Si eliminan la Violencia Contra las Mujeres, se autodestruyen, no pueden… (nosotras sí…)*
Si el feminismo, ahora “los feminismos” reculan de sus políticas radicales de redistribución de los tiempos, los territorios, la riqueza, los recursos, los espacios cotidianos, y se quedan solo con estas políticas de reconocimiento a las identidades que implican visibilización cual publicidad de multinacionales, el feminismo se convierte en un fetiche estético y en una usanza performática.
Para eso la postmodernidad neoliberal entrega cuotas de poder a determinadas mujeres para vaciar el feminismo.
Lo hace con las que cultivan más poder alineándose con ideas masculinas hegemónicas y con movimientos mixtos en que la hegemonía es masculinizada.
X victoria aldunate morales, lesbiana feminista antirracista de la colectiva Tierra y Territorio
El machismo es solo un síntoma de la desigualdad en la diferencia, hay que decirlo y revelarlo porque la violencia contra las mujeres es estructural, lo que no es igual a universal.
No opera de manera idéntica en todos los territorios, en todas las clases sociales, en todas las instituciones ni en todas las familias. Sin embargo sí estructura las sociedades de casi todo el planeta.
Atraviesa órdenes y tiempos históricos, saberes y prácticas. Es un modo de operar “fractal” porque repite de manera irregular el mismo patrón a diferentes escalas y con diferente orientación[1]. También le podemos llamar “aprendizaje fractal, que aplica el mismo patrón irregular, dependiendo de los agresores individuales o conjuntos, y lo entrena en las mujeres y niñas, en sus corporalidades y sensibilidades. Así se logra someternos a las humanas a los roles que llaman “de mujeres” y “femeninos” en lo sexual, doméstico, público, etc.
La Violencia contra las Mujeres extiende sus prácticas a otros cuerpos. El origen del aprendizaje fractal es la Violencia contra las Mujeres. Así, se identifica a otras personas y a otros seres con las mismas prácticas de Violencia Patriarcal que se ejercitan en las humanas constantemente. A todo ser que se busca dominar y controlar se le aplica estas formas de violencia, desde las sexuales, físicas hasta las de abuso emocional y crimen.
La Violencia contra las Mujeres opera a nivel local, nacional e internacional.
Los cuerpos de las humanas son un botín sistemático a través de la historia de todos los territorios: Las mujeres y niñas se intercambian. Este intercambio, lo inauguran antes las sociedades patriarcales con el intercambio y apropiación de los animales, práctica que persiste y se sigue ocupando contra las mujeres en la Trata, las guerras y ocupaciones, etc.
En el fenómeno político de la Violencia contra las Mujeres, se coordinan tantas opresiones como las que se inventen en cada tiempo y lugar por diversos agresores individuales o grupales.
Es una experiencia colectiva
Unas vidas tienen más valor que otras para diversas funciones. Se necesita mujeres para la Familia, pero si algunas o muchas no se someten, se puede prescindir de ellas, re-cambiarlas. El “recambio generacional” antes que en el mundo público de los movimientos sociales, ha operado por siglos en el matrimonio (especialmente heterosexual) con las esposas avejentadas, rebeldes o inadecuadas. Se deshecha lo que ya fue usado y desgastado, y se busca otro objeto para las funciones que cumplía la primera.
Hay vidas prescindibles de mujeres, las viejas, las discapacitadas, las enfermas, las locas… Hay mujeres que valen más, muertas que vivas, para agresores y para familias agresoras. Se mata a las mujeres, pero también se les deja morir, no se les cuida. Tampoco se les reconoce su aporte a la familia y cuando ellas lo puntualizan les califican de vanidosas o quejonas.
La violencia de agresores individuales o particulares, nos puede controlar sin si quiera tocarnos, con el miedo, la amenaza, la burla, la culpa.
La denigración -por ejemplo- es una forma sistemática que puede ser tan inmovilizadora como cualquier otra agresión.
Institucional
Hay mecanismos institucionales de perpetuación de la Violencia contra las Mujeres. Leyes que simulan fallas técnicas** por lo que los hechos agresores quedan impunes. Cuando se corrigen esas fallas, aparecen otras fallas. Se renueva la impunidad.
Los procedimientos de denuncia pueden ser tan humillantes que prefieres no denunciar. Las policías subestiman las denuncias de víctimas con menos poder…
Estos patrones se repiten en las ciencias y a diferente escala. Se investiga a las víctimas como si la violencia que denuncian tuviese que ver con sus personalidades. Los diagnósticos no suelen tomar en cuenta territorios, culturas, clase social, estilos de vida. Por otro lado, romantizar a las víctimas como “mujeres puras”, santificarlas y fetichizarlas como causa política, tampoco ayuda. Se vuelve contra ellas y contra quienes les acompañamos.
Cuando las víctimas actúan de una manera desleal y manipuladora, se asume como algo que probaría que se lo merecían, que mintieron, y lo más grave: que no habría que solidarizar con las víctimas. (Pero no hay que ser buena persona para ser agredida, solo hay que ser mujer, niña, vieja, empobrecida, tener menos poder… Las víctimas a su vez pueden llegar agredir a otras personas si lo eligen. Y es que el orden patriarcal es jerárquico de dominación.
De poder
Las descripciones académicas suelen no profundizar en el poder y la dominación como un hecho político de política estructural. Lo describen, pero en una cierta neutralidad.
Es verdad que las personas y los seres, somos iguales y distintos entre sí y depositarios de dignidad verdadera (profunda, no formal: real). Sin embargo, el mundo patriarcal no opera así porque de operar así no subsistiría.
Los Estados son capaces de utilizar un poder sexualizado para detener la insurgencia guerrillera y la resistencia armada, como lo plantean –en rasgos generales- las activistas de Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes[2] compañeras que fundaron el concepto de Violencia Política Sexual, y lo desarrollan.
En el Femicidio Empresarial, concepto creado por Lesbofeministas antirracistas Tierra y Territorio[3], la violencia contra las Mujeres se utiliza para el control de pueblos y grupos en resistencia al sistema capitalista neoliberal, racista y especista. Se mata a las integrantes defensoras, mujeres y transdefensoras de las comunidades que resisten, se las agrede para controlarlas individualmente y junto con eso, por medio de ellas, a los grupos que integran. Se utiliza sicarios, ocultando siempre a quienes los han contratado: oligarcas y empresas trasnacionales.
“Las violencias”
La Violencia contra las Mujeres no es un concepto técnico ni académico. Ni siquiera es solamente ideología. Es existencia colectiva por ello se ha desarrollado en movimientos políticos feministas y de mujeres.
Los lenguajes hegemónicos no alcanzan para describir sus vivencias. Las mujeres no deberíamos ser sus objetos de estudios, tampoco objetos de campañas políticas.
Cuando los partidos políticos, los gobiernos, las academias, se atribuyen el conocimiento acerca de la Violencia contra las Mujeres, están invisibilizando y negando que los movimientos feministas y los movimientos de mujeres, hemos elaborado lo que sabemos hoy y que seguimos aprendiendo.
No es casual que las instituciones quieran llamarle a la Violencia contra las Mujeres: “las violencias” y/o “violencia de género”. Así la Neutralizan, la reducen, la fragmentan, la dispersan como si no tuviese un origen común. Y además logran no mencionarnos a las mujeres. No necesitan profundizar en el origen político de la Violencia Estructural cuando hablan así. Pueden hablar de “las violencias” como provenientes de individuos particulares y como que no operaría como un método organizado de dominación.
Pero no hay nada neutral ni horizontal en la Violencia contra las Mujeres
Es verdad que cualquiera puede ejercer acciones violentas, pero el daño patriarcal estructural se ejerce desde distintos tipos de poder instituido: legal, académico, familiar, sexual, de género, desde el prestigio y dinero, etcétera. A mayor poder, mayor responsabilidad.
Estados, Gobiernos, Poderes judiciales, Organizaciones internacionales, ocupan un lugar de privilegio en la dominación patriarcal, y son los primeros responsables de no detenerla. El Estado y los feminismos liberales, responden con sistemas carcelarios, condenas, legalidades para –supuestamente- resolver “las violencias” y “la violencia de género” pero no las resuelven.
Los organismos internacionales inventan indicadores para decir que van a eliminarlas, pero sobre todo para justificar sus políticas de “Desarrollo Sostenible y metas”.
Dicen: “Reducir significativamente todas las violencias y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo”. Esto porque la muerte de trabajadoras y madres –por ejemplo- atrae costos para los Estados y sus sistemas financieros.
ONU Mujeres, CEPAL, Banco Mundial y otros organismos han prometido en distintos años alcanzar su agenda de metas contra “las violencias”. En los 90 dijeron que en el 2000, luego dijeron “en el 2010”, “en el 2015” y “en el 2020”. Ahora es “el 2030”.
Su Agenda 2030 tiene 17 objetivos y 169 metas que las instituciones de América Latina y el Caribe priorizaron en 2018, para ello sostienen un conjunto de 154 indicadores.
Justo por 2018 comenzamos a escuchar en nuestros países “Todas las Mujeres contra todas las Violencias”, consigna que reafirma lo de “las violencia” y coloca “fuera de lo moral”, métodos de autodefensa de los pueblos, de les animalistas, de las mujeres.
Si a las instituciones les interesara eliminar la Violencia contra las Mujeres, no analizarían sus cifras fragmentadas en policías, institutos forenses, Ministerios de Seguridad Pública y cualquier institución que se manera independiente aplica sus criterios –de cualquier tipo- para definir lo que sería “las violencias”, la “violencia de género”, el femicidio. Las tipificaciones de femicidio no serían limitantes, escasas y escuálidas. Y toda institución tendría la obligación de dar cuenta de características como clase social, etnia, identidad, orientación sexual, territorialidades, pertenencias a luchas sociales y más
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Una geopolítica económica
Pero como eso no pasa, las elites en todos los territorios están libres para operar el femicidio empresarial, la violencia política sexual y la Trata en que mujeres y niñas que les son un botín más rentable aún que la droga, porque las mujeres “no se siembran, no se cultivan”, solo nacen y “cientos de hombres las utilizan en explotación sexual y luego solo las desechan, asesinándolas[4].
En las guerras y guerrillas, en ocupaciones territoriales, los hombres a cargo, actúan sabiendo que tienen derecho al despojo legal de minerales, mares y bosques, también a asesinar fauna y flora y que, desde el origen, pueden usufructuar de las humanas de los pueblos vencidos o explotados.
Las fuerzas “de paz” y sus fuerzas paramilitares, de gobiernos o de la ONU, violan niñas y mujeres y las explotan. El patriarcado es un sistema geopolítico y se adapta a tiempos, sistemas políticos hegemónicos como el capitalismo y a otros sistemas productivos.
Los sistemas patriarcales necesitan de la reproducción de las humanas para existir.
La Violencia contra las Mujeres es un mega-mecanismo que sostiene a esos sistemas.
Es clasista y racista en particular con las humanas que somos toda una clase y un tipo de cuerpos utilizadas, explotadas, usadas.
Somos además la clase que mayoritariamente sostiene el mundo y que no es solamente el eufemismo de la “Economía de Los Cuidados”. Es un Modo de Producción y Reproducción material, es Intercambio Sexual Económico[5].
En el patriarcado, las mujeres y la naturaleza somos especializadas en determinados ámbitos, excluidas de otros, obligadas a algunas funciones desde la moral y la cotidianidad establecida. Y desde ese mismo ámbito, se nos prohíbe accesos o se nos considera parte de unos espacios, mientras que cuando accedemos a otros, se nos dice (positiva o negativamente, según quien lo diga): Empoderadas, egoístas, individualistas, vanidosas y hasta “liberales”.
De las políticas de re-distribución, a las “de reconocimiento”
Si el feminismo, ahora “los feminismos” reculan de sus políticas radicales de redistribución de los tiempos, los territorios, la riqueza, los recursos, los espacios cotidianos, y se quedan solo con estas políticas de reconocimiento a las identidades que implican visibilización cual publicidad de multinacionales, el feminismo se convierte en un fetiche estético y en una usanza performática.
Para eso la postmodernidad neoliberal entrega cuotas de poder a determinadas mujeres para vaciar el feminismo.
Lo hace con las que cultivan más poder alineándose con ideas masculinas hegemónicas y con movimientos mixtos en que la hegemonía es masculinizada.
En los movimientos mixtos las mujeres son halagadas por hacer, ellas levantan las organizaciones y sus compas le dicen que eso es demuestra de que ellos las valoran. En el hogar y la familia es igual: Se nos dice que nuestro hacer significa que somos tratadas como iguales (y que incluso “mandamos”).
Por otro lado en esas organizaciones a las viejas no se les dan privilegios a menos que sean connotadas públicamente.
Y es que la Violencia contra las Mujeres no es cuestión de símbolos. Los símbolos se inventan después para justificarla. Lo que persigue la Violencia contra las Mujeres es el cuerpo reproductivo y productivo de las mujeres y las niñas, las mismas que sostienen las múltiples organizaciones de las sociedades, la producción y la familia. Misma familia que trabaja para patrones y consume capitalismo.
Pero no es solo el Capitalismo. En la gran mayoría de las sociedades conocidas, la división del trabajo es sexual. Y es el Modo que nos arrebata a las mujeres, los tiempos, la creación, la decisión de parir o no, la autoridad, la autonomía, la vida.
Daño transgeneracional…
A las mujeres se nos agrede y mata por dinero, por herencias, por odio, por “corregir” nuestras sexualidades, nuestros comportamientos y conductas.
Se viola sistemáticamente a las niñas desde pequeñas y ese crimen de lesa humanidad se mantiene oculto en la familia o comunidad. Se las culpa de provocar a sus violadores.
Se embaraza niñas, adolescentes y a otras mujeres, y se las obliga a parir o a abortar. Se viola niños como –aún- “no hombres” y prolongación de sus madres. Se viola a niñes de sexualidades no heterosexuales para “corregirles”, y los violadores y agresores, son aplastantemente, hombres.
La Violencia Estructural es sexuada e intergeneracional. El daño es transgeneracional, e implica una traumatización extrema de las humanas, causada por un daño organizado patriarcalmente que antes que nada sostienen sus instituciones. Instituciones como los estados, los gobiernos y –entre otras- las organizaciones internacionales que son mantenidas, financiadas y armadas las burguesías y oligarquías y por los milmillonarios de todo el globo.
La Violencia contra las Mujeres es permitida aunque esos estados e instituciones digan que tienen políticas de género e incluso si nos entregan un relato “feminista”. Y es que los pactos patriarcales son metaestables, susceptibles de transformar continuamente sus formas de dominación para existir.
Como dice Hanna Arendt, la Violencia no es la interrupción de la Historia, es la Historia y siempre tiene nuevos dispositivos como todas aquellas oficinas, privadas o públicas, que actualmente no se hacen responsables de nada.
Primero decir que los pactos patriarcales son meta-estables
Y transforman continuamente sus formas de dominación.
La postmodernidad neoliberal entrega cuotas de poder a determinadas mujeres.
- A las que cultivan más poder alineándose con ideas masculinas hegemónicas
- A las que se alinean con movimientos mixtos, partidos políticos, otros.
- En los movimientos mixtos, las mujeres son halagadas por hacer, ellas levantan las organizaciones, y sus compas le dicen que esto demuestra de son valoradas
- En el hogar es igual, se nos dice que este poder de hacerlo casi todo, nos da reconocimiento, incluso se dice que “mandamos” por eso.
Sobre las instituciones
Los organismos internacionales requieren indicadores para decir que van a eliminar la violencia contra las mujeres
Y lo necesitan para justificar sus políticas de “Desarrollo Sostenible y sus metas”.
Pero además porque las muertes y secuelas de la violencia contra las mujeres,
tiene altos costos para los Estados y sus sistemas financieros.
La ONU Mujeres, el banco Mundial y otros organismos, en distinto años han dicho que alcanzarían metas de desarrollo sostenible que involucra las secuelas de la Violemcia contra nosotras.
En los 90 dijeron que en el 2000, las iban a cumplir. Luego dijeron en el 2010, en el 2015, en el 2020, ahora dicen en el 2030.
La Agenda de ONU mujeres para 2030 tiene 17 objetivos y 169 metas, y para ello hablan de 154 indicadores de Violencia de género que las instituciones de América Latina y el Caribe, deberían priorizar.
En 2017, 2018, entregaron estos indicadores a gobiernos e instituciones.
Y Justo por esos años, comenzamos a escuchar aquello de “Todas las Mujeres contra todas las Violencias”.
La consigna fue un chasco.
Entre otras cosas porque parece rechazar los métodos de autodefensa de las Revueltas Populares
En su subtexto, nos preguntamos ¿podría sostener que las leyes antiterroristas persistan y que se utilicen contra agresores?
¿Las mismas que se usan contra pueblos en resistencia y otros movimientos insurgentes?
Por ejemplo, anarquistas, antiespecistas y las mujeres que participan en esos movimientos?
Por otra parte, qué aspectos son claros que desde las instituciones entorpecerían las medidas contra la violencia hacia las mujeres
Cuando quieren registrar “casos”, lo hacen, pero en cada país distintas instituciones, lo hacen por separado.
Ministerios, institutos forenses, SML, policías, universidades, lo hacen de manera desconectada entre sí
Cada institución lo hace con sus criterios de lo que “merecería” nombrarse femicidio, “violencias”, “violencia de género”
Cada institución operando con las leyes nacionales y sus tipificaciones, que siempre son escasas y escuálidas.
Y realmente no contabilizan como elementos relevantes de la violencia contra las mujeres, la clase social, la etnia, la territorialidad, la identidad, la orientación sexual… menos que las afectadas participen en movimientos insurgentes
Y no pueden hacerlo, porque llegarían a conclusiones anti-sistémicas. No es que no sepan o no entiendan.
Sobre la autodefensa feminista, desde mi perspectiva involucra múltiples ámbitos
No hay fórmulas, es lo que estamos aprendiendo:
- Historizar y repolitizar el feminismo y la violencia estructural
- Enterarse sobre la historia negada del feminismo en los territorios que habitas Profundizar en procesos vivenciales, rechazando el vacío lineal
- Rescatar la vivencia material y concreta de humanas
- Comprendiendo que lo material no es solo lo que tiene gravedad:
- El materialismo como política ética y método para distinguir la realidad, no niega la actividad mental, simbólica, las energías, las espiritualidades ni las formas de fe que las comunidades se den.
- Politizar las identidades estratégicas/ No mistificarlas
- No tragarse categorizaciones, lenguajes artificiales, y en la base de eso, el idealismo occidental, que es determinista y dicotómico
En lo ideológico
- Hacer un camino de desarrollo ideológico autónomo versus insertarse en contextos masculinizados
- Definiciones propias, metodologías horizontales.
- No someter la realidad a la teoría.
- Develar la heterosexualidad obligatoria y su daño en todos los ámbitos
- Problematizar el Derecho y sus perspectivas burguesas y patriarcales
- Ruptura de saberes, conceptual y metodológica, con las visiones clásicas
- Develar las relaciones de poder y violencia en sus múltiples expresiones, en los ámbitos personal, colectivo y “público”[6];
- No supeditarse a las directrices de los partidos políticos
En nuestro movimiento
- Defensa de estrategias como el separatismo a manera de autonomía política[7], sin perder la capacidad de vinculación y alianzas estratégicas con organizaciones de grupos oprimidos de los que somos parte[8]
- Problematizar la lesbofobia y el racismo dentro del feminismo[9]
- No asumir la configuración de un feminismo en función de las políticas del Banco Mundial (inclusión, equidad, igualdad de oportunidades, empoderamiento, despolitización del concepto de género, ciudadanismo que desmoviliza revoluciones)[10].
- No alimentar las elites que dialogan con los estados, tomándolas por nuestras representantes globales.
- No asumir ni comprar los “caciquismos” y caudillismos feministas y otros.
- No romantizarnos ni permitir que lo hagan otros con nosotras
- Distinguir el arrinconamiento y las misoginia hacia las viejas sin prestigio y su memoria política, en las organizaciones nuestras y en aquellas con que nos aliamos
- Comunicaciones feministas, terapias feministas, saberes feministas
- Instalaciones y acciones teatrales políticas callejeras que hablen con las que van pasando por la calle
En lo terapéutico
- Problematizar nuestros consumos, todos.
- Vivencias terapéuticas colectivas de danza, canto, corporalidad, artes, autoeducación, intercambio de saberes
- Redes de casa seguras para las que escapan de la violencia
- Revisar el abuso de poder al interior de nuestras organizaciones
- Procesos de recuperación de los apegos amorosos, rechazando el Modo de reproducción Doméstico y su forma de maternidad maltratadora
En lo estructural
- Devolución del Cuerpo a todos los seres vivientes.
- Lucha frontal contra el capitalismo, contra las relaciones de subordinación entre los países (colonialismo-imperialismo)[11];
- No integrarse a la lógica clientelar, constitucionalista y burocrática de los gobiernos de turno
- Develar la crueldad y torturas de la Trata y la Industria de la carne
- Develar la explotación sexual sin juicios moralistas y clasistas, hacia las víctimas y otras personas que acceden al mercado sexual capitalista y patriarcal
- Hacer alianzas con movimientos anti-especistas, autogestionarios, cooperativas, de permacultura, revolucionarios, y de autodefensa en sus distintas formas
Sobre el dinero y la subsistencia:
- Hacer economías solidarias sin acumulación
- Reunificar el Valor de Uso y el Valor de Cambio de nuestros oficios y creaciones
- Reorganizar políticas de trabajo y oficios
- Reorganizar tiempos y espacios
- Distinguir entre nuestras prácticas coyunturales y tácticas de sobrevivencia (trabajo asalariado en instituciones por ejemplo) y nuestra autonomía política.
- Las que sepan y puedan, reinventar, recuperar e inventar tecnologías que apoyen la vida colectiva
[1] Del latín fractus, que significa fracturado, roto, irregular
[2] La colectiva “Memorias de Rebeldías Feministas”, han creado y relevado este concepto, y lo desarrollan desde sus acciones y narrativas sobre la violencia política sexual utilizada por el estado chileno para violar los derechos humanos de las mujeres insurgentes y revolucionarias contra la dictadura pinochetista.
[3] La primera vez que la colectiva “Lesbofeministas antirracistas Tierra y Territorio” usamos esta denominación fue en 2016 para develar por primera vez el femicidio empresarial contra Macarena Valdés Muñoz en Tranguil por presuntos sicarios que se desplazaban en vehículo con logo de la empresa trasnacional hidroeléctrica R.P. Global S.A. y que utiliza diversos nombres. Lo hicimos en colaboración política con Rubén Collio Benavides, pareja de vida de Macarena Valdés.
[4] Tráfico Sexual: el negocio de la Esclavitud Moderna, Siddhart Kara, Columbia, Londrés 2010.
[5] Las feministas materialistas europeas de los años 70 elaboran estas ideas, Paola Tabet entre otras. También sabemos que proletarias feministas chilenas hicieron referencia a la utilización de las mujeres como seres reproductivas ya a fines del siglo XIX. Por ejemplo en la columna “La Obrera”, de Rosa Rubí, en “La Tromba”, Santiago de Chile, 6 de marzo de 1898, que dice en uno de sus párrafos: “La obrera es una máquina de carne cuyo sistema reproductor ha sido transformado en productor”. Lo sabemos por las historiadoras y activistas anarquistas y su libro “Mujeres y prensa anarquista en Chile, 1879-1931” (ADRIANA PALOMERA y ALEJANDRA PÍNTO, compiladoras. Ed. Espíritu Libertario, Santiago 2006).
[6] I EFLAC. BOGOTÁ, COLOMBIA, 1981 (189 mujeres asistentes).
[7] VII, 1996, Cartagena, Chile (800 asistentes)
[8] II EFLAC, LIMA, 1983, (600 mujeres asistentes).
[9] II y VII EFLAC
[10] II EFLAC, LIMA, 1983.
[11] I EFLAC, BOGOTÁ, 1981.
*Este planteamiento político lesbofeminista autónomo fue expuesto en el Foro sobre Violencia Sistemática Contra las Mujeres convocado por el Grupo de Apoyo Justicia Para Cindy Estrada Muñoz
** Ver también: Paula Santana Nazarit-Francia Hamett Pizarro, “Suicidio femicida y la violencia contra las mujeres en Chile: aportes feministas para un debate sobre la complicidad social e institucional”