” de la muerte de la negra.
Los cercanos de Macarena están convencidos de que su muerte se produjo por la resistencia del territorio en Tranguil. La insistencia de RP Global en instalar el cableado eléctrico en su hogar se concretó el 13 de octubre con la ayuda de Carabineros y fuerzas especiales.
«Entre todos vamos a hacer newen»
A casi tres meses de la muerte de la negra, la comunera Julia Quillempan ingresó una demanda en contra de RP Global el 10 de noviembre de 2016 en el Juzgado de Letras y Garantía de Panguipulli.
La mujer denunció por “obra nueva” a la empresa, por la invasión de la maquinaria en su terreno sin autorización, además de desviar el curso del río Tranguil. El juzgado dictaminó la paralización provisoria de las obras de RP Global al día siguiente del ingreso de la demanda, pero la medida duró solo un par de meses y en la actualidad se encuentra en “tramitación”.
La investigación de la muerte de Macarena transcurrió con muchas dificultades. Las indagaciones fueron dirigidas en un principio por la entonces fiscal adjunto Alejandra Anabalón y se intentó “no perseverar”, en el caso por falta de antecedentes en dos oportunidades durante el año 2017.
En una ocasión, un plantón de gente se presentó a las afueras del Juzgado en Panguipulli para impedir que cerraran la investigación. Vecinos, amigos y personas de diferentes partes del país viajaron hacia el sector para brindar toda la fuerza a la Coordinadora Newen-Tranguil.
“Quieren cometer otra injusticia más, por eso los convocamos, por eso les pedimos que vinieran hoy día (…). Vamos a hacer fuerza, entre todos vamos a hacer newen para que esta injusticia no se cometa (…)”, gritó Rubén Collio frente a la Fiscalía de Panguipulli y un montón de personas presentes, en un video publicado por el medio El Puelche el 7 de marzo de 2017.
El Puelche Comunicaciones.
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Rubén desconfió de los resultados de la autopsia realizada bajo la dirección de Enrique Rocco, así que la familia juntó dinero y contrató en forma particular al médico forense de la Universidad de Chile, Luis Ravanal, conocido por analizar la autopsia del fallecido presidente Salvador Allende, para realizar un metaperitaje, es decir, un análisis al contenido de los antecedentes existentes.
El informe pericial analítico de 21 páginas concluyó, entre otras cosas, que “no se demuestra que el cuerpo haya sido suspendido vivo (…)”, por lo que no se puede descartar en forma segura “un ahorcamiento post mortem y/o un mecanismo de muerte diferente a la dictaminada”.
Además el texto resaltó la ausencia de un estudio histológico (microscópico) “a ninguna muestra de las lesiones constatadas en el cuello” lo cual representa “una grave omisión diagnóstica en el estudio del mecanismo y causa de muerte”.
Con todas las pruebas puestas sobre la mesa, el Juzgado de Panguipulli autorizó la exhumación (desentierro) del cuerpo de Macarena el 31 de agosto y la Fiscalía local la programó para el 25 de septiembre de 2017. En la ocasión tuvieron que pedir permiso a la comunidad mapuche para sacar los restos.
La autopsia se llevó a cabo el 30 de octubre de 2017 sin contar con la colaboración de personal auxiliar técnico ni médico del SML y con un limitado instrumental quirúrgico, según escribió Ravanal más adelante en un informe del procedimiento.
En enero de 2018, las conclusiones de la segunda autopsia junto un “estudio histopatológico” (análisis de los tejidos bajo un microscopio) de la piel de la zona cervical, a cargo de la directora subrogante del Departamento de Anatomía y Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Carmen Cerda Aguilar, arrojaron resultados que desestimaron la tesis de suicidio planteada en el informe del SML.
“El estudio histopatológico (…) confirmó la inexistencia de lesiones vitales (…)” en la zona cervical “por lo que se puede considerar que se trataría de la suspensión (…) por lazo de un cadáver, no de un individuo vivo”, según se lee en las conclusiones del informe.
En paralelo, el Servicio Médico Legal también realizó un estudio histopatológico de un segmento de la piel cervical, a cargo de la doctora Vivian Bustos, cuyos resultados arrojaron “piel con marcados cambios (…) sin lesión vital”, que en la práctica concuerda con la conclusión del análisis privado. Rubén señala que no tuvo acceso a ese estudio hasta fines de 2018.
Gracias a lo anterior, la investigación cambió de “suicidio” a “hallazgo de cadáver”. De repente, la Coordinadora Newen-Tranguil y los familiares de Macarena se vieron rodeados de personas que los ayudaban de alguna u otra forma. Las activistas lesbofeministas Victoria Aldunate y Paola Melita de la organización “Lesbofeministas, Antirracistas Tierra y Territorio” de Temuco, región de la Araucanía, fueron parte de ese auxilio.
La organización plantea un “feminismo territorial” que abarca a mujeres distintas, entre mapuche y champurrias. Para ellas, su feminismo nace acá, desde lo que les enseñaron sus madres, abuelas y antepasadas resistiendo este territorio.
Ambas mujeres se encontraban brindando apoyo a la causa de la machi (autoridad ancestral) Francisca Linconao, una líder mapuche que puso en jaque a una empresa maderera al hacer efectivo por primera vez el Convenio 169 de la OIT en 2009 y que ha sufrido una persecución constante.
La noticia de la muerte de la negra llegó como un rumor lejano a Temuco. “Pasó algo terrible en la montaña”, una de las primeras frases que las introdujo al caso de Macarena Valdés.
Desde la lejana ciudad de Carahue (lugar de fortificación), Paola Melita rememora todas las sensaciones que provocó en ella la muerte de la negra en extrañas circunstancias. “A mí me impresionó, es la primera vez que sentí mucho miedo”, señala la activista que lleva una década trabajando en una escuela rural de la Araucanía.
–El conflicto de la machi Linconao estaba fuerte –dice Paola– también pasó lo del parto engrillado de Lorenza Cayuhan,el presidio de un año de Elisa Rojas y después en agosto pasó lo de Macarena. Ahí pensamos que todo lo que estaba ocurriendo era un mensaje a las demás mujeres para que nos quedemos piolitas. Ahí empezamos a trabajar.
Las activistas decidieron viajar rumbo a la montaña para conversar con las mujeres de la comunidad y así publicar un primer artículo en un medio digital, en el que definieron la muerte de Macarena como un “feminicidio empresarial”.
Según explica Victoria Aldunate, quien se desempeña como terapeuta en una población de la zona sur de Santiago, optaron por ocupar esos términos para visibilizar la violencia contra las mujeres mapuche en comunidades de resistencia.
– Victoria ¿por qué definieron en sus textos la muerte de Macarena Valdés como “feminicidio empresarial”?
–Como lesbianas feministas definimos esto como un ‘feminicidio empresarial’ para expresar que es violencia contra mujeres mapuche en comunidades en resistencia. Cuando se ataca a la mujer, se ataca el orden cotidiano, afectivo, que es el orden político. No es lo público y privado, sino lo íntimo, personal y colectivo y estos ámbitos no se niegan entre sí.
Nuevos antecedentes del caso
El werken Rubén Collio se dirigió el 30 de agosto de 2018 al Ministerio Público para solicitar copia de los materiales de la autopsia. “Les saludo con un malestar profundo, una rabia gigantesca, porque somos testigos una vez más cómo se ha roto la cadena de custodia. Hay información importantísima que está extraviada”, expresó en un video subido a su cuenta de YouTube el 3 de septiembre de 2018.
A la familia siempre se les habló de que existía un video de la primera autopsia, junto a un par de fotos. El werken explica que “no se alcanzó a presentar una querella por obstrucción a la investigación” porque aparecieron los documentos que estaban perdidos.
-Cuando aparece la información, no aparece el video, se nos indica que nunca existió el video y lo que si aparece son un par de fotografías generales. No hay detalles de sus manos ni sus muñecas.
Los cercanos de Macarena hablan de negligencias, porque presuntamente no se tomaron la cantidad de fotos necesarias y que “se podría hablar de negligencia del primer médico que hizo la autopsia”. Sin embargo, los extravíos de documentos no terminaron ahí.
Rubén decidió “buscar apoyo en el exterior” y viajó hasta Ginebra en la última sesión anual del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para exponer sobre el caso en septiembre de 2018.
-La recepción fue súper buena. Allá pudimos exponer, dar declaraciones a la prensa de Ginebra y además tuvimos una entrevista con una relatora de derechos humanos que nos está ayudando en el proceso.
Pero las malas noticias no tardaron en llegar. Dos meses después, el peñi se reunió con el ex Fiscal adjunto de Panguipulli, Jaime Calfil, quien había llegado recientemente al puesto, para conversar sobre los avances de la investigación.
En la ocasión, Rubén se enteró que en la carpeta con los archivos del caso no estaba el estudio histopatológico de la doctora Carmen Cerda (aunque si estaba el informe de Ravanal) y que el Laboratorio de Criminalística (LABOCAR) de Carabineros hizo “una revisión de toda la información disponible en la carpeta”, que no contabilizó dicho estudio.
–Ellos emitieron una opinión de acuerdo a la carpeta investigativa, dijeron que no había cómo demostrar participación de terceros.
Rubén le envió a Calfil el estudio faltante por correo electrónico y posterior al reingreso del análisis histopatológico privado que hizo la familia, llegó “el análisis histopatológico del Servicio Médico Legal que concuerda con el análisis privado que hicimos”, detalla el Werken.
Otra situación que denuncia la familia es que, al revisar la carpeta investigativa a mediados de agosto de 2019, se toparon con un informe que revela que los trozos de cuerda con que colgaron a Macarena Valdés poseen “el ADN femenino de una tercera persona” y los resultados de su contenido específico estaban en otro informe que no había sido subido a Internet.
El reporte faltante se trataba del “Informe 215” que señala que la cuerda de 8 metros con la que se suspendió el cuerpo “contiene un ADN diferente al de Macarena Valdés”. Según Rubén tuvieron “que hacer una solicitud especial para que nos entregaran el informe 215 porque no estaba agregado a la carpeta”.
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Por su parte, RP Global asignó a su sociedad “RP El Arroyo Energías Renovables S.A” como responsable de la mini hidro. En septiembre de 2019 cambió a una sociedad por acciones con el nombre de “Empresa Eléctrica Tranquil Spa” y al mes siguiente fue adquirida en su totalidad por Energía de la Patagonia y Aysén, filial de Invercap S.A que es parte del holding CAP S.A, principal grupo minero siderúrgico en Chile.
En medio de este escenario, llegó un nuevo informe solicitado por la parte querellante a la Corte Internacional Penal (CPI) -tribunal de justicia internacional con personalidad jurídica-, elaborado por el reconocido perito británico John Clark, que examinó autopsia de Enrique Rocco junto a unas fotografías, la declaración de Rubén, un informe toxicológico y el análisis histopatológico de la doctora Cerda.
En el documento, traducido del inglés, se indicaron una serie de observaciones a las pericias, como “la falta de una descripción detallada de cómo ella fue en realidad encontrada muerta” que hizo más difícil la interpretación de los hallazgos post mortem. A pesar de lo anterior “las circunstancias informadas plantean un serio cuestionamiento” a la tesis establecida por el SML.
“La cuerda implicada como la usada no tenía una ligadura típica para colgarse, ya que era excesivamente larga y no tenía un nudo obvio (…) ¿por qué no se hicieron comentarios en el informe de autopsia ni se incluyó alguna fotografía?”, se pregunta el forense.
En cuanto a la marca de ligadura en el cuello, las fotografías disponibles advierten algo diferente a lo que dice el informe de la primera autopsia, que describe una “incompleta marca de ligadura”, pero “en realidad, las fotografías muestran una marca mucho más compleja (…)” que es “lo suficientemente inusual para plantear preguntas sobre su causa, sobre todo a considerar la alternativa de que la muerte podría haber sido el resultado (…) por otra persona o personas”, sostiene Clark. Los resultados de este informe se entregaron a la Fiscalía en octubre de 2019.
Han transcurrido cuatro años de la muerte de la activista y desde entonces, constantes han sido los viajes de Rubén Collio hacia la capital. El trayecto en bus se hace eterno, a veces es acompañado por alguno de sus hijos, en otras ocasiones debe viajar solo. En enero de 2020, entregó un último informe a la Fiscalía del “perfil psicosocial” de Macarena, realizado por la perito mexicana Valeria Moscoso, que describe que “no se encuentran elementos suficientes (…) que permitan sostener de manera firme y con sustento (…) la hipótesis que lo ocurrido responde a un suicidio”, pero no han tenido novedades del avance del caso. El werken se encuentra a la espera de una copia de la carpeta de la investigación que solicitó, para decidir “los pasos a seguir”.
Desde el fallecimiento de Macarena, él junto a sus cercanos se han encargado de difundir la historia en diferentes instancias como charlas y manifestaciones en la calles. A partir de la movilización e indignación que generó el caso, se creó la “Coordinadora Justicia para Macarena Valdés” hace dos años.
-Ya sabemos la verdad…ahora exigimos justicia- insiste Rubén.
La organización está formada por personas de Chile y Argentina, pero el núcleo de las decisiones se encuentra en la familia Collio y Quillempan. También participan algunos profesionales de instituciones ambientalistas, universitarios y estudiantes a pie que han contrdo a visibilizar la historia. Para sus cercanos “Macarena Valdés es semilla«.
Cada 22 de agosto se conmemora a la activista y en plena pandemia por COVID-19, las actividades han seguido de manera remota y virtual, a través de conversatorios, videos que han levantado diferentes agrupaciones – como la “Colectiva Macarena Valdés»- en Chile y el extranjero. Aunque RP Global Chile Energías Renovables S.A se disolvió como sociedad el 7 de julio de 2020 (con ello, sus otras razones sociales), según se lee en un documento del Conservador de Bienes Raíces de Santiago, hoy existen ocho kilómetros del río Tranguil que están secos, lo que redujo la vegetación al borde del afluente y la flora nativa. Para Rubén es algo que iba a pasar:
-El caudal ecológico no es real, lo disfrazan. Tiene que ver con un gol que pasaron a través de la legislación ambiental chilena, donde nos hacen creer que existe. Hay fauna y flora que va a morir y eso es así…
La movilización de la Coordinadora Newen-Tranguil sigue latente y los cercanos de Macarena insisten en que “se recaratule el caso” ya que a su parecer así se lograría iniciar la indagación para dar con los responsables. Es la meta que quieren alcanzar.
1.-”Winka es la denominación utilizada en sentido general para nombrar a quienes ‘llegaron de otra parte’ —esto es, que no son originarios del territorio mapuche (…)”, según señala la investigación “‘Para que el winka sepa que este territorio lo llamamos de otra forma’ Producción de memorias y experiencias de territorio entre los mapuche de Norpatagonia’” de Ana Ramos y Lorena Cañuqueo.
2.-El nombre del profesor Julian Burger se repite en el reporte de misión de investigación independiente (ver aquí) que solicitó el banco holandés de desarrollo FMO (por sus siglas en neerlandés), que financió el Proyecto Agua Zarca, en el caso de la activista hondureña Berta Cáceres, quien murió asesinada por sicarios en marzo de 2016.
3.- La Ley General de Servicios Eléctricos (publicada en el Diario Oficial en septiembre de 1982 durante la dictadura cívico-militar), es la que regula la producción, distribución y concesión de energía eléctrica y ha tenido una serie de modificaciones introducidas por leyes posteriores desde su publicación, en una época de cambios en el marco jurídico que encaminó al país hacia el modelo económico neoliberal.
En materia de energías renovables, las transformaciones más significativas a dicha legislación se iniciaron con la promulgación de modificaciones a “la generación de energía eléctrica con fuentes de energías renovables” (Ley N°20.257) en 2008, durante el primer gobierno de Michelle Bachelet y la “ampliación de la matriz energética” (Ley N°20.698 ), que se promulgó en 2013 en el primer gobierno de Sebastián Piñera, para “atraer inversiones en proyectos de energías renovables no convencionales, acelerando el desarrollo del mercado”.
Esto estableció, en principio, la obligatoriedad de acreditar un mínimo de 10% de inyecciones de energía renovable por parte de las empresas para 2024 y que en 2013 tal requerimiento se amplió a un 20% que provengan de medios ERNC para 2025.
La gestión del segundo gobierno de Michelle Bachelet (2014-2017) en el ámbito energético consistió en instaurar una “Agenda de Energía” que se enfocó en el impulso de “energías renovables” y se instaló el plan “100 mini hidros para Chile”, que se enmarcó dentro de la estrategia energética para contar con un 70% de generación con fuentes renovables para el año 2050. El Ministerio de Energía liderado en ese tiempo por Máximo Pacheco Matte, recibió 612.000 USD (que equivalen a 424 mil millones de pesos) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para desarrollar la política energética “CH-T1144: Support to Chile’s Energy Policy Agenda”. A diciembre de 2019, la capacidad total instalada de mini hidros en el país es de 512,00 MW.