CUERPO DE MUJER, RIESGO DE MUERTE. Violencia Estructural y las trampas del “Género” (2° Edición 2018-libro completo)

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Los artículos acá reunidos son herederos del periódico “Puntada con Hilo”, comunicación de mujeres con perspectiva de clase, como le llamamos entonces con Beatriz Bataszew co-directora y presencia del activismo hecho en la Memoria Feminista, feministas autónomas, con las Kallejeras, con la Coordinadora contra el femicidio, lesbianas feministas y feministas autónomas con que llevamos a cabo los 19 de diciembre en la calle y sin permiso en memoria de Javiera Neira Oportus, y memoria, finalmente, de muchas reflexiones entre feministas autónomas, de clase y resentidas. Resentidas porque decirse resentida no invalida lo expuesto políticamente, al contrario, siento y reflexiono que le da el sustento de la vivencia hecha conciencia, al cuerpo.

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portada CUERPO DE MUJER: RIESGO DE MUERTE

La Primera parte es : TODAS SOMOS ELLAS, HISTORIAS Y TESTIMONIOS, son relatos en base a testimonios sobre mujeres asesinadas por femicidio y entrevistas a sobrevivientes.

Sabina Rosa, año 2006………………………………………9

Margarita Isabel, Una Rebelde, año 2007…………………. 11

Claudia, mamá de Javiera, año 2007………………………. 13

El femicidio de Cynthia, año 2007….…………………………18

Angelina, mujer hermosa, año 2007…………………..……. 24

Agradezco ser un animal, año 2007 …………………..…… 27

Ana: “El prometió matarme”, año 2008…………………….35

Ana, sobreviviente, año 2008…………………………………38

La niña de El Alto, año 2009…………………………………42

Gabriela, la pastora, año 2011………………………………47

Ser mujer en Cochabamba, año 2011…………..……………51

Misoginia femenina, año 2011……………………….………62

¿Quién tiene SIDA?, año 2011………………………………65

La Segunda Parte son reportajes y otros artículos escritos en los primeros 10 años del siglo (XXI): ¿CÓMO PUEDEN AGUANTAR LAS MUJERES QUE LES PEGUEN…? y dan cuenta de cómo fueron años en que no el feminismo ni el lenguaje que traíamos era aceptado. Hay rescate de memoria de feminismos anarco-comunistas, anarquistas y otros feminismos no domesticados por el Capital. Así mismo, se enfrenta políticamente a feminismos institucionalizadores y hegemónicos.

¿Qué cómo pueden aguantar las mujeres?, año 2006…….…75

Sobre el concepto de femicidio, año 2007………………….. 79

Cuerpos con cicatrices, año 2007…………………………… 83

¿Cuál sería el enfoque?, año 2007……………………….… 87

La Obsesión de Lilith, año 2007……………………………. 92

A un siglo de Carmela y las demás, año 2008…………..… 130

Tengo Razones, año 2008…………………….…………… 137

Violencia Estructural, año 2009……………………………147

Entrevista con abogada feminista, año 2011………………156

La Tercera Parte : GENERISMO COMO INGENIERÍA SOCIAL PARA POLÍTICAS PÚBLICAS LIBERALES, son ensayos y reseñas para foros que desde los 90 problematizan la cooptación de los feminismos por los partidos políticos, el Estado, los gobiernos y las generistas, tanto en $hile como en Bolivia. En tono cuestionador e ironizando se confronta la institucionalización de los feminismos.

Diversidad y Tolerancia, año 1997…………………..……167

No voy a votar por Bachelet, año 2005……………………173

Que no se note pobreza, año 2007…………………………180

Esoteria política, año 2007………..………………………186

Sobre Autonomías, año 2009………………………………189

¿Género? ¿Qué es Género?, año 2009……………………..219

Suave Dominación, año 2011………………………………248

Pura inclusión pura, año 2011………………………..……255

Sujetos políticos y feminismo “mixto”, año 2012…………..268

A Pony, a las animalas que sostienen mi vida…

presentación 2012 del la primera edición del libro (foto: Sarri Sarri Records)

PRESENTACIÓN  A LA SEGUNDA EDICIÓN

Paz masculina: Guerra constante contra las mujeres

Quiero comenzar esta presentación de la re-edición del libro con una afirmación potente: “Para las mujeres no hay tiempos de paz”(1). Es de una activista bosnia, parte de un pueblo cuyas mujeres y niñas, luego de la debacle de un socialismo real que optó por los valores moral-patrióticos de la masculinidad, fueron violadas masivamente como arma de guerra por las fuerzas serbias (policías, militares y civiles). Y también por bosnios.

No son mujeres universales estas elegidas para la tortura que expresa el triunfo del más fuerte sobre el vencido, si no específicamente musulmanas a las que los violadores embarazaban, no mataban y esperaban hasta su séptimo mes de embarazo para “entregarlas” al bando bosnio. Así se aseguraban que no abortarían y tendrían hijos serbios para eliminar –en su ideación- de manera étnica al enemigo(2).

Esto no es excepcional. Los soldados aliados de la Segunda Guerra Mundial que venció sobre los nazis, y entre ellos también los rusos de la Rusia revolucionaria, violaban alemanas capturadas, o polacas(3), y a otras mujeres a su paso.

En los campos de concentración nazi hubo burdeles organizados por los nazi “para” los prisioneros judíos, en los que prisioneros torturados por ser judíos, decidieron acceder al abuso sexual a sus compatriotas mujeres(4).

En guerrillas populares ha habido denuncias de procesos por los cuales a las “compañeras” se las instaba desde las jefaturas y mandos medios “a acostarse” con los “compañeros” para favorecer el ánimo de los luchadores(5). Y los compañeros guerrilleros decidían aceptar este orden sexual en la heroica guerrilla. El ánimo emocional de las luchadoras no importaba porque las mujeres, “compañeras” o no, somos seres apropiados que “en tiempos de paz masculina” podemos ser –y somos- violadas colectiva e individualmente.

Nuestra formación afectiva, de “mujeres”, de cualquier clase, guerrilleras o no, en esto que llaman cultura -y que es política patriarcal-, es una formación sexual “femenina”; es decir para el intercambio económico, concreto (y simbólico). Esta “costumbre” y “uso” en las guerras termina siendo intercambio de sobrevivencia por abuso sexual y emocional, y en tiempos de paz masculina: intercambio económico sexual con “buenos partidos”, “buenos maridos”, con “clientes”, con “amantes casados”, patrones que pagan el salario con derecho de pernada; intercambiadas por cosechas y animales no humanos; entregadas para el trabajo con además, una buena dote…  Y más.

En este contexto de heterosexualidad obligatoria, las mujeres, esta clase de seres humanas, no obtenemos paz. Los tiempos de guerra son constantes para nosotras. Un mal lugar. El de quienes toleran y ceden a cambio de sobrevivencia, manutención, afecto, reconocimiento. A cambio de no ser desechadas y expulsadas de los espacios que nosotras mismas construimos en la revolución, la guerrilla, las organizaciones, los partidos, la cátedras académicas, la Iglesias, en fin.

Esto en nuestra clase social -entendida como clase popular, proletaria, trabajadora, empobrecida-, ni siquiera sería intercambio por manutención. En nuestras vidas en algunos territorios que he habitado en Nuestra América (Santiago, Puerto Montt, La Paz, Cochabamba, Mendoza), los hombres de nuestra misma clase social no nos mantienen. Eso será en Europa y en las burguesías. En la población, la barriada,  incluso en el campo, ellas –nosotras- jamás “No hemos Trabajado”.  Siempre nos hemos ganado la vida, la comida y la de hijos e hijas. Nos han dicho que es “amor”, “obligación”,  que “la vida es así” o que es “emancipación femenina”.

  • ¿Eres una mujer emancipada? ¡Entonces puedes trabajar y traer plata!- como venganza o burla.
  • ¿No es que, ahora, a las mujeres les gusta trabajar…? ¡Entrega tu salario completo a la familia entonces! – como revancha y más despojo.
  • ¡Mi mamá se levantó a trabajar en el campo a las horas de parir… Si ella pudo tú también debes… – como otra bestia de carga y trabajo, apropiada.
  • No hay plata para la comida porque anoche te portaste mal- como reproche por no acceder a sexo.

Las empobrecidas en Nuestra América, menos que nadie, somos unas mantenidas. Trabajamos sin salario, intercambiamos sexo en la calle o en el burdel, en la casa o en la oficina. La “manutención” masculina es una gran fantasía de hombres entre pobres. Y la guerra contra nosotras continúa en esa misma supuesta manutención económica masculina.   

La masculinidad es privilegiada con el acceso y la definición de las mujeres, también de hombres de menor rango y estatus, y de toda la gente y seres de casi cualquier territorio.

La violencia organizada por medio del acceso y las definiciones que hacen de nosotras parece ser una estructura que se auto-organiza según diversas memorias y territorios. Generalmente se trata de un acceso y definiciones heterosexuales obligatorias.

La masculinidad debe tener siempre acceso a las humanas.

Esto es la molestia con el separatismo feminista(6) (que las propias mujeres temen por diversas razones y sentimientos heterosexuales poderosos).

El separatismo, si no es bajo la estructura institucional de los poderes que capitalizan las riquezas y entre ellas a las fuerzas productivas y reproductivas de las mujeres, no es aceptado.

Se desconfía del separatismo como estrategia política en diversas culturas y territorios porque amenaza el orden patriarcal capitalizador. Está bien que haya colegios de niñas, cárceles de mujeres, conventos de monjas, en la medida que son controlados económicamente por la cultura patriarcal capitalista. Y es que, por ejemplo en estos tres espacios femeninos –escuela, reclusión, iglesia- no se erradica el acceso masculino a las mujeres, ni sexual, ni económico ni valórico.

Desde la cárcel, desde el colegio y desde el convento se define lo femenino y lo masculino heterosexualmente, y se ultraconserva y controla la feminidad.

Es también lo que hace -de manera más grosera-, la llamada limpieza étnica, por medio de los vientres de las mujeres “del enemigo”, sembrando en estas humanas la estirpe y genes del vencedor. Es lo que hizo el invasor europeo, blanco, occidental en “Las Indias”, en África, en Asia.

El valor masculino colonial de la “virginidad” y “pureza” femeninas se mancilla para ofender a otros hombres. A los hombres bosnios, a los hombres judíos, a los hombres alemanes, a los hombres de los pueblos originarios de Abya Yala, a los hombres negros, a los hombres árabes, indios, afganos… A los hombres.

Las víctimas mujeres no son las “enemigas” principales. En la guerra heroica que libran los hombres diversos de pueblos diversos, nosotras somos en realidad el objeto para aniquilar a los sujetos atacados y colonizados.

La violencia contra las mujeres y las niñas es una estrategia que estructura procesos de dominación y hegemonía. Hay miles de formas de llevarla a cabo, desde los dichos a cerca de nosotras, pasando por el acoso llegando a la violación, el impedimento de abortar, y el feminicidio como el genocidio que es, y que no se repara por la condena individualizada de determinados agresores.

En la Trata de personas a las humanas y a las hembras en general, se las vende y compra. Especialmente para obtener sus cuerpos y productos. Lo que la guerrilla feminista en Europa(7) atacó en los años 70 en Europa occidental, y lo que las luchas antidictatoriales confrontaron en el siglo XX en Nuestra América, se ha profundizado en el siglo XXI, la Trata de Personas es territorializada, racializada y generizada.

Se calculan 28 millones de esclavas y esclavos en el mundo que son tratados como no-hombres, es decir, sin los privilegios de la masculinidad. Son gente interpretada como “mujeres” a las que les arrancan sus productos: guaguas, pelo, sangre, órganos. Incluso sin útero, son personas feminizadas, usadas para trabajos domésticos y otros trabajos esclavos (incluso no siendo humanas a las hembras homínidas como orangutanas(8), se las ha explotado sexualmente).

A las humanas y humanos esclavizados, se les fragmentan tal como la industria capitalista de la carne hace con los demás animales. Venden sus órganos, compran sus embarazos y arriendan sus úteros.

Se sabe de al menos 1 millón y medio de, exclusivamente, esclavas sexuales en el mundo, y se dice que es un negocio de cerca de 35 mil millones de dólares anuales, menor que el de las drogas, pero más “rentable”.

La Industria de las Drogas y la Trata de personas se entrelazan, no sabes dónde termina uno y dónde empieza el otro, ya que se utilizan mutuamente. Los ajustes de cuentas entre mafias misóginas suelen tener como blanco a las mujeres que las integran y/o a las mujeres que esclavizan.

Los comerciantes de esclavas dicen que las mujeres “son más rentables” porque “no deben que ser cultivadas, destiladas ni envasadas (como las drogas), y duran más pues pueden ser usadas una y otra vez”: Una niña de 16 años ya ha sido violada por 100 hombres(9).

 

La violencia patriarcal capitalizadora, capitalista fundamentalmente, aunque también el Socialismo real(10) extrae todo de los cuerpos feminizados, interpretados como femeninos –como de los pueblos vencidos-. Los ocupa y puede llegar a desaparecerlos y destruirlos, se resistan o no.

La estructura patriarcal capitalista  categoriza y segrega a la gente para lograr este fin. Las mujeres fuimos inventadas(11) como tales para un provecho concreto y material. Somos territorio de “conquista”, botín de guerras “patriotas” y de guerrillas masculinizadas; material del narcotráfico y un objetivo particular de persecuciones individual-colectivo en la familia y en la calle, y de concientización colectiva de la feminidad para lograr un comportamiento acorde.

Las esclavizadas por la Trata sufren secuestros, quemaduras, rotura de huesos, privación de alimentos, abuso sexual, abortos por golpes, embarazos por violaciones. Esa tortura produce divisas. Por otro lado, las esposas, novias, amantes, convivientes, en la familia, en el matrimonio y en la comunidad, sufren agresiones similares. Los agresores obtienen trabajo femenino, sexo en sumisión y privilegios, y si no logran obtener todo eso, entonces matan. Las presas políticas y comunes, en los cuarteles, cárceles y otros lugares de reclusión, también sufren estas agresiones a manos del agresor organizado institucionalmente que abusa, logra confesiones, debilita la insurgencia, refuerza dictaduras y sostiene la paz de los enriquecidos de cualquier estado.

Cambia el torturador, su investidura, pero no su lugar de poder y privilegio de raza, género-sexo, clase y fuerza militarizada. Capital y territorio se configuran similar a como se configura clase, raza y género en la Dominación humana.

En Europa del Este, las esclavizadas son mujeres de países en donde las revoluciones socialistas se pudrieron y sus nuevos gobiernos capitalistas se endeudaron con el Fondo Monetario Internacional. Las mujeres en Trata vivían en territorios empobrecidos, los traficantes llegaron a sus barrios y poblados ofreciendo trabajo o una relación romántica, tras lo cual las entregaron a la Trata. Lo mismo hacen hombres que trafican en nuestras poblaciones: declaran amor, ofrecen protección y drogas.

Elites enriquecidas que poseen capitales “subterráneos” en “paraísos fiscales” y mega-corporaciones con conexiones transnacionales usufructúan también de la Trata y el tráfico. Por supuesto que también de las guerras y ocupaciones territoriales, y del robo legal de minerales estratégicos, maderas, despojo a los mares y bosques, asesinato de fauna y flora. Por eso hay chipe libre a fuerzas paramilitares que protegen a empresas depredadoras y terratenientes; por eso sus policías complacientes con los narcos y sus mafias misóginas allanan a comunidades rebeldes. En esas comunidades hay también mujeres, guaguas, niños, adolescentes, homosexuales, travestis, no hombres en la ideación patriarcal, que vivencian sin ambigüedades el origen singular de la violencia contra las mujeres y contra todo lo femenino, de parte de las fuerzas legales y legalizadas que les persiguen y allanan.

Y en esas comunidades las mujeres podrían no denunciar, jamás, la violencia que sufren de parte de hombres de su propia comunidad, pues denunciarla significaría darles a las fuerzas represoras de los estados aliados del capital, motivos para profundizar sus intervenciones policiales. El síndrome Malinchela mala mujer y traidora a su raza, que arrastramos, surgiría más potente que nunca. Un mito que encanta a las izquierdas revolucionarias, masculinas y enormemente patriarcales, y que a nosotras nos amenaza un poco menos que la amenaza latente de las policías de los estados. Traicionar a la comunidad, a la propia clase, es un daño emocional inmenso y reviste reales consecuencias y riesgos de vida o muerte para nosotras mismas, para las niñas y niños que dependen de nosotras y para las comunidades de las que somos parte.

Qué “Violencias”? La memoria material no engaña… Quiero terminar esta presentación abriendo o re-abriendo un cuestionamiento que he hecho en algunos artículos.

Se trata de esta idea de “Las violencias”, así en plural que se ha posicionado en el movimiento feminista especialmente en marchas en Santiago los últimos años.

Lo entiendo como un concepto, que en mi comprensión, higieniza el feminismo y sus denuncias y envía un mensaje equívoco en lo que respecta al origen singular de la violencia contra las mujeres. Confunde en el concepto la vivencia de la capitalización concreta de las mujeres (y todo lo feminizado).

Las lesbianas feministas materialistas definieron Modo de Producción Doméstico(12) al que organiza la existencia de las mujeres en tanto recurso económico y de energías vivenciales, y que opera para el sostenimiento del sistema patriarcal.

En los inicios de los años 2000 algunas organizaciones feministas autónomas consignamos que “La Violencia contra las Mujeres viola los Derechos de las Humanas”. Yo actualmente dudo en profundidad del relato de los Derecho de los Derechos Humanos. Nosotras en ese tiempo no lo discutíamos, pero creo que poníamos el énfasis en la comprensión de que las humanas somos violentadas como un hecho colectivo de origen singular: el patriarcado. No como situaciones desconectadas. Hay una vinculación estructural en la Violencia como una estrategia de dominación en la que están conectadas sexualidad y género, raza y territorio, clase y ruralidad.

Pareciera que cuando se dice “violencias” se colocara un énfasis particularmente liberal. De libertades individuales que están siendo transgredidas. Todo esto de los “micromachismos” y “la violencia de género” como un hecho neutral y ¿”equitativo”?, que  no sería heterosexualmente indicado, confunde. Y tranquiliza al patriarcado porque entonces no es un problema radicalmente feminista, ni colonial, ni racista contra las mujeres; y además sigue habiendo hombres y mujeres porque eso es “Género”: dos géneros, y a eso se le puede agregar la tolerancia a lo trans como excepción. Así, todo cambia para que nada cambie: heterosexualidad obligatoria con tolerancia a las “excepciones”,  y así desaparece del campo de la reflexión política un sistema material –no sólo simbólico- que sostiene correlaciones del poder para los privilegios de la masculinidad y sus grupos dominantes.

Las violencias –en mi opinión- suena (porque creo que el lenguaje tiene sonido, re-sonido y vibraciones), como un concepto de supuestas múltiples y desconectadas “violencias”, parte de una ingeniería (patriarcal) abarcadora “Hombre-Mujer” como dos géneros equivalentes y recíprocos: neutros, equitativos, igualitarios

Encubre que “género” es una relación de poder y dominación en sí misma. Puede llegar a aceptar -en teoría- que habría más de dos géneros, pero jamás que pueda no haberlos (es decir que pudiera no existir el género).

Las Violencias puede llegar a ser otra de las jugadas del Género como concepto académico y de políticas públicas capitalistas, neutralizantes. En esta tipo ingeniería del Género, “Mujer” deja de ser una concepción racista hacia una parte mayoritaria de la especie humana (la hembra potencialmente paridora), y pasa a ser un modelo universal esencial de entrega y bondad en sí. Pareciera que vuelve al género ligth, lo aliviana, y Mujer ya no es una potencial reproductora, si no que su deber es reproducir la especie, parir,  servir, contener la masculinidad elaborada como la clase dominante. Incluso las mujeres que no lo parecen, las brutas(13), están sometidas y serán sometidas a ello o desaparecerán.

Categorizar la Violencia en violencias (muchas), simbólicas (muy simbólicas), se muestra similar al mecanismo por el cual desde hace unas tres décadas se divide la Violencia, absurdamente, en “psicológica y física”. (La ideación de Violencia Física y Psicológica separadas refuerza la idea dicotómica y antigua –en el relato lineal de la “Historia” occidental- de que habría cuerpo/mente funcionando separadamente y divide a la propia víctima y su emocionar como un proceso íntegro. La ideación de Las Violencias –en mi opinión política- diluye el origen de la violencia en el patriarcado dominante estructurado heterosexualmente.

¿Qué violencias? ¿Cuántas… infinitas? ¿Cuáles no serían “violencias”? ¿Cómo y quién las separa entre sí? Surgen preguntas obvias y otras menos…

Los seres humanos vivenciamos procesos históricosque afectan íntegramente nuestras existencias emocional-materiales. No hay nada “neutral” en el género. No hay nada recíproco en la idea universal de Mujer como una categoría de género. No hay nada justo ni ético en que la sexualidad feminizada esté disponible para ser explotada como una mercancía capitalista (o socialista real) de intercambio económico y esclavitud colonial.

La violencia contra nosotras no es un fenómeno particular. Sucede en Europa del Este, África, Asia, países árabes, Haití, donde las “fuerzas de Paz” abusan sexualmente de niños, niñas y mujeres a cambio de comida(14). Sucede en sectores rurales en los territorios urbanos empobrecidos de las ciudades chilenas donde hay varones que intercambian mujeres por drogas y proporcionan drogas a mujeres a cambio de “abusarlas”. Se explota a la Naturaleza, a los animales… La sociedad humana capitalizadora productora, reproductora, explota a otros y otras, como lo hace con las mujeres. Las feminizadas somos otra especie enajenada de la humanidad.  No es universalidad, es estructura. Nos somos universales pero somos universalizadas. 

La paz es masculina, la guerra contra las mujeres es constante.

Espero que sea importante re-editar este libro para historizar expresiones del feminismo en estos territorios ya que los artículos recopilados han intentado dar cuenta de denuncias, dolores y propuestas feministas desde los espacios en los que participé, donde pude crear y educarme –auto-educarme también- en colectivo.   

Los artículos acá reunidos son herederos del periódico “Puntada con Hilo”, comunicación de mujeres con perspectiva de clase, como le llamamos entonces con Beatriz Bataszew co-directora y presencia del activismo hecho en la Memoria Feminista, feministas autónomas, con las Kallejeras, con la Coordinadora contra el femicidio, lesbianas feministas y feministas autónomas con que llevamos a cabo los 19 de diciembre en la calle y sin permiso en memoria de Javiera Neira Oportus, y memoria,  finalmente, de muchas reflexiones entre feministas autónomas, de clase y resentidas. Resentidas porque decirse resentida no invalida lo expuesto políticamente, al contrario, siento y reflexiono que le da el sustento de la vivencia hecha conciencia, al cuerpo.

Victoria Aldunate Morales, lesbiana feminista antirracista Julio 2018

REFERENCIAS

  1. Widney Brown, directora general de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional, 13 de marzo 2013, https://www.amnistia.org.pe/noticia/mujeres-no-paz/. Esta frase también es citada por Catharine MacKinnon en “Crimes of War, Crimes of Peace”, Are Women Human? And Other International
  2. Dialogues” (“Crímenes  de Guerra, Crímenes de Paz” ¿Las mujeres son humanas? Y otros diálogos internacionales), Cambridge, The Harvard University Press 2007 LIBRO DE BOLSILLO noviembre de 2007. La activista bosnia a la que hago referencia, según informaciones de prensa, se dirigía a un grupo de investigadores de Derechos Humanos que documentaban los horrores de Bosnia-Herzegovina, ex Yugoslavia, pero, desgraciadamente, se refieren su afirmación, pero no dicen el nombre de la activista –tal vez por su propia seguirdad-. Hubiera sido intenso colocarle un rostro a su lucidez, pero no tengo su nombre si no sus dichos, tampoco cuento con todo su discurso.
  3. Le llaman “Limpieza étnica”. Se estima que puede haber 10.000 criminales sueltos, no sólo serbios también bosnios. (Hijos de la limpieza étnica, ANA CARBAJOSA, El País, 9 abril 2006, https://elpais.com/diario/2006/04/09/domingo/1144554092_850215.html. Y Esma Kucukalic Ibrahimovic,   LAS MUJERES VIOLADAS EN LA GUERRA DE BOSNIA, DOBLES VÍCTIMAS DEL CONFLICTO 20 AÑOS DESPUÉS.
  4. Libro Philipe Maynal, “Madeleine Pauliac: L’isoumise”, “Editorial XO, París 2017 y Arthur Herlin, La véritable histoire de Madeleine Pauliac, l’héroïne du film “Les Innocentes”, Aleteia 20 de febrero de 2016. Robert Sommer, Das KZ-Bordell (El burdel nazi): Sexuelle Zwangsarbeit en nationalsozialistischen Konzentrationslagern Ferdinand Schöningh, Ed. Paderborn 2009
  5. Informe “IMPUNIDAD, pongámosle fin. Violencia sexual contra las mujeres en conflicto armado y post conflicto en América Latina” (Conflictos armados en Colombia, Guatemala y Perú). Ed  año 2009 por Consejería en Proyectos (PCS, Europa y Canadá, de la que forma parte Swiss Interchurch Aid y el Consejo Danés para los Refugiados) y SOLIDARIDAD INTERNACIONAL y “Vidas destrozadas. Crímenes contra mujeres en situaciones de conflicto. NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES”, Congo, Sudán Colombia, Amnistía Internacional 2003.
  6. Marilyn Frye, “Algunas Reflexiones sobre Separatismo y el Poder”, Ojo de Bruja Ediciones Lésbicas y Feministas Independientes, Marzo, 2012. ojodebrujadistro@riseup.net, http://difusionfeminista.blogspot.com
  7. Rote Zora (RZ) lesbianas y mujeres feministas aliadas de las Células Revolucionarias que llevaron a cabo más de 200 ataques, mayoritariamente poniendo bombas. En una entrevista anónima explicaron: “Las mujeres del RZ empezaron en 1974 poniendo una bomba en el Tribunal Supremo en Karlsruhe porque queríamos la abolición total de la 218 (la ley de aborto)”. En 1996 Rote Zora anunció su disolución expresando que ninguna de ellas había estado ni un solo día en la cárcel.
  8. Trafican orangutanes para ser prostituidos en burdeles de Asia, Ecoesfera 2014, http://ecoosfera.com/2014/04/trafican-orangutanes-para-ser-prostituidos-en-burdeles-de-asia/   Pony, la esclava sexual liberada, Martín Mucha, El Mundo 2 de noviembre de 2014, http://www.elmundo.es/cronica/2014/11/02/5453e2f7268e3e87038b4579.html
  9. SIDDARTH, KARA. “Tráfico Sexual: El Negocio de la Esclavitud Moderna”. Alianza Editorial, Madrid  2010; Kathryn Bolcovac with Cari Lynn, “The Whistleblower: Sex Trafficking, Military Contractors, and One Woman’s Fight for Justice”, Ed. Palgrave Macmillan/St. Martin’s Press, 2011. (“La Denunciante: Tráfico sexual, contratistas militares y la lucha de una mujer por que se hiciera justicia”). Testimonio de la ex policía norteamericana Kathryn Bolkovac co-escrito con la periodista y escritora Cari Lynn. Bolcovic fue contratista en Bosnia y denunció que policías y personal de la ONU estaban involucrados en Trata de esclavas sexuales. Fue despedida y su denuncia cancelada por la ONU a petición del gobierno de Estados Unidos. No hay condenados por el crimen que ella denuncia. Ver también “Bolkovac: abusos sexuales de los soldados de la ONU”, 2 de marzo de 2016, Azer Slanjankic, JAG/ERS,  http://www.dw.com/es/bolkovac-abusos-sexuales-de-los-soldados-de-la-onu/a-19087962, http://www.cimacnoticias.com/noticias//02dic/02120401.html; «Sexo oral por galletas»: las escalofriantes denuncias de abuso contra funcionarios de la ONU. BBC Mundo, 4 marzo 2016, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150430_abusos_sexuales_tropas_francesas_republica_centroafricana_mes; “Las polémicas denuncias contra soldados franceses por abusos sexuales de menores en África”, BBC Mundo, 30 abril 201, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150430_abusos_sexuales_tropas_francesas_republica_centroafricana_mes, “Sexo a cambio de comida: las acusaciones de abusos sexuales a niños contra soldados europeos en República Centroafricana”, BBC Mundo, 30 enero 2016, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160129_onu_abusos_sexuales_menores_militares_africa_ep.shtml; “Por qué le quieren quitar la inmunidad al personal de la ONU”, Alejandra Martins, BBC Mundo, 13 mayo 2015, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150513_onu_inmunidad_abusos_am
  10. El poder soviético capitalizó y colonizó a los pueblos de las repúblicas del Cáucaso y de Asia Central para extraer ganancias; también invadió Afganistán.
  11. Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí, “La invención de las mujeres. Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales del género”. Traducción de María Teresa Garzón Martínez, CESMECA-Unicach, México; Bogotá: en la frontera Mara Viveros-Vigoya, Glefas 2017.
  12. Rivera Garretas, María Milagros. “NOMBRAR EL MUNDO EN FEMENINO / PENSAMIENTO DE LAS MUJERES Y TEORÍA FEMINISTAS”. Icaria Editorial, Barcelona 1994. CURIEL, OCHY/ FALQUET, JULES (Compiladoras). “El Patriarcado al Desnudo. Tres feministas materialistas. Colette Guillaumin – Paola Tabet – Nicole Claude Mathieu. Ed. Brecha Lésbica. Buenos Aires 2005. 
  13. “Las Brutas”, energía de clase y territorial. Artículo Victoria Aldunte Morales, El Desconcierto, julio 2018. http://www.eldesconcierto.cl/2018/07/07/las-brutas-energia-de-clase-y-territorial/, Referencia a la obra de teatro “Las Brutas” de Juan Radrigan sobre las hermanas Quispe que asesinadas o habiéndose suicidado tienen ese final por el hostigamiento de un Estado chileno que no reconoce que son collas y que las obligaba a cumplir reglas capitalistas que ellas no entendían, ni conocían ni necesitaban. No se casaron nunca que se supiera públicamente y parecen no haber parido nunca tampoco.  
  14. Sexo oral por galletas»: las escalofriantes denuncias de abuso contra funcionarios de la ONU. BBC Mundo, 4 marzo 2016, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150430_abusos_sexuales_tropas_francesas_republica_centroafricana_mes  y “Las polémicas denuncias contra soldados franceses por abusos sexuales de menores en África”, BBC Mundo, 30 abril 201, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150430_abusos_sexuales_tropas_francesas_republica_centroafricana_mes

Presentación libro “Cuerpo de Mujer. Riesgo de Muerte”

X María José Castillo Oñatt, Memorias de Rebeldías Feministas, abogada

            Hay un párrafo del libro de Victoria que creo que refleja muy bien lo central de este libro, que es la violencia estructural contra las mujeres. El párrafo señala: “La violencia contra las mujeres está en todas partes, está en todas partes como Dios y si no la ves es simplemente que no la quieres ver, que no te conviene verla, que no la pudiste ver, que no la aprendiste a ver o que aprendiste a no verla”.

La violencia contra las mujeres se sustenta en un sistema ideológico sexual patriarcal, alimentado y sostenido por un sistema económico y político neoliberal que ha establecido derechos y responsabilidades/restricciones y recompensas diferentes y desiguales en perjuicio de las mujeres y las niñas.

Según Johan Galtung, uno de los politólogos que más ha escrito sobre violencia estructural, se trata de un proceso coyuntural, en cuyo centro se halla la explotación.

En el caso de las mujeres y las niñas la refleja mejor el concepto de dominación, ya que se trata de una violencia derivada del lugar que ocupamos las mujeres y las niñas en el orden económico y de poder hegemónico.

Este abuso de poder ha sido normalizado por los Estados y por el Derecho como institución, cuya función social no es otra que regular la convivencia de todas las personas que integran una sociedad determinada con el fin de promover la realización personal y colectiva de quienes hacen parte de una comunidad, en paz y armonía.

Sin embargo, dicha institución no ha hecho más que profundizar una convivencia basada en la violencia y desigualdad hacia las mujeres y las niñas. 

En Chile, al igual que en otras partes del mundo, el ordenamiento jurídico no protege a las mujeres ni a las niñas. La legislación en la materia es fragmentada y restringida al ámbito doméstico, de esta forma, cuando hablamos de violencia contra las mujeres el sistema judicial y el sistema persecutor, así como gran parte de la ciudadanía y los otros poderes del Estado, invisibilizan y toleran las distintas expresiones de violencia que vivimos las mujeres y las niñas durante todo el transcurso de nuestras vidas.

La legislación hasta hoy no ha sido capaz de apuntar a la transformación social y cultural, desmontando el sistema patriarcal que nos violenta y nos mata. Contamos con una ley de violencia intrafamiliar, que protege a todos los integrantes del grupo familiar por igual, con una ley que sanciona el acoso sexual laboral que no aborda el sexismo y la desigualdad de las relaciones laborales que nos afectan de manera desproporcionada a las mujeres, ni hablar de la ley de interrupción voluntaria del embarazo en tres causales que no nos permite ejercer nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y finalmente, contamos con una normativa que configura y sanciona el femicidio de forma mezquina y restringida, centrándolo una vez más en las relaciones de familia, estableciéndolo como un tipo de parricidio y no como un crimen de odio hacia las mujeres y las niñas.

De esta forma, vivimos en un sistema que no solo no nos protege, sino que directamente nos violenta y nos asesina.

Nota de la Editora, Nataly Ovando, Ediciones Sarri Sarri records*

Cuando en el año 2012 como editorial autónoma publicamos esta compilación de artículos, denuncias, relatos, experiencias, reflexiones y acciones contra la violencia hacia las mujeres, en el contexto social del territorio chileno hablar de feminismo dentro de grupos organizados no era obvio pese a diversas y más frecuentes manifestaciones masivas en el espacio público.

Ser feminista en espacios libertarios o de izquierda traía consigo (aun en proceso) rendir cuentas de porque cuestionar el orden patriarcal cuando lo común y prioritario era (y sigue siendo para muchos machos) resistir al capitalismo. Se nos decía que le poníamos color, que éramos exageradas, era cosa de histéricas y que el “género era un tema interesante” al igual que los tantos otros que teníamos que abordar, pero no el prioritario, entre otros discursos machistas … En tanto las políticas públicas neoliberales de los partidos políticos y representantes de las grandes transnacionales en el poder, seguían (y  siguen) perpetuando la violencia estructural contra las mujeres, homologando discursos que hacían creer a la población y convenios internacionales que, en Chile a las mujeres se les garantizaban sus derechos humanos, cuando lo que efectivamente se hace no es más que garantizar la oportunidad de la incorporación de las mujeres a un mercado laboral que no es más que perpetuar la explotación y opresión, incluso en desventaja de condiciones laborales y brechas salariales a los hombres.

En este contexto, nos preguntamos e invitamos a preguntarnos ¿qué sucedió con las feministas durante la instalación de una dictadura democrática capitalista? En nuestra opinión compartimos que, en la medida que se generaron pactos y alianzas políticas se alineó el discurso neoliberal de la reinserción e inclusión, donde las mujeres han sido parte de ello en la medida que han aceptado y/o se han vista forzadas a aceptar las condiciones que el patriarcado y capitalismo han brindado. No obstante a ello, creemos que frente a las alianzas políticas-económicas y estrategias desplegadas por las instituciones gubernamentales el Feminismo Autónomo, aún en resistencia, durante los últimos 25 años ha propiciado y proliferado desde las autonomías la resistencia políticas necesarias para cuestionar el orden establecido.

Es así como las expresiones manifestadas en este libro, son parte de un recorrido histórico desde el feminismo autónomo en dos principales ejes. El primero dice relación a la vida cotidiana de mujeres de distintas edades y experiencias de discriminación y violencia que, en cuestionamiento al orden patriarcal, capitalista, racista y colonizador,   han sido riesgo de muerte o masacradas por el solo hecho de ser mujer. El segundo por la profundidad alcanzada en la compilación de escritos de análisis críticos a las distintas manifestaciones de dominación patriarcal.

Tras 6 años de la primera publicación, es posible percibir un discurso social (desde la deseabilidad social) que se define contra el machismo, sin embargo las mujeres y todo aquello que se feminiza o se sostiene bajo relaciones de poder (como es el caso de las niñas y niños), se encuentra en riesgo de muerte. Un claro ejemplo de ello, lo encontramos en estadísticas públicas del Servicio Nacional de Menores, quienes en su línea programática de protección especial de derechos durante el 2017 en la modalidad de atención de programa especializado de explotación y comercio sexual de niños, niñas y adolescentes, atendió a 1.266 personas, de las cuales 138 corresponden a hombres y 1.128 a mujeres, es decir, casi 9 de cada 10 personas atendidas corresponden a mujeres. Sin duda alguna, esta realidad es necesaria de profundizar pues pudiesen haber una invisibilización del comercio sexual y explotación sexual a los niños, no obstante nos demuestra como las niñas siguen siendo objeto canje patriarcal y moneda de cambio capitalista.

Es así como finalmente podemos señalar, que este libro nos invita a cuestionarnos y recuperar nuestras autonomías, sin permiso, ni jerarquías generando espacios de encuentro, diálogo y transformación.

(*El nombre de la editorial «Sarri, Sarri» es en homenaje al militante de la ETA militar Joseba Sarrionandia, nombrado Sarri, escritor y clandestino, que escapó junto con Iñaki Pikabea, Piti, de la cárcel Martutene (Guipúzcoa), el 7 de julio (1985). Ambos estaban escondidos en altavoces tras un concierto del cantante Imanol Larzabal. Sarri siguió -luego de su escape- clandestino, escribiendo y publicando durante, al menos, 30 años).

DESPLEGAR EL LIBRO COMPLETO EN EL ENLACE:https://puntadaconhilo.cl/wp-content/uploads/2021/09/CUERPO-MUJER-PDF-1.pdf